en la escalada tecnológica en la que estamos inmersos, parece que el cuello de botella es la autonomía eléctrica de nuestros gadchets portátiles. Los teléfonos cada vez más potentes y finos, con mayores pantallas y prestaciones, a duras penas acaban el día si lo usas para trabajar. Mi último portátil, cada vez más fino y potente, pesa menos porque han conseguido que ahorre mucha energía, se caliente menos y, en vez de duplicar la autonomía manteniendo la batería, los muy burros han reducido la batería a la mitad puesto que el portátil consume la mitad. Ahora tengo la misma birria de autonomía pero mucho menos peso. Sigo siendo dependiente de un puto enchufe. A ver si estas innovaciones llegan a buen puerto y los usuarios podemos aprovecharnos cuanto antes en nuestros móviles, GPS, linternas, portátiles, altavoces y hasta los sufridos powerbank que no dejan de ser un remiendo... pero qué falta hacían!