Uff !! aquí sí que hay tema... En mi caso, cuando diviso una rotonda a los lejos, digamos a entre 100 ó 150 mts. ya voy mirando a los lados buscando una ruta alternativa por la que desviarme y evitar encontrarme con ella, como cuando cambias de acera o de dirección cuando te encuentras por la calle con un "amigo" pesado como un plomo, o uno de esos deslices de fin de semana de desenfreno, sí, de esos en los que sales por patas en cuanto la luz del día te aclara que aquella masa informe que ocupa un lugar a tu lado en esa cama que ni conoces ni ganas de que te la presenten ha sido tu partenaire durante toda la noche.
Decía que cuando me encuentro con una de esas asesinas circulares, evito por todos los medios caer en esa trampa para motoristas que se está convirtiendo en una auténtica plaga y por la que deberían ser ajusticiados en plaza pública cientos de ingenieros de caminos... Entonces, si la escapatoria no ha sido posible ni dando marcha atrás, me resigno a negociarla con el mayor de los cuidados, mirando a ambos lados, porque ya sabemos que desde el lado izquierdo pueden venir vehículos, pero lo que no sabemos es que en temporada alta, en España, el turismo hace que la población flotante aumente en aproximadamente un 110%, y que de esos, cerca de un 32% son británicos, excepto en los años en que hay mundial, especialmente si es en europa donde las cifras globales se resienten y sufren un ligero reajuste. Y claro, como todos sabemos, los hijos de la pérfida Albión, los muy cabr...s, circulan por la izquierda y pillan las rotondas alrevés... bueno, no alrevés en general de alrevés, sino alrevés de como las pillamos nosotros, que en su caso es del derecho. Es decir, lo que para nosotros es el derecho para ellos es el revés y viceversa...eso sí, sólo a la hora de conducir, porque cuando se colocan una camiseta lo hacen poniéndose la etiqueta atrás, como nosotros.
Sigo. Cuando me he cerciorado de que efectivamente no viene nadie de ninguno de los lados, momento en que la contractura cervical empieza a hacer acto de presencia, meto primera y me deslizo a hilillo de gas desde el carril exterior al interior, porque claro, a una rotonda sólo se puede entrar por el carril exterior, y el que dude, que haga la prueba, nunca podrá acceder a la rotonda por el carril interior, que digo yo que para qué servirá si al fin y al cabo lo que cualquiera desea después de meterse en una rotonda es por todos los medios y cuanto antes, salir de ella. Pues que me deslizo por el carril interior, no me preguntéis porqué, y finalmente a golpe de gas me reincorporo al exterior derrapando con la rueda trasera, y si se tercia y me pilla inspirado, también con la delantera, y ya no te cuento nada si encima el asfalto está liso como el cristal o la rotonda cerca de una gasolinera, porque si es así, la diversión está asegurada, la combinación gasoil derramado, moto y asfalto pulido es como para flipar en colores...
Nada, que tengan cuidado en las rotondas que son muy traidoras :-?