Buenas tardes, ignoro si esta es la ubicación adecuada para este tema.
Si que es austera y bonita, ¿tendrá sed? llevo 340 kms y sigue sin brillar el testigo amarillo, normalmente pediría beber.
La fresca mañana y suaves curvas del Somontano me acompañan, llevándome a otros pensamientos, a los brotes en la viña, a un alimoche que planea buscando desayuno, voy sobre railes con zapatos nuevos que estrenó la semana pasada, como toma las curvas la r850r, es pasar la mano por la larga barandilla desgastada de la casona de los abuelos.
Llegué, pongo la pata de cabra, solo serán unas horas, que bonita... es pienso.
Al ponerla de nuevo en marcha, un silbido de olla exprés anuncia problemas, el finde en Tolousse se complica y dan lluvias los pronósticos, los dioses deben estar gozando pienso.
Por suerte el taller de un amigo me va de paso, y tiene la misma moto, edición especial. Pero es... taller generalista, como médico de familia, para entendernos.
Viene hacia mi.
-Creo, creo que... calla y poniendo la oreja sobre la tapa de la gasolina, continua -creo que... son momentos angustiosos.
Se incorpora despacio, midiendo sus palabras y mientras apaga el motor, baja los brazos y mirándome a los ojos con cara de doctor que tras auscultar al paciente, da con pesar malas noticias. dice (y trago saliva)
La bomba va mal o tienes el filtro gasolina muy sucio y esta colapsando la bomba -Quería ir... le digo. pero no me deja terminar la frase.
-Al especialista, ve al especialista de urgencia, la consecuencias pueden ser graves. Asevera moviendo la cabeza como negando, cabizbajo.
No es momento de despedidas, le grito un -te digo algo... gracias, no me habrá oído el final, ya que me alejo, sin perder un segundo, mi cabeza no para de maldecir, dientes apretados y calaveras, bombas y cerdos como los bocadillos en las viñetas de Ibañez
Bajo la avenida en punto muerto, ambos moto y yo somos uno. Sufro si acelero, silba mas, me imagino que va a estallar, ahora me acuerdo del cable rojo o amarillo de las bombas en pelis, en momentos asi me sale el lado absurdo.
Son 400 metros de angustiosa bajada, suerte que el pueblo está en un barranco, entro sin quitarme el casco en el taller ahora si, taller de motos. Le explico la situación.
¿Qué pasa?..no me entiende, yo tampoco, mejora mucho la interlocución al levantarme el casco ¡joder!
Ni sale a verla, su escueta respuesta, dos palabras, solo dos, pronunciadas con seguridad, no se inmuta, sin quitarse el cigarro de la boca, verídico, dos palabras de quien lleva desde niño en el taller y ya peina canas quien te ve venir, quien ha desmontado mil motos, y las ha montado después.
Me quedo de piedra y salgo aprendiendo una lección, respeto a los buenos mecánicos, le doy las gracias mientras sigue con su afán, su trapo en las manos y el humo en los ojos.
Hago lo que me dice, dos palabras, echa gasolina, solo eso y lleno el depósito, solucionado, maldigo el testigo de reserva que me la ha jugado y poner la pata de cabra quizás también algo influya, todo evitable, evitable por mi.
Mas escuchar la moto y menos mirar el paisaje...pero es tan difícil no ver, no sentir la primavera mientras escuchas el motor, ahora sin silbidos. Solo motor y yo.
FIN
Gracias por leerlo, y si a alguien le pasa ya sabe, empezar por echar gasolina
Si que es austera y bonita, ¿tendrá sed? llevo 340 kms y sigue sin brillar el testigo amarillo, normalmente pediría beber.
La fresca mañana y suaves curvas del Somontano me acompañan, llevándome a otros pensamientos, a los brotes en la viña, a un alimoche que planea buscando desayuno, voy sobre railes con zapatos nuevos que estrenó la semana pasada, como toma las curvas la r850r, es pasar la mano por la larga barandilla desgastada de la casona de los abuelos.
Llegué, pongo la pata de cabra, solo serán unas horas, que bonita... es pienso.
Al ponerla de nuevo en marcha, un silbido de olla exprés anuncia problemas, el finde en Tolousse se complica y dan lluvias los pronósticos, los dioses deben estar gozando pienso.
Por suerte el taller de un amigo me va de paso, y tiene la misma moto, edición especial. Pero es... taller generalista, como médico de familia, para entendernos.
Viene hacia mi.
-Creo, creo que... calla y poniendo la oreja sobre la tapa de la gasolina, continua -creo que... son momentos angustiosos.
Se incorpora despacio, midiendo sus palabras y mientras apaga el motor, baja los brazos y mirándome a los ojos con cara de doctor que tras auscultar al paciente, da con pesar malas noticias. dice (y trago saliva)
La bomba va mal o tienes el filtro gasolina muy sucio y esta colapsando la bomba -Quería ir... le digo. pero no me deja terminar la frase.
-Al especialista, ve al especialista de urgencia, la consecuencias pueden ser graves. Asevera moviendo la cabeza como negando, cabizbajo.
No es momento de despedidas, le grito un -te digo algo... gracias, no me habrá oído el final, ya que me alejo, sin perder un segundo, mi cabeza no para de maldecir, dientes apretados y calaveras, bombas y cerdos como los bocadillos en las viñetas de Ibañez
Bajo la avenida en punto muerto, ambos moto y yo somos uno. Sufro si acelero, silba mas, me imagino que va a estallar, ahora me acuerdo del cable rojo o amarillo de las bombas en pelis, en momentos asi me sale el lado absurdo.
Son 400 metros de angustiosa bajada, suerte que el pueblo está en un barranco, entro sin quitarme el casco en el taller ahora si, taller de motos. Le explico la situación.
¿Qué pasa?..no me entiende, yo tampoco, mejora mucho la interlocución al levantarme el casco ¡joder!
Ni sale a verla, su escueta respuesta, dos palabras, solo dos, pronunciadas con seguridad, no se inmuta, sin quitarse el cigarro de la boca, verídico, dos palabras de quien lleva desde niño en el taller y ya peina canas quien te ve venir, quien ha desmontado mil motos, y las ha montado después.
Me quedo de piedra y salgo aprendiendo una lección, respeto a los buenos mecánicos, le doy las gracias mientras sigue con su afán, su trapo en las manos y el humo en los ojos.
Hago lo que me dice, dos palabras, echa gasolina, solo eso y lleno el depósito, solucionado, maldigo el testigo de reserva que me la ha jugado y poner la pata de cabra quizás también algo influya, todo evitable, evitable por mi.
Mas escuchar la moto y menos mirar el paisaje...pero es tan difícil no ver, no sentir la primavera mientras escuchas el motor, ahora sin silbidos. Solo motor y yo.
FIN
Gracias por leerlo, y si a alguien le pasa ya sabe, empezar por echar gasolina
