Me empecé a dar cuenta de que las cosas no iban bien cuando el comandante del avión anunció por megafonía que debido a problemas técnicos en el aeropuerto de Madrid-Barajas, nuestro vuelo acababa de ser desviado al aeropuerto de Villafria en Burgos.
"¿Un Airbus 340 aterrizando en el aeropuerto de Burgos...? simplemente, no cabe joder.
Empecé a revolverme en mi cómodo asiento de primera clase, dónde solo yo viajaba, debía de haberse equivocado el comandante, no podía ser de otra forma...
Al final no me bastó la paciencia y pulse el timbre para que viniera una azafata.
-¿Que desea...?-me preguntó con una gran sonrisa en los labios.
-mire señorita....he oído que nos han desviado al aeropuerto de Villafria en Burgos...
-así es, señor-respondió con la sonrisa un poco forzada. -pues alguien ha debido cometer un gran error, ése aeropuerto no esta preparado para que aterrice un avión de este tamaño....
¡nos vamos a matar...!
-no se preocupe señor...todo esta controlado- me aseguró con palabras, aunque el gesto de su cara me decía otra cosa.
-¿como se llama...?-cambie de tema.
-Natalia...-
-muy bien Natalia, ahora escúchame, quizás el resto del pasaje se trague ese cuento, pero yo no, vivo a ochenta kilómetros de Burgos,Villafria hasta hace unos pocos años era un aeropuerto militar, luego pasó a ser civil, hace cuatro días solo volaban pequeños charter y paquetería, sé que hay planes para transformarlo en un aeropuerto comercial....pero solo esta en proyecto...así que por favor dime que coño esta pasando aquí o te monto un escándalo que se va a enterar todo el puto avión...¿me entiendes..?
La azafata se quedó mirándome unos segundos sin saber que hacer, ya no había ninguna sonrisa amable en su cara, ahora tenia una gélida expresión, con los labios apretados y los ojos muy abiertos.
-esta bien...-arrancó por fin-le contare lo que sé, pero debe prometerme que no se lo dirá a nadie más.
-la escucho...-respondí intrigado.
-algo muy gordo esta pasando por todo el mundo, algunos dicen que es una enfermedad, otros que una ola de atentados terroristas a escala mundial con armas bacteriológicas...
-¿como...?-la interrumpí totalmente flipado.
-¿pero donde coño ha estado usted la semana pasada para no haberse enterado de nada? ¿Es que usted no ve los telediarios...?
me quedé un rato pensativo, la verdad es que hacia mucho que no veía las noticias..., ni la tele joder..., me acababa de pasar los últimos quince días en medio del desierto, en el circuito de Lossail en Qatar, probando todas las nuevas súper deportivas de la próxima temporada, tras haber ganado un concurso de la revista solo moto.
Quince días viviendo a cuerpo de rey, del hotel de lujo en minibús al circuito, todo el día probando motos, al anochecer de vuelta al hotel, cena de gala y copas y así todos los días.
Se podría haber congelado el infierno y me hubiese dado igual.
-¿se encuentra bien señor....?-preguntó Natalia.
-si...estaba pensando... se puede decir que llevo quince días aislado...no tengo ni idea de lo que me estas contando. -pues eso no es todo...-dijo misteriosa-corren rumores de cosas horribles...todas las fronteras internacionales se han cerrado, esta mañana, hemos despegado de milagro...casi ilegalmente, cuando estábamos en pista han ordenado de la torre de control que suspendiéramos el despegue,pero el comandante Ortiz les ha mentido diciendo que estábamos ya a máxima potencia en plena maniobra y que no podía detenerse ya y así es como hemos podido despegar... la mire totalmente alucinado, sí me pinchan no sangro. -una vez en espacio aéreo español, sólo nos han dado autorización para aterrizar en Villafria,de nuevo bajo control del ejercito, el resto de aeropuertos están cerrados a cal y canto,no hay controladores, nadie debe entrar ni salir del país, esta mañana han dejado que se estrellase en el Prat un 747 de Alitalia...¡entiendes...!han dejado que mueran cientos de personas...les han negado toda clase de información y ayudas para el aterrizaje...el piloto ha tratado de tomar tierra como fuese porque se le agotaba el combustible y se han estrellado...es horrible.
No podía creer lo que estaba oyendo, pero la verdad es que podría jurar que no me estaban gastando una broma. -es más...-continuo Natalia ya lanzada- nos dejan aterrizar porque somos Españoles, no sin antes habernos hecho jurar una y mil veces que entre el pasaje no había nadie enfermo ni con síntomas de nada...de todas maneras nos han ordenado que si conseguimos tomar tierra de una pieza no se nos ocurra abrir ni una puerta o intentar bajar del avión...han amenazado con volarlo si no les obedecemos.
-sigo diciendo que un 340 no puede aterrizar en ese aeropuerto...
-eso es lo que menos me preocupa, segun nos han dicho, el cuerpo de zapadores del ejercito alargó la pista hace dos días, para acoger grandes aviones “Hércules” de carga del ejercito, parece ser que el país entero esta en estado de sitio.
- no me lo puedo creer...
-yo tengo miedo de lo que nos pueda pasar una vez en tierra...estoy segura de que el comandante Ortiz será capaz de posar el avión, pero una vez allí...
no termino la frase y el miedo cubrió su rostro.
-¿que pasa Natalia...que más sabes?
-hace media hora he conseguido hacer una llamada a mi hermana con el móvil...estaba aterrada...me ha dicho que la gente muere por miles...y que luego.....y que luego...
-sigue joder, que me estas poniendo malo...-la grité.
-que luego se levantan...
-¿los muertos...?
-¡Si!
-¿Que se levantan los muertos...?
-¡Eso es...!
-¿como si fueran zombies...?
-¡son zombies...!
-¡venga...!
-¡creértelo joder...!
-¡ni de coña...!
-los muertos reviven al poco de morir de la extraña plaga que esta asolando todo el mundo, se levantan y atacan al resto de personas...mi hermana me ha dicho que los intentan devorar....que si te consiguen morder o arañar a las pocas horas te mueres y te conviertes en uno de ellos...que los hospitales no funcionan como deberían sino que ahora son mataderos...todos los que acuden a ellos en busca de ayuda solo reciben un balazo en la cabeza como medicina...los cuerpos se amontonan por las calles...la población esta obligada a permanecer en sus casas, por la calle solo esta el ejercito y el resto de fuerzas de seguridad acabando sin preguntar con todo el que ven...
-no me lo puedo creer…-me repetí.
-lo más probable es que nos maten a todos en cuanto aterricemos...-dijo aterrada.
-no creo...-traté de calmarla-seria mucho más fácil que nos interceptara un F-18 en pleno vuelo y que nos mandase a la mierda con un misil...
Nos quedamos mudos los dos....nos miramos y al instante nos lanzamos hacia las ventanillas del avión...por si acaso… Estaba anocheciendo...pero ningún signo de otra aeronave...desde el aire podía ver muy abajo las luces de una ciudad, desde aquí arriba, daba la impresión de que todo iba bien.
-Natalia...-dije entonces...-¿me podrías traer un Jack daniel´s?
-claro....-dijo volviendo por un segundo a ser azafata.
-doble...Por favor-
-creo que yo me tomaré otro-respondió mientras se alejaba. Cuando mucho después la voz del comandante anunció que nos abrochásemos los cinturones para tomar tierra, Natalia y yo teníamos un pedo más que respetable, los mini botellines de black Jack rodaban por el suelo, solos en primera, habiamos decidido que si estos podían ser nuestros últimos minutos en el planeta, mejor disfrutarlos.
El sonido de los motores Rolls-Royce cambió y el aparato comenzó a inclinarse suavemente, la suerte estaba echada.
Natalia y yo permanecimos sentados el uno junto al otro, con el cinturón abrochado y cogidos de la mano con fuerza, durante toda la maniobra de aterrizaje.
Yo seguía teniendo mis dudas de que no acabáramos estrellándonos así que cuando el tren de aterrizaje tomó tierra y el avión dio una sacudida casi me cago en los pantalones, apreté la mano de mi nueva amiga aún con más fuerzas y traté de recordar alguna oración... ajeno a mis temores el comandante Ortiz hizo bien su trabajo y el avión consiguió posarse en suelo burgales de forma elegante, luego rodó por la pista en desaceleración y termino por detenerse sin mayor problema.
-te dije que lo conseguiríamos...-me sonrió Natalia mientras comenzaba a desabrocharse el cinturón de seguridad.
-¡me apetece un cigarrillo...!-agregué aliviadísimo. -aquí no se puede fumar...-dijo mientras desaparecía por la parte delantera de la cabina.
Me quedé solo una vez más, y tras liberarme del cinto lo único que se me ocurrió fue asomarme por la ventanilla. El espectáculo parecía sacado de una película de acción americana, todo el avión estaba siendo rodeado por vehículos del ejercito, algunos efectivos ya saltaban de la parte posterior de los pegasos de transporte de tropas...vestían trajes completos contra amenazas biológicas NBQ y portaban amenazadores fusiles de asalto.
"Que mal rollito..."se me pasó entonces por la cabeza. Seguí mirando el espectáculo hasta que oí pasos a mi espalda y me giré, eran Natalia y otros dos tipos, los pilotos del avión, venian hablando seriamente entre ellos y ni me prestaron atención hasta que me tuvieron delante de sus morros.
-hola...-saludé estúpidamente.
Salieron de su trance y me miraron extrañados.
-estupendo aterrizaje chicos...-traté de romper el hielo. Se limitaron a asentir con la cabeza, se les veía muy preocupados.
-¿y ahora que va a pasar...?-seguí hablando.
Por fin uno de los hombres pareció pensar que mi humilde persona merecía alguna explicación y tras dar un largo suspiro comenzó a hablarme con voz grave.
-ahora nos toca esperar, un equipo medico militar subirá pronto a la nave y realizara un test medico a todos y cada uno de los que estamos en el avión...eso es todo lo que me han dicho. -¿es cierto todo lo que me ha contado Natalia...tan jodida esta la cosa...?
-me temo que sí-respondió el hombre desmoralizado. Su compañero se disculpó y se fue a la parte de turista para explicar al resto del pasaje como estaban las cosas, nos quedamos los tres mudos y solo quedó esperar.
Poco después, a través de las ventanillas vimos acercarse una carretilla elevadora con una gran jaula colocada en las uñas, llegó cerca del avión y rápidamente se subieron en la misma unos cuantos soldados con grandes cajas, luego tras un par de certeras maniobras, el conductor situó la maquina junto al avión y elevó la jaula hasta la puerta del avión de primera clase. Oímos entonces unos golpes en el fuselaje, Natalia y el piloto se acercaron a la puerta y tras mantener una breve conversación a gritos con la gente del exterior recibieron la orden de abrirla.
Entró un tipo bastante alto, enfundado en el traje de contención, y tras recorrer de un rápido vistazo todo el interior de la cabina y quedar a gusto con lo que vio hizo un gesto con la mano y pronto toda la zona de primera clase fue tomada por casi una docena de tipos armados.
Ninguno de nosotros se atrevió ni a abrir la boca, el único sonido que se podía percibir en la cabina era el susurro del aire en la puerta y las respiraciones artificiales de las mascaras. -bienvenidos a casa...-dijo una voz metálica que provenía del primer tipo que subió al avión.
-soy el capitán Fernández de Loizaga de la división mecanizada Brúnete numero uno, a partir de este instante todo el avión queda bajo mi mando... ¿entendido? no hizo falta ni responder.
-Yo soy el comandante Ortiz- se identifico el piloto- a sus ordenes... el militar asintió.
-muy bien...se que han llegado hasta aquí de milagro, que llevan un montón de horas de vuelo y que todos queremos irnos a casa cuanto antes, así que les contare que vamos a hacer a partir de ahora y si todo va bien en pocas horas serán trasladados a una zona segura y una vez allí serán atendidos debidamente y podrán comunicarse con sus familias... ¿de acuerdo?
Asentimos todos...pero tampoco podíamos hacer otra cosa. -les presento a la doctora Ruiz...-dijo señalando a otro cuerpo embutido en un traje de contención, la mujer asintió dentro del traje.
-a continuación se les realizaran tres sencillas pruebas, se les tomara la temperatura, se les examinara las pupilas, y se les pinchara en un dedo para tomarles una simple gota de su sangre, una vez hecho esto en un minuto escaso sabremos si están sanos y entonces podrán ir bajando en pequeños grupos del avión...
-¿y si no estamos sanos....?-se me escapó sin querer. El tipo se giró hacia a mí y por unos segundos no dijo nada, aquello me olió muy pero que muy mal... podía ver unos ojos pequeños fijos en mí dentro de la mascara antigas...
-si están enfermos se les trasladará a la zona de cuarentena y serán tratados debidamente.
No se de donde saqué yo aquella chulería impropia de mí, pero antes de poder arrepentirme solté la bomba. -¿con una bala en la cabeza como tratamiento...? Ahora si que la había cagado pero bien, todo el mundo me miró, una sensación desagradable la de sentirse observado a través de mascaras antigas, y mas si los tipos que las usan van armados hasta los dientes y seguro que no les gusta una mierda que un civil les haga preguntas incomodas.
-así es...-respondió entonces el capitán-es lo único que resulta efectivo...
"sin más..." pensé yo, ahora a ver si me puedo estar calladito un rato.
-usted será el primero...-me señalo el capitán.-venga junto a la doctora..."por favor."
Obedecí como un corderito.
Tuve que esperar un buen rato en mitad del pasillo del avión mientras la doctora y dos soldados sacaba todo el material medico de las cajas, los colocaron entre los asientos y cuando todo estuvo preparado con un gesto de su mano me indicó que me acercase.
La verdad es que la cosa fue muy rápida, me tomaron la temperatura corporal con un termómetro digital, me miraron las pupilas bajo el foco anaranjado de una linterna y luego un leve pinchazo en el dedo gordo con un toma muestras, el cual pusieron dentro de una pequeña maquina, que tras medio minuto más o menos dio un pitido y se encendió un led verde parpadeante.
-esta sano...-sentenció la doctora tras la mascara.
Me sentí aliviado, yo ya sabia que no estaba contagiado pero, si la maquina hubiera dicho lo contrario solo me hubiese esperado un balazo en la cabeza.
-avance junto a la puerta, en breve podrá descender del aparato-dijo con tono seco uno de los soldados.
De nuevo obedecí y camine hasta la puerta custodiada por otro par de hombres con los dedos en los gatillos y el cañón del arma apuntando al suelo.
Una leve ráfaga de aire helado llenó mis pulmones y me hizo tiritar, desde mi posición alcanzaba a ver un trozo de suelo, lleno de vehículos y soldados moviéndose de un lado a otro, ya tenia ganas de bajar del avión y largarme a casa.
Natalia y el comandante Ortiz fueron los siguientes en pasar la revisión, sanos también, y luego poco a poco empezaron a hacer pasar de uno en uno al resto del pasaje.
Cuando nos juntamos una decena de personas frente a la puerta, nos hicieron montar en la jaula y tras un corto descenso pisamos por fin tierra.
Nos recibieron,como no, otro grupo de hombres armados, que rápidamente nos hicieron montar en un par de VAMTAC,la versión española de los Hummer americanos, que arrancaron rápidamente por la pista de aterrizaje, no hablamos durante el trayecto, que duró unos cinco minutos y que nos llevó hasta una zona de grandes tiendas de campaña.
Al llegar, nos hicieron bajar y nos guiaron hasta el interior de una de ellas.
Nada más entrar un agradable olor a café llenó mis sentidos, la tienda parecía ser una especie de comedor de campaña, estaba fuertemente iluminada con blancos fluorescentes y hacia calor, además, los pocos soldados que la habitaban en esos momentos iban con el traje de campaña normal, no con trajes de contención, y estaban desarmados, lo que hizo que me sintiese bastante más a gusto y tranquilo.
Nos trataron como a reyes, nos dieron de comer, de fumar a los adictos como yo y ropa de abrigo por si teníamos frío. A medida que pasaba el tiempo, más pasajeros llegaban y la tienda se empezó a llenar, perdí de vista a Natalia entre la multitud, lastima, era muy guapa y agradable, me hubiese gustado tenerla más tiempo junto a mí.
Me la quité de la cabeza y me puse a pensar, ya era hora de que mi cabeza también aterrizase de una vez, ahí fuera el mundo se estaba viniendo abajo y yo en las putas babias... ¿que había sido de mis padres...de mis amigos...? ¿Cuando íbamos a poder salir de aquí?se supone que yo mañana tenía que volver al trabajo...
Necesitaba respuestas.
Me abrí paso entre la agitada multitud y me acerqué hasta uno de los soldados que fumaba solo en una mesa.
-¿me das un pitillo...?-rompí el hielo.
-claro...-me respondió tendiéndome un arrugado paquete de camel.
-¿te importa si me siento?-le pregunté amable.
-a tu bola...-respondió lacónico.
Tomé asiento y me encendí un cigarrillo, le di un par de caladas en silencio y después intente conseguir algo de información. Lo que aquel tipo me dijo hizo que se me erizaran todos los pelos del cuerpo y que un terror enorme se apoderara de mí.
- 2 -
Hubo una especie de motín en la repleta tienda, cuando tras varias horas de espera, la gente se calentó, y a gritos y empujones intentó salir al exterior en busca de aire fresco y de respuestas.
Yo me mantuve quitecito en la mesa charlando con el soldado y dando cuenta del paquete de tabaco.
Alguno consiguió salir fuera, pero enseguida resonó el tableteo de las armas automáticas en el aire y pronto fueron controlados y devueltos entre quejas y protestas.
Poco después entró visiblemente enfurecido El capitán Fernández de Loizaga, se cuadró rígido como un palo en la entrada y nos lanzó a todos los presentes una mirada asesina. -no pienso tolerar ninguna clase de acto de rebelión bajo mi mando...
Nadie se atrevió a abrir la boca, muchos de los que antes gritaban furiosos ahora miraban al suelo.
-mis hombres tienen orden de disparar a matar la próxima vez que alguno de ustedes se haga el valiente y empiece a tocar los cojones... Silencio absoluto.
-bastante jodida esta la cosa para andar con tonterías...tengo el deber de proteger su vida y de trasladarlos a sitio seguro...no me hagan más difícil todavía mi trabajo... ¿entendido?
Nadie respondió.
-veo que a todos les ha quedado claro como esta la situación, ahora les explicaré lo que vamos a hacer.
Caminó hasta el centro de la tienda y se subió encima de una mesa plegable para que todos pudiéramos verle y escucharle. -todos los rumores que seguro ya habrán escuchado son ciertos,
hay una plaga a escala mundial, de origen desconocido y de momento sin una posible cura, la gente enferma muere en cuestión de horas...para luego revivir de forma inexplicable y de carácter extremadamente violento, atacan al resto, devorandolos o infectándolos...va en progresión geométrica, lo cual nos ha llevado a la delicada situación por la que atravesamos en estos momentos.
Hizo una pausa para que asimiláramos sus palabras. -su majestad el Rey don Juan Carlos primero, de acuerdo con el gobierno declaró el estado de sitio en el Reino de España hace dos días...el ejercito, guardia civil, policía nacional, autonómica y local han tomado el mando con dos objetivos claros y simples...
primero ,proteger a la ciudadanía ,segundo ,acabar con la amenaza eliminando a los individuos afectados.
Una mano se alzó en el aire para preguntar, el capitán con un gesto negativo de su cabeza hizo que la mano bajase de nuevo.
-no voy a explicarles como se ha organizado toda la operación, pero les prometo que estamos haciendo todo lo posible por cumplir con nuestras ordenes y volver cuanto antes a la normalidad.
Siento decirles que aún no podrán regresar a sus hogares, a no ser que alguno de ustedes sea de aquí, de Burgos, todos los transportes han sido suspendidos, hay muchos de esos infectados sueltos y antes de poder circular por el país debemos eliminarlos para evitar que sigan propagando la infección.
Las ciudades más importantes del país, se están fortificando y protegiendo por el ejercito, en nuestro lenguaje se conocen como puntos seguros, ahí es donde se agruparan las personas sanas, dónde estarán protegidas y cubiertas todas sus necesidades básicas hasta que todo esto termine. Por eso ustedes serán trasladados inmediatamente al casco urbano de Burgos, y allí permanecerán hasta que nosotros resolvamos la situación... varias exclamaciones de sorpresa sonaron por toda la estancia, pero nadie se atrevió a protestar.
-una ultima cosa, vamos a necesitar toda la ayuda posible, así que no nos vendría mal que cada uno de ustedes nos dijese cual es su ocupación, necesitamos albañiles para construir muros, conductores profesionales para el transporte, medicos, enfermeras y demás... mis ayudantes les tomaran los datos y en breves minutos estarán listos los camiones que les conducirán a la ciudad....muchas gracias.
Acto seguido bajó de un salto de la mesa y tomó rumbo a la salida, y yo en otro de mis actos estupidos me levanté de la mesa y corrí tras él hasta que lo alcancé justo antes de que llegara a la salida.
-¡capitán...!-grité para que se detuviera.
Este se giró como un resorte y cuando me reconoció una mueca en forma de sonrisa irónica se dibujó en su boca.
-¡hombre...el listillo...!-dijo con desprecio.
-siento mucho mi comportamiento capitán...los nervios... ya sabe...
-¿que coño quieres...?-me espetó serio.
-he oído perfectamente lo que acaba de decir...pero no quiero quedarme en Burgos, yo soy de Miranda de Ebro, a escasos ochenta kilómetros de aquí, allí esta mi familia...todo lo que tengo...seguro que allí también estará el ejercito...podría ir con algún transporte militar de abastecimiento o algo parecido...aquí no pinto nada...
El capitán empezó a reírse estrepitosamente y a mi se me quedó cara de estupido mirándole.
-¿quieres ir a Miranda....tú...?
-así es...-dije yo poniéndome serio.
-ya ha sido evacuada...no quedan más que unos pocos civiles colaborando con el ejercito...
-conociendo a mi padre...estoy seguro de que él es uno de ellos...-dije firmemente.
-esta bien...será estupendo no tener que preocuparme por un tipo tan toca pelotas como tú en mi zona.
-gracias capitán...-respondí sincero.
-sígueme, tiene que salir un helicóptero con municiones hacia miranda en breve, les diré que te hagan un hueco.
-muchas gracias...-volví a repetir.
Salimos de la tienda y le seguí a buen paso por toda la base del aeropuerto, la noche era fría, tenía muchas ganas de largarme de allí cuanto antes.
aunque aquí soy Kuku....te agradezco que des a conocer mis relatoas a la gente y sobre todo la foto con mi querida gsxr, ke bonita era...me la guardo de recuerdo quer casi no tengo fotos con ella.