I
Iceman
Invitado
Una chica joven y bastante atractiva se confiesa:
> -Padre, me acuso de ser ninfómana.
> -Hija, eso está muy mal, no debes ceder ante la tentación.
> -Lo sé padre, pero es que cuando pienso en un hombre no puedo evitar sentir
> un calor...
> -Hija, tu mal tiene remedio, debes ser casta.
> -Es que no puedo padre, sólo con oír su masculina voz, aquí, en este sitio
> tan acogedor, sin ver su cara, me imagino unas cosas que..
> En ese momento, la muchacha empieza a tocarse y a gemir.
> El cura se siente tentado, y reza al crucifijo que tiene junto a él:
> -Señor, ayúdame a evitar esta tentación enviada por Satanás.
> -Mmmmh, padre, venga conmigo, que estoy muy mojada.
> La joven se desabrocha la camisa, y unos senos voluptuosos salen de ella.
> El cura ya no puede más, y desesperado, clama al crucifijo:
> -Señor, ¡dime qué he de hacer!.
> A lo que el Cristo clavado responde:
> -¡¡Suéltame, cacho maricón, suéltameeee!!.
> -Padre, me acuso de ser ninfómana.
> -Hija, eso está muy mal, no debes ceder ante la tentación.
> -Lo sé padre, pero es que cuando pienso en un hombre no puedo evitar sentir
> un calor...
> -Hija, tu mal tiene remedio, debes ser casta.
> -Es que no puedo padre, sólo con oír su masculina voz, aquí, en este sitio
> tan acogedor, sin ver su cara, me imagino unas cosas que..
> En ese momento, la muchacha empieza a tocarse y a gemir.
> El cura se siente tentado, y reza al crucifijo que tiene junto a él:
> -Señor, ayúdame a evitar esta tentación enviada por Satanás.
> -Mmmmh, padre, venga conmigo, que estoy muy mojada.
> La joven se desabrocha la camisa, y unos senos voluptuosos salen de ella.
> El cura ya no puede más, y desesperado, clama al crucifijo:
> -Señor, ¡dime qué he de hacer!.
> A lo que el Cristo clavado responde:
> -¡¡Suéltame, cacho maricón, suéltameeee!!.