
- Viejo, que alegría verte. Se nota que te ha ido muy bien. ¿Qué estás haciendo?
- Monté el mejor negocio del mundo... Una casa de pilinguis y una de maricas.
- No me digas. Pero eso debe ser muy difícil!
- Ahora no, difícil al principio, que éramos solo mi mujer y yo.!
