PELIGRO, POLLOS ALIENÏGENAS NOS INVADEN

Despertaferro

Curveando
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PELIGRO; POLLOS ALIENÍGENAS NOS INVADEN



2055-DIARIO/1er contacto


Por fin, esta noche, he podido burlar la vigiláncia, colarme en las oficinas y acceder al “ordenata”. Necesito ayuda, llevo aquí encerrado tres meses y nadie me cree.
Es necesario que entendáis mi situación y el porqué me encuentro aquí.
Necesito ayuda.

A continuación voy a copiar las anotaciones que he podido ir escribiendo en retazos de papel higiénico cada vez que iba al servicio. No están muy claras porque las tuve que escribir con un lápiz de esos de pintarse los ojos, se lo robé a una loca que tienen aquí encerrada, y que va todo el dia arreglándose, debe llevar mucho tiempo pues parece tener 150 años, o más, y dice llamarse Sarita Montenosequé.

Aquella tarde, cuando el sol ya era solo un reflejo de intenso carmesí en el cielo, conducía mi K con los pensamientos puestos en las sensaciones que durante la jornada había experimentado. Como siempre regresaba feliz, muy feliz; el rodar con los amigos, la comida, la conversación, las amistades incipientes y gratas de los nuevos llegados al Club, todo hacía prever una velada plácida y gratificante al calor de la iluminada pantalla de mi ordenador y escribiendo una “crónica” sobre la salida, con la colaboración de mi fiel teclado.

Creo que fue justo en la “rotonda” que quebrando de manera absurda la continuidad de la comarcal, da acceso a la Platja de Castell, lugar a donde en esta época del año pocos son los que se pierden.

Sin saber porqué, y esto lo recuerdo bien, di siete u ocho vueltas seguidas a la rotonda, después un potentísimo chispazo, un crepitar intenso y un desvanecimiento lento y cadencioso que ocupaba poco a poco, muy lentamente, todo mi cerebro, me llevaron…hasta la nada…

Al despertar mi vi solo, cómodamente reclinado en una especie de tumbona, en una sala de largas y curvilíneas paredes que me insinuaban la forma exterior del recinto. No sé porqué, pero parecía que podía, a través de las paredes, intuir cierto “carácter” de la apariencia exterior del lugar en el que me encontraba. Tras de mí, me apercibí más tarde, estaba mi estimada K sobre una tarima y unida por un sinfín de tubos y cables a una especie de computadora de la que a su vez salia un cable que se perdía por un orificio que había en el techo.

Delante de mi, por un amplio ventanal acristalado que llegaba hasta el suelo de la sala, pude ver en la penumbra, a pesar de lo avanzado ya de la noche, que la nave o lo que quiera que aquello pudiera ser, flotaba en un verde mar de sutiles olas, me pareció extraño no sentir el típico balanceo de las embarcaciones e intenté acercarme al ventanal.

Pude entonces comprobar que algo intangible me lo impedía a pesar de no estar atado por ningún tipo de sujección; ni correas, ni cadenas, ni cuerdas; nada que yo pudiera ver o notar.

Tras un primer momento de nerviosa excitación, entorné los párpados e intenté relajarme.

Tranquilo, date tiempo. – pensé -

- ¡Bienvenido a nuestra nave!

De súbito, frente a mí “aquello” que mis ojos veían y mi cerebro se negaba a creer, me había saludado en un correcto y académico catalán.

Se que no me vais a creer, de hecho nadie me cree, por eso creo que permanezco aquí, recluido en esta institución junto a todos estos locos.

¡Era un pollo lo que me estaba hablando! Sí, un pollo como los del Prat, de hecho luego supe que era un pollo del Prat…, bien, tenía el aspecto de un pollo del Prat, aunque algo desfigurado. Sobresalía de su cabeza como una protuberancia en forma de casco, de esos tipo “jet”, con visera y todo, su lomo también se sobre elevaba a modo de espaldera o cosa similar, y los codos de sus alas, y las rodillas, esas rodillas que tienen los pollos, como para atrás, también estaban “almohadilladas” por esas protuberancias. Además llevaba puesta una especie de “chupa” o cazadora sin mangas de color negro, que yo hubiera jurado que era de cuero. En su bolsillo derecho, en la pechera, pechuguera, debería decir, habían una serie de botones luminosos que se activaban cada vez que hablaba.

- Me llamo Oss’a y vengo de un planeta de la segunda galaxia, más allá de la Vía Leto’Ram-Ato. Por un error en la preparación de esta misión, mi aspecto es el que ves. Cuando estudiamos a los habitantes de vuestro planeta, un cruce de información en nuestros sistemas “informaticionales”, nos hizo confundir, así que concluimos que tendríais este aspecto, además para caeros mejor, escogimos el del pollo del Prat precisamente…

(Yo estaba chalando con el magnífico acento y sintaxis del catalán que hablaba el pollo)

- …puedo hablar tu idioma gracias al traductor bio implantado en mi cuello, el programa de traducción lo buscamos en Google y lo bajamos de internet. –soltó de una parrafada-

- Mire yo…

- Calla y escucha, te conviene. – me cortó tajante-

- Nuestro interés no está en tu persona, está en tu mo-t’o, somos un pueblo que basa su existencia en el uso de ese ingenio, de pequeñitos ya nos bio implantan el casco, luego cada cual se va haciendo las bio implantaciones que considera más convenientes, los hay que incluso llegan a hacerse bio implantes integrales, yo no, aún no he ahorrado lo suficiente para adaptarme la casa a las necesidades de una bio implantación integral y las hipotecas están por los cometas…

- Pero… -intenté hablar-

- El caso –prosiguió sin escucharme- es que sabemos de la tecnología sobre la que se sustenta tu mo-t’o, y nos interesa mucho. Ahora estamos extrayendo datos de ella… - la tumbona comenzó a girar dulcemente y se paró justo cuando quedé encarado al lugar donde estaba mi K.-
- Luego, cuando acabe la transferencia de datos te soltaremos, y nos llevaremos la mo-t’o. La energía para extraer los datos la tomamos de un farol de esos que hay en vuestros caminos, la nuestra trabaja a distinta frecuencia y la impedancia precisamente impide -como es normal- que funcione bien..

- Señor pollo, ¿Puedo hablar? –dije con un hilillo de voz-

- Habla -me contesto autoritario, poniendo las alas en jarras y levantando la roja cresta, que sobresalía del casco por una ranura pensada para ello-

- Mire, señor …

- Llámame Oss’a - me interrumpió-

- Sr. Oss’a…es que la moto es un recuerdo de familia.

- La familia…, lo comprendo…, -por unos instantes su expresión se tornó reflexiva-
… mira te voy a mostrar la mia. –dijo, sacándose la cartera del bolsillo interior de la chupa- …mi señora y mis dos hijos. ¿A que son guapos?.
-Quedé anonadado, me estaba mostrando una foto donde aparecían tres cosas, como lo diría, tres cosas como de canto, vamos muy raras. Era una foto en la que las figuras mostraban solo el torso -o eso pesé yo- y semejaban hechas como de aristas huidizas, echadas para atrás. Como lo que queda si atamos un bloque de helado de fresa al parabrisas de la moto y salimos zumbando a 180 por hora en medio de una granizada-.

- M…u…y guapos. –atiné a balbucear-

- Bien ya hemos descargado todos los datos, te voy a regresar al suelo –respondió, sin prestar atención a mis halagos-

- De nuevo giró la tumbona y cuando estuvo otra vez frente al ventanal comenzó a deslizarse hacia él, enderezándose al tiempo que se paraba justo a un metro de la abertura, el cristal ya no estaba, intenté pensar rápido, no podía abandonar mi K en estas circunstancias.

- Perdón poll…, digo…Sr. Oss’a, a que tecnología se refería antes. – le increpé, casi gritando-

- A la de tu mo-t’o, naturalmente.

- Mire si me permite, Sr Oc’a…, digo Sr Oss’a, mi moto tiene, y mal que me sabe, un gran defecto en su concepción tecnológica, precisamente vengo de intentar que me devuelvan el dinero que pagué por ella, y llevo en las maletas la documentación que lo demuestra.

- ¿De que me hablas?. –espetó, intrigado y algo molesto, mientras yo pensaba a todo trapo. Precisamente llevaba varios recortes de prensa de principios de siglo, allá por el 2004 ó 2005, cuando salieron las primeras unidades del modelo K-S, en aquel entonces con la arcaica tecnología de la época, basada en inyectores, electrónica y motores de explosión, las primeras unidades del modelo dieron varios problemas, incluso después de ser presentado oficialmente. Y yo, afortunado de mí, llevaba todos esos recortes que comentaban los problemas. La casualidad quiso que antes de la salida los buscara y los llevara para comentarlos con mi amigo Pako Lesmaisons, pués tenia un modelo como el mio y también estaba interesado en su historia, además nos serviría para hacer broma con los otros compañeros que usaban modelos distintos, de esos de los dos “cacerolos”, sobre todo con Ramón Eslturons.

- Si me permite, Sr. Galli…, digo Oss’a, se los puedo enseñar

- Ya los cojo yo mismo, ¿en la derecha o en la izquierda? – preguntó-

- No, mire, están en la bolsa sobre depósito, en la cremallera de más arriba.

- ¿En la cre... qué? – exclamó sorprendido – parecía que esa palabra no constaba en su traductor bio implantado-

- Ahí –señalé con el dedo-

- Y esto ¿con que botón se abre? –gritó-

- No va con botón, tire usted de la pestañita esa dorada. -finalmente sacó los papeles que se encontraban primorosamente encuadernados y protegidos en fundas de plástico individuales, y se quedó embobado mirándose la cremallera, con los papeles colgando de su ala. Después de abrirla y cerrarla un sinfín de veces, de nuevo recuperó el porte de pollo altivo y orgulloso y se dirigió a mí.-

- ¿Que decías de la tecnología?, ¿es que tu máquina no funciona con un Quasarreactor de alta impedancia, alimentado por reciclobiomasa?. –esta vez sus palabras me sonaron un tanto más dulces y amables-

- No, no, mire…, mire los papeles.

- Recé por que no hubiera quedado algún margen sin recortar en el que pudiera aparecer la fecha de edición de los artículos, cincuenta años son muchos para que la trola colara. Estuvo lo que me pareció una eternidad leyendo y releyendo los papeles, y por fin dijo…

- ¿Como se quita la bolsa esta?, ya que no me sirve tu mo-t’o, que quedaré con la “crepollera” esta de aquí, y con las otras “creminoleras” también, me irán de muerte para mi chupa y vacilaré un montón con esta tecnología. - evité reir, su traductor bio implantado no acababa de dar con la palabra, le mostré como hacerlo y tras devolverme los papeles metió la bolsa sobredepósito en un hueco que se habrió en el suelo junto a sus patas, ¡no me había fijado antes, sus patas tambien estaban bio implantadas con unas botas de caña alta con protecciones!, vaya pollo que estaba hecho el tío.

- Sr. Oss’a, me puedo ir con mi moto…

- Adiós colega y gracias por las “cremilindanzas” –dijo amigablemente con una gran sonrisa de pollo satisfecho-

- Ah, se me olvidaba, ahora de nuevo te dormirás para que te podamos descender, …hummm… si no te importa te iras durmiendo mientras descendéis tú y tu moto. Perdona pero es que tengo prisa, quiero coserme las “crecipolllas” durante el viaje de regreso.

Empecé a sentir como poco a poco la somnolencia me invadía, mientras, sin tocar con los pies en el suelo me iba desplazando hasta la abertura y comenzaba a flotar, ya sin suelo bajo mis pies hice un esfuerzo por girarme para ver lo que dejaba atrás, mientras descendía suavemente y justo antes de que mis párpados se cerraran por completo aún pude leer en el flanco de la nave sobre un fondo de un maravilloso rojo intenso la palabra DOUCAt’i.

Días después y por la prensa supe que no era un mar el lugar donde se encontraba la nave, todos los medios de comunicación dieron la noticia de las extrañas huellas que habían aparecido en un campo de cebada, “como unas roderas de algún inmenso vehículo que tuviera una sola rueda”, venían a describir. Yo supe enseguida que no tenía una rueda, tenia dos, una delante y otra detrás, además no era un vehículo “normal”, era una MOTO.

Por hoy es suficiente, no me puedo arriesgar más...
 
2055-DIARIO/2ºcontacto

Tenía muchas esperanzas puestas en vuestras respuestas a mi llamada de auxilio, y la verdad, se me acaba de caer el mundo encima. No me cree nadie, ni siquiera vosotros.

Llevo ya muchos días intentando acceder a las oficinas para poder usar el ordenador, por ahora el único medio que tengo para acceder al exterior. Me ha costado mucho poder conseguirlo esta vez, no se si es que se dieron cuenta de que alguien había entrado, o fue casualidad, pero cambiaron la cerradura y esta vez fabricarme una llave falsa que funcionara ha sido muy complicado. Afortunadamente conseguí copiar la original estampándola a modo de calco sobre una bola de pan masticado y luego reproduciéndola sobre una lima de uñas, –la Sarita es una mina, tiene todo tipo de cachivaches de esos de hacerle “bricolage” en la cara-.

He estado un tiempo leyendo mensajes en asuntos del foro y hay muchas cosas que no me cuadran, son muy extrañas, ¿Qué ha pasado?, ¿Por qué todos vais con motos de época?. Las fechas de los mensajes son actuales, de estos días, el último era de hoy mismo 9 de noviembre de 2011, pero habláis de modelos de motos de hace por lo menos cincuenta años. ¿Me lo podréis explicar?

Bueno a lo que vamos; he podido pensar mucho durante estos días, y tal vez lo mejor sea relataros todo lo que recuerdo a partir de cuando desperté en el campo de cebada.

Lo primero que vi fueron los reflejos de luces azules y naranjas, yo me encontraba estirado en una camilla, atado a ella, y dentro de lo que parecía una ambulancia de esas medicalizadas. Tras unos momentos en los que intenté centrar mi mente en comprender algo, incorporé la cabeza.-lo único que podía mover- y vi a través de la puerta trasera, que estaba abierta, como una grúa de esas antiguas, de tipo “succionador”, depositaba mi K en su plataforma. Por fortuna no falló el sistema neumático – como suele ser común en esas grúas tan antiguas-, y la maniobra se realizó con éxito.

Alguien cerró la puerta y un enfermero accedió a donde yo me encontraba por la puerta lateral, al mismo tiempo oí el zumbido del quasarector de la ambulancia, al ponerse esta en marcha. En 30 segundos nos estábamos deslizando por la comarcal.

El enfermero me explicó durante el trayecto que alguien había dado aviso de que en medio de un campo de cebada había visto un cuerpo inerte estirado boca arriba y una moto posada sobre su caballete lateral, a su lado, hizo hincapié en que tanto la moto, como yo mismo –el cuerpo inerte era yo- parecíamos haber llegado allí volando –cosa imposible-, pues no había ningún tipo de señales ni roderas en el suelo, que por cierto estaba muy húmedo, excepto, claro, la gran rodera que ya os he explicado y que luego la prensa difundió.

Fui trasladado a un centro donde me sometieron a todo tipo de pruebas y análisis, incluso psicológicos, durante tres o cuatro días, no recuerdo bien, y después me trajeron aquí.

Ahora mi mayor preocupación no es salir, si no saber que hará el pollo cuando descubra por medio de los datos que extrajeron de mi K, que no se trata de un modelo defectuoso y que por lo tanto lo engañé con los recortes de prensa. Es capaz de volver y localizarme. La idea me obsesiona y me paso el día mirando de reojo las palomas que se posan en los alfeizares de las ventanas del centro.

Aquí no vemos la “etervisión”, ni entra ningún tipo de prensa electrónica, estamos aislados y no se nada del exterior, por favor responded a mis post y hacedme llegar información de lo que pasa en el exterior. Por momentos no sé si sigo estando en la tierra, o estoy en el planeta de los pollos junto a todos estos desgraciados, que como yo, pueden haber sido abducidos por estos extraterrestres moteros.
 
2055-DIARIO/3er contacto

Ya vuelvo ha estar aquí, tengo comprobado que entre las 3 y las 5 de la madrugada no hay nadie haciendo la ronda, así que dispongo de por lo menos una hora y media.

Voy a obviar vuestros mensajes por que parece que no queréis ver la realidad, ni entender la verdadera situación, además lo que debo relataros es, creo, trascendental para que la entendáis – la realidad -, y podáis ayudarme.

Para empezar hoy he descubierto algo inaudito, después de comer y durante la hora que tenemos de patio, me he dedicado a intentar capturar una de esas palomas que me tienen con la mosca en la oreja, he colocado unas cuantas migas de pan en un rincón del patio donde hay como una especie de marquesina a modo de cubierta, con la esperanza de que alguna se decidiera a posarse en el suelo para comerse las migas, yo permanecía al acecho sentado en un banco muy próximo, al lado del cual hay una gran maceta en la cual vive una bogambilia que se esparce por la marquesina. Al cabo de diez o doce minutos una paloma se ha posado en el suelo a escasos metros del lugar donde yo estaba, ha dado unas vueltas, pero no se acercaba a las migas, luego lo hecho, pero no ha mostrado interés por ellas, tras asegurarme que la operación podría tener éxito, me he abalanzado sobre ella y he conseguido tocarla.

Esto es rigurosamente cierto, y corrobora lo extraño de todo este lío:
Al rozar con la punta de mis dedos la paloma, esta ha desaparecido al tiempo que se oía como un chasquido, no se…, un chisporretazo. He deducido que la tal paloma era una recreación holográfica y he decidido investigar más sobre la cuestión.

Podréis deducir mi estado de ánimo, por lo que no me voy a entretener en describíroslo.

El patio está totalmente asfaltado, por lo que para conseguir una piedra he tenido que remover disimuladamente en varias macetas, por fin he encontrado una de un tamaño adecuado, he ido hacia una esquina del patio para evitar ser visto y la he lanzado con todas mis fuerzas con la intención de hacerla pasar por encima del muro – tiene una altura de unos 4 ó 5 metros-, otro crepitar intenso y la desaparición del azul del cielo –sustituido por un color de helado de fresa- , me ha confirmado lo que sospechaba que había sucedido con la paloma.

Las personas son reales, y el edificio, y los muebles, en fin todo, todo menos el lugar donde está situado el edificio. El cielo, las nubes, el sol, las estrellas, las palomas y – lo he comprobado-, hasta las hormigas son recreaciones holográficas perfectas.

Tu Panotxa, creo que me entenderás bien, por lo de holo…GRAFICAS.

Aquí no nos ofrecen vino en las comidas – y menos ese tan apreciado desde que la variedad de uva se extinguió allá por los años 20 ó 25 -, comidas, que por otro lado, son de lo más normales, tres veces al día dos, o a veces, tres tabletas de concentrados diversos con los líquidos ya incorporados, vamos casi como en casa.
Por otro lado y para mantenerme en plenas facultades, desde que llegué aquí no he tomado ni una sola de todas esas pastillas que me han recetado y que debo tomar cada mañana y cada tarde en la prescriptiva visita a la enfermería. Mis años de trabajo como ayudante sanitario me han sido de gran utilidad para saber como distraer unas pastillas mientras alguien observa como las engulles. Acaban siempre en el water, de manera que tranquilos, ese aspecto lo tengo bien cubierto.

Quizás se haya producido una virtufractura en la resultante coordenancial de abcisas tiempo-espacio y eso explique la discordancia entre las fechas que yo veo en el foro y las imágenes y relatos o comentarios que hacéis en él. Podría ser que todos vosotros estuvierais afectados por este singular fenómeno y naturalmente sois ignorantes de él.

Así que después de todo, quizá sea yo quién os tenga que ayudar a vosotros.

Seguiré investigando desde aquí con los precarios medios y oportunidades de que dispongo. No desfallezcáis, se que mis deducciones, si no sois fuertes de espíritu, os pueden afectar – es duro saberse atrapado en el espacio-tiempo -, pero os prometo que haré todo lo posible por sacaros de ahí.
 
2055-DIARIO/4ºcontacto

Celebro que sigáis de tan buen humor, eso es bueno, pero en este caso os impide tomar conciencia de la gravedad del asunto. Deberíais reflexionar sobre ello, pues yo he confirmado todos mis temores y efectivamente estáis atrapados en una “burbuja” espacio-temporal que os mantiene aislados de la auténtica realidad. Se que es duro admitirlo, pero vosotros permanecéis atrapados a principios del mes de noviembre de 2011, cuando en realidad el resto del mundo ha llegado ya al 2055.
Yo no estoy mejor, si bien parece que he escapado a la “burbuja” que os mantiene atrapados, se confirma que lo he hecho precisamente por no encontrarme en el mismo lugar que vosotros cuando se produjo la virtufractura en la resultante coordenancial de abcisas tiempo-espacio.
. Así que estoy en otro lugar, y creo que no es precisamente en el planeta Tierra, sobre esto aún tengo seria dudas.
Durante estos días he podido descubrir varias cosas; para empezar los “locos” que habitan este lugar permanecen aislados de mí de una forma muy sutil; nos vemos, pero no nos podemos tocar, no se pude dar ningún contacto, ni entre ellos, ni conmigo. Una especie de campo aislante lo impide – puedes tocar la ropa, pero si intentas tocar la carne, al llegar a unos dos milímetros de ella, si sigues empujando vas retirándola de modo que mantiene esa misma distancia de ti, como si empujaras la fina película que establece el campo energético y esta desplazara el miembro o parte del cuerpo que quieres tocar. Una lata para según que cosas. Otra particularidad muy curiosa son los nombres de los “locos”, más que los nombres, los apellidos; hay un Rossi, un Gibernau, un Kato, un Pedrosa, y muchos otros que me recuerdan nombres de antiguos corredores de motos, además de otros que no relaciono con nada en especial. He intentado obtener información vía ordenador, consultando bases de datos de la red mundial, colocando como clave de búsqueda “carreras de motos”, “premios de motos”, “historia de la competición de motos”…, y cosas por el estilo, sin resultado, supongo que a raíz del cambio de formatos de competición cuando todas las marcas quedaron absorbidas por LA MOTO en el año 25, se debieron rehacer los archivos, quedando los anteriores guardados en algún otro lugar.
La principal novedad en mi régimen de vida aquí se produjo hace tres días, fui llevado a primera hora, después de las operaciones de asepsia matutinas en el irrigador ozónico, ante el director, ha sido la primera vez que lo veo, me izo sentar frente a el y me explicó que a primera hora de la tarde me seria entregada mi ropa de ir en moto, la misma que llevaba el día del “encuentro” con el “pollo”, me la debía poner y acompañar a dos cuidadores para pasar la tarde fuera.
Durante la entrevista pude observar que en el cristal de un cuadro que había en la pared frente a mí y que representaba una marina, se reflejaban varios aspectos de la habitación, incluso parte de mi torso, pero él no aparecía, yo movía mi cabeza para tratar de percibir su reflejo, pero este no se producía. Es la primera vez que pasa algo así, en diferentes puertas y ventanas hay cristales y hasta ahora todo parece que se refleja con normalidad, por lo menos no he reparado en que no sea así.
Después de mediodía y tras haber tomado el complejo alimenticio de rigor fui llevado a través de pasillos hasta ahora desconocidos, hasta una especie de hangar bastante amplio, en el centro del cual estaba, impecable, mi querida y añorada K. Estaba en marcha y un “mecánico” –llevaba un mono blanco-, se entretenía con el acelerador. Los cuidadores me invitaron a montar la K y me explicaron que se abría la puerta frontal y yo debía salir por ella, recorrer el circuito y regresar. No podía desviarme del camino principal, lo reconocería porque el firme era de color asfalto, los adyacentes eran de color helado de fresa. El recorrido debería hacerlo en, como máximo, una hora, cuanto menos tardara mejor, y no debería temer por las caídas, estaba todo controlado.
Durante sus explicaciones pude observar a través del espejo retrovisor de la derecha que los cuidadores tampoco salían reflejados. El “mecánico permaneció todo el tiempo a la izquierda de la K, pensé en mirar el retrovisor al arrancar y dejarlos atrás, para comprobar si él aparecía reflejado o no. Así lo hice y lo vi, el era como yo y los demás internos, era “normal”.
Debo dejarlo aquí, se ha hecho muy tarde, pronto debería decir, y no me quiero arriesgar más.
Una última cosa, no frivolicéis con el problema que estáis padeciendo, creedme. Yo voy a intentar encontrar la prueba irrefutable que os pueda convencer de que lo que os digo es cierto.
 
::) :-? :(
hoy le meten mano a cualquier maceta.....
to50a.jpg
 
2055-DIARIO/5ºcontacto

Hola, ¿Cómo estáis todos?, me gustaria creer que un poco preocupados, aunque por lo que leo parece que no teneis ni la menor idea de lo que os está ocurriendo, y eso es muy grave para vuestra salud mental, espero que la realidad, tozuda como es, se acabe por imponer y toméis auténtica consciencia de vuestro problema.

En fin, por aquí llevo muchos días intentando comunicarme pero hasta hoy me ha sido del todo imposible, la verdad es que no sé que ha pasado, el sistema no conseguía conectar y cada vez debía dejarlo, aburrido y triste, por que si no consigo recuperaros a tiempo, cuando lo haga -que lo haré- quizás sea ya muy tarde.

Por fin hoy lo he conseguido y voy a intentar aprovecharlo.
Desde la última vez no han pasado muchas cosas, pero lo que ha pasado ha sido alucinante.
¿Recordáis aquella mañana cuando me disponía a recorrer aquel circuito con los “adyacentes” de color helado de fresa?, ¿si?, pues la puerta se abrió, curiosamente, basculando hacia fuera y de arriba hacia abajo, a modo de puente levadizo. Metí la primera y solté la maneta del embrague al tiempo que hacia girar el mando del acelerador, recorrí por una especie de túnel, unos 100 o 150 metros, y delante de mí apareció, como de repente,  el edificio de “Xidors”, ¡hosti tú!, me voy a casa –pensé al tiempo que accedía a la calzada girando hacia la izquierda-.
La aguja estaba a la mitad, el mecánico había calentado bien el motor, así que en segunda hasta las 8.000, tercera y así a toda leche. Solté el gas al aproximarme al cruce de Vallobrega y Castell y no tardé demasiado en “notar” algo raro en el ambiente, el entorno, el asfalto, el arcén y todo lo más próximo a mí, se veían y notaban reales, pero lo más lejano aparecía como desdibujado. Y para colmo las carreteras que desde la rotonda partían hacia Vallobrega y Castell, ¡Eran de color helado de fresa!, bueno, no las carreteras, sinó la “atmósfera” que flotaba en ellas.

Sin pensármelo, decidí girar hacia la derecha, hacia Vallobrega. Tumbé la moto y ya dentro de la rotonda abrí gas en tercera…

Un fuerte sonido de crujir, rozar y golpear me acompañó durante todo el tiempo que estuve dando vueltas, yo, mientras rebotaba contra el asfalto, veía a la K hacer lo propio delante de mí. Por fin la moto se detuvo y yo también a unos 30 metros de ella, me puse en pié y en un acto reflejo corrí hacia la K, no podía creerlo, veía la K sobre sus dos ruedas quieta en el arcén y sin un solo rasguño, entonces se me ocurrió mirarme a mí mismo, no me dolía nada y mi “Atlántis” lucía inmaculado.

Oigo pasos... Le doy al off...
 
2055-DIARIO/6ºcontacto

¿Que tal? ¿Como os van las cosas por allí?
Perdonadme que en todo este tiempo no haya contactado con vosotros. He estado muy ocupado tratando de poner orden en mi cabeza a fin de poder entender lo que realmente está pasando.

En estas dos semanas han pasado muchas cosas, pero lo más interesante es que creo haber dado con la respuesta a todo este lío.
Para empezar os diré que dejéis de estar preocupados, no estáis atrapados en ningún lugar, mis primeras impresiones no eran ciertas. Vosotros os lo perdéis, no tendré que rescataros.

En fin, ahora sin bromas; creo que todo se debe a la curvatura del espacio-tiempo, ya sabéis; Einstein y sus teorías.

Al caso: lo que ocurre es que yo he dejado de estar cerca de una gran masa, es decir; me he alejado a gran velocidad de la Tierra (supongo que mientras estuve en la nave del Pollo alienígena) podría ser que estuviéramos viajando por el espacio, y luego regresáramos, para volver a dejarme en el mismo sitio donde fui abducido.

Pues bien, el tiempo para vosotros, a ras de tierra, transcurrió mucho más lentamente que para mí, que estuve viajando a gran velocidad -quizás a una velocidad cercana a la de la luz- y lejos del campo gravitatorio de la Tierra. Esto implica necesariamente que vosotros sois relativamente más viejos que yo, ya que para mí, a pesar de haber pasado menos tiempo, he regresado en otra condición; la de haber vivido, alguna manera que aún no me explico, vuestro futuro.

No se si me entendéis, pero está muy claro, mientras vosotros ibais consumiendo años, yo, por poner un ejemplo, solo consumía minutos.

Otra cosa que aún no tengo muy clara es este lío de fechas. Se supone que si he regresado a la tierra, pongamos por caso, después de veinte años de vuestro tiempo, aunque para mí no haya pasado todo ese tiempo, sino apenas un par de horas, las fechas deberían ser las mismas, es decir, las de la Tierra. Esto me lleva a pensar que: o no estoy en la Tierra, -cosa rara ya que me recogió la ambulancia en el mismo lugar de la abducción- o si lo estoy, hay un desfase en las variables; ocupamos dos mundos distintos que coexisten en el mismo espacio, y -por que se ve- no siempre en el mismo tiempo.

Otra posibilidad es que, por alguna razón que se me escapa, yo siga estando “de viaje”, y todo el montaje del Pollo no sea más que una recreación de lo que yo quería que ocurriese cuando aparentemente nos dejó a la K y a mí en la rotonda de Castell, y yo crea que me comunico con vosotros a través del foro cuando realmente me estoy comunicando con el foro de un tiempo ya pasado y por eso las fechas son las que son. En este caso si nos volvemos a ver -y no lo digo por joder- yo tendré más o menos la misma apariencia que cuando nos vimos por última vez y vosotros estaréis hechos unos respetables abuelitos.

Se me ocurre que tendríamos que quedarnos todos quietos por un periodo de tiempo considerable. A ver si no moviéndose nadie dejamos de afectar la curvatura del espacio y del tiempo. Claro que igual no solucionaba nada, pues me parece que también la estructura del espacio-tiempo afecta al modo en que los cuerpos se mueven.

Joder con la teoría de la relatividad.

Ánimo que de una u otra manera lo solucionaré, espero que a tiempo. Je, je , je...
 
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