Estaba un borracho en el autobús tocándole las tetas a una señorita muy descaradamente, cuando ella le salta:
"¡Oye! ¿Por qué no metes las manos en otro lado?"
El borracho:
"¡No me tiente!¡No me tiente!"

"¡Oye! ¿Por qué no metes las manos en otro lado?"
El borracho:
"¡No me tiente!¡No me tiente!"




