Soy usuario desde hace años de varias gasolineras BP de Madrid y zona Noroeste de la capital. Siempre me han parecido estaciones de servicio bien atendidas, con buena imagen y con un programa de Fidelización interesante. Hasta aquí bien, aunque sin nada que les diferencie sustancialmente de otras redes. Desde hace un tiempo, sin embargo, su departamento de Marketing diseña y lanza promociones que son claramente discriminatorias hacia los clientes que acuden a repostar con sus motos. Por ejemplo, en los últimos meses regalaban una barra de pan a todo el que echara gasolina por más de 35 euros. Y acaban de lanzar otra en la que descuentan un euro a todo conductor que reposte más de 25 litros. Como es fácil suponer, hay pocas motos, quizás ninguna, que tenga un depósito de más de 25 litros -la Honda Goldwing, por ejemplo, carga exactamente 25 litros; mi BMW, casi lo mismo-, o que llenarlo cueste más de 35 euros. ¿Acaso a BP no le interesa cuidar a sus clientes moteros, aunque sean habituales? No es que una barra de pan o un euro nos vayan a sacar de pobres, pero a nadie le gusta sentirse ignorado. Y ante las quejas, los empleados de BP se limitan a encogerse de hombros y decir que ellos sólo trabajan allí. Bastaría con flexibilizar ligeramente esos límites en el caso de que el vehículo que reposte sea una moto, digamos a 15 litros y 25 euros, por ejemplo, para un depósito lleno de una moto mediana. En caso contrario, tendremos que pensar que a BP no le preocupan las dos ruedas.