Bueno ahi va una cronica del viaje. La introducción me ha quedado un poco formal pero espero que no se os haga un ladrillo
Primera parte
Probablemente no sea muy común e incluso parezca algo descabellado o de locos el simple hecho de pensar en hacer un viaje en moto como vacaciones de luna de miel. O al menos eso es lo que pensaban todas aquellas personas que nos han preguntado sobre nuestras intenciones de viaje.
No negaré que todos nosotros a quienes nos gusta la moto tengamos algo de locos. Basta recordar el frio que se pasa en invierno, el calor que se pasa en verano o el “disfraz” que hemos de llevar como ususarios de este vehiculo, por ejemplo. Sin embargo, cuando algo te gusta, todos estos inconvenientes no se perciben como tales o se les busca solución.
Este gusto, pasión o locura ha sido la que nos ha empujado a realizar el viaje a la República Checa durante 12 dias. Han sido 12 dias de paisajes y carreteras variopintas, 12 dias de visitas a ciudades y pueblos, a palacios y castillos, 12 dias de inmersión en otras costumbres. En definitiva, 12 dias de moto.
Cuando en un principio comenzamos a planificar el destino, barajamos dos posibilidades como las más probables: Escocia o la Rep. Checa.
Indudablemente Escocia tambien tiene muchas cosas que ofrecer y todas ellas atractivas e interesantes, pero no deja de ser un país occidental, perteneciente a una esfera cultural comun a nosotros. La Rep. Checa, por el contrario, ha pertenecido a otra esfera de influencia y aun a pesar de no ser el caso más extremo y estar bastante “occidentalizado” todavia se encuentran bastantes ejemplos. Intentar descubrir algunos de estos ejemplos y visitar un pais con una extensa y dilatada historia han sido dos de los principales alicientes de este viaje.
Antes de entrar en la crónica del viaje y como punto final a esta introducción, he de decir que el pais no nos ha defraudado. Hemos encontrado lo que buscabamos. Hemos visto como es la vida diaria en algunas ciudades y pueblos y nos hemos dado cuenta del tremendo potencial turístico con el que cuenta el país. Tiene muchos de los elementos que, bien gestionados y potenciados, pueden hacer de este pais una muy buena alternativa a destinos clásicos.
Por ejemplo, el clima es más que aceptable para todos nosotros que ya disfrutamos de calor durante buena parte del año. La oferta de alojamiento es variada y asequible. Los precios de comida, bebida y transporte público son bajos para un poder adquisitivo como el nuestro. La red de carreteras es extensa aunque quizá sea en este apartado donde un visitante nota mas rapidamente el nivel del pais. El país no cuenta con muchos kilometros de autopista pero su estado y mantenimiento es correcto. Donde mas se nota la falta de medios es en el estado de algunas carreteras nacionales y comarcales. Es bastante común encontrarse carreteras parcheadas sin arcenes y con una señalización pobre y escasa. En este sentido, nos llamó la atención la gran cantidad de pasos a nivel que hemos tenido que atravesar y en la gran mayoria eran pasos sin barrera.
Y finalmente, los pueblos que, por regla general, estan bastante cuidados. Casi todos los que visitamos cuentan con una amplia zona peatonal o de circulación restringida, adoquinada, cuidada, limpia y con edificios en buen estado o restaurados.
Dado que las distancias desde Barcelona hasta la Rep. Checa rodan los 1.700 kms, en lugar de meternos estapas interminables hasta la frontera checa, preferimos dedicar un par de jornadas a visitar algunos puntos del sur de Alemania.
Con esta idea nuestra primera etapa fue Barcelona - Mulhouse. Etapa pura y dura devora-kilometros con paradas justas para echar gasolina, estirar piernas y comer algo.
Teniendo en cuenta que cada 200 - 250 kms hay que parar, el viaje se hace algo pesado y eterno. No obstante, nos dio tiempo a dar una vuelta por Besançon
Al dia siguiente, primer dia de visita y de disfrute del viaje, nos amanece lloviendo. Tipica lluvia fina y persistente con intención de no parar en todo el dia. Al menos esas eran las previsiones y parece que se cumplian.
Nos levantamos, desayunamos al maximo en el buffet del hotel (tecnica muy buena que te permite no estar pendiente de la comida de mediodia), nos enfundamos los monos de agua y carretera y manta.
Nuestro destino era el castillo de Hohenzollern en el pueblo de Hechingen, Alemania. Atravesamos la frontera politica entre Francia - Alemania, o mas bien lo que queda de ella, y la geográfica: el Rhin. Esta si que es la verdadera frontera.
Cogimos autopista hasta Freiburg y de alli por carreteras secundarias hasta el castillo. En esta primer contacto, nos llaman la atención dos cosas. La cantidad de tráfico que soporta tanto esa autopista en particular y de casi todas en general como las carreteras. En carreteras del tipo nacional o comarcal se ven una cantidad de trailers, camiones medianos y de reparto sorprendente. Yo pensaba que eran las carreteras españolas las que estan saturadas de camiones, pero no es así. Allí hay mas tráfico que aqui, desde luego.
Lo segundo que nos sorprende es la manera de conducir. En las autopistas, cuando se puede, la velocidad es alta. Pasan bastantes coches verdaderamente deprisa pero basta ser que haya alguna obra o señal de limitación de velocidad para que sea respetada escrupulosamente. Impresiona como todos los que te acaban de pasar deprisa te los encuentras circulando a 80 o 90. Ahora, eso si, cuando se acaba la limitación, hasta luego Lucas. Tambien sorprende que basta con sacar el intermitente con antelación razonable y con intención de incorporarse al carril izquierdo para que quien venga reduzca la velocidad y te permita la incorporación sin agobios ni prisas.
Llegamos al castillo. Fotos de rigor
e intento de ir a visitarlo. Digo intento porque cuando vamos subiendo nos sale al paso unas indicaciones de que la moto hay que aparcarla en un parquing a 15 minutos andando hasta el castillo. 15 minutos no son muchos pero, teniendo en cuenta que vamos con el mono de agua y eso supondría ponerse a sudar como un pollo a poco de comenzar la caminata, decidimos seguir hasta nuestra segunda visita: el castillo de Sigmaringen.
El pueblo no tiene otra cosa nada mas que el castillo, pero ya es suficiente. No necesitan mas.
Desde alli, aprovechamos a comer algo, y nos encaminamos a Ulm. Nuestro objetivo era ver su catedral, cuya torre es la mas alta de Europa. No se si será realmente la mas alta pero me las vi y desee para intentar hacer la foto entera. Al final no pude. Este fue el resultado.
Bueno ahi va una cronica del viaje. La introducción me ha quedado un poco formal pero espero que no se os haga un ladrillo
Primera parte
Probablemente no sea muy común e incluso parezca algo descabellado o de locos el simple hecho de pensar en hacer un viaje en moto como vacaciones de luna de miel. O al menos eso es lo que pensaban todas aquellas personas que nos han preguntado sobre nuestras intenciones de viaje.
No negaré que todos nosotros a quienes nos gusta la moto tengamos algo de locos. Basta recordar el frio que se pasa en invierno, el calor que se pasa en verano o el “disfraz” que hemos de llevar como ususarios de este vehiculo, por ejemplo. Sin embargo, cuando algo te gusta, todos estos inconvenientes no se perciben como tales o se les busca solución.
Este gusto, pasión o locura ha sido la que nos ha empujado a realizar el viaje a la República Checa durante 12 dias. Han sido 12 dias de paisajes y carreteras variopintas, 12 dias de visitas a ciudades y pueblos, a palacios y castillos, 12 dias de inmersión en otras costumbres. En definitiva, 12 dias de moto.
Cuando en un principio comenzamos a planificar el destino, barajamos dos posibilidades como las más probables: Escocia o la Rep. Checa.
Indudablemente Escocia tambien tiene muchas cosas que ofrecer y todas ellas atractivas e interesantes, pero no deja de ser un país occidental, perteneciente a una esfera cultural comun a nosotros. La Rep. Checa, por el contrario, ha pertenecido a otra esfera de influencia y aun a pesar de no ser el caso más extremo y estar bastante “occidentalizado” todavia se encuentran bastantes ejemplos. Intentar descubrir algunos de estos ejemplos y visitar un pais con una extensa y dilatada historia han sido dos de los principales alicientes de este viaje.
Antes de entrar en la crónica del viaje y como punto final a esta introducción, he de decir que el pais no nos ha defraudado. Hemos encontrado lo que buscabamos. Hemos visto como es la vida diaria en algunas ciudades y pueblos y nos hemos dado cuenta del tremendo potencial turístico con el que cuenta el país. Tiene muchos de los elementos que, bien gestionados y potenciados, pueden hacer de este pais una muy buena alternativa a destinos clásicos.
Por ejemplo, el clima es más que aceptable para todos nosotros que ya disfrutamos de calor durante buena parte del año. La oferta de alojamiento es variada y asequible. Los precios de comida, bebida y transporte público son bajos para un poder adquisitivo como el nuestro. La red de carreteras es extensa aunque quizá sea en este apartado donde un visitante nota mas rapidamente el nivel del pais. El país no cuenta con muchos kilometros de autopista pero su estado y mantenimiento es correcto. Donde mas se nota la falta de medios es en el estado de algunas carreteras nacionales y comarcales. Es bastante común encontrarse carreteras parcheadas sin arcenes y con una señalización pobre y escasa. En este sentido, nos llamó la atención la gran cantidad de pasos a nivel que hemos tenido que atravesar y en la gran mayoria eran pasos sin barrera.
Y finalmente, los pueblos que, por regla general, estan bastante cuidados. Casi todos los que visitamos cuentan con una amplia zona peatonal o de circulación restringida, adoquinada, cuidada, limpia y con edificios en buen estado o restaurados.
Dado que las distancias desde Barcelona hasta la Rep. Checa rodan los 1.700 kms, en lugar de meternos estapas interminables hasta la frontera checa, preferimos dedicar un par de jornadas a visitar algunos puntos del sur de Alemania.
Con esta idea nuestra primera etapa fue Barcelona - Mulhouse. Etapa pura y dura devora-kilometros con paradas justas para echar gasolina, estirar piernas y comer algo.
[img]http://www.mtbcn.com/dispimagen.php?op=imagen&codigo=19061
Teniendo en cuenta que cada 200 - 250 kms hay que parar, el viaje se hace algo pesado y eterno. No obstante, nos dio tiempo a dar una vuelta por Besançon
Al dia siguiente, primer dia de visita y de disfrute del viaje, nos amanece lloviendo. Tipica lluvia fina y persistente con intención de no parar en todo el dia. Al menos esas eran las previsiones y parece que se cumplian.
Nos levantamos, desayunamos al maximo en el buffet del hotel (tecnica muy buena que te permite no estar pendiente de la comida de mediodia), nos enfundamos los monos de agua y carretera y manta.
Nuestro destino era el castillo de Hohenzollern en el pueblo de Hechingen, Alemania. Atravesamos la frontera politica entre Francia - Alemania, o mas bien lo que queda de ella, y la geográfica: el Rhin. Esta si que es la verdadera frontera.
Cogimos autopista hasta Freiburg y de alli por carreteras secundarias hasta el castillo. En esta primer contacto, nos llaman la atención dos cosas. La cantidad de tráfico que soporta tanto esa autopista en particular y de casi todas en general como las carreteras. En carreteras del tipo nacional o comarcal se ven una cantidad de trailers, camiones medianos y de reparto sorprendente. Yo pensaba que eran las carreteras españolas las que estan saturadas de camiones, pero no es así. Allí hay mas tráfico que aqui, desde luego.
Lo segundo que nos sorprende es la manera de conducir. En las autopistas, cuando se puede, la velocidad es alta. Pasan bastantes coches verdaderamente deprisa pero basta ser que haya alguna obra o señal de limitación de velocidad para que sea respetada escrupulosamente. Impresiona como todos los que te acaban de pasar deprisa te los encuentras circulando a 80 o 90. Ahora, eso si, cuando se acaba la limitación, hasta luego Lucas. Tambien sorprende que basta con sacar el intermitente con antelación razonable y con intención de incorporarse al carril izquierdo para que quien venga reduzca la velocidad y te permita la incorporación sin agobios ni prisas.
Llegamos al castillo. Fotos de rigor
e intento de ir a visitarlo. Digo intento porque cuando vamos subiendo nos sale al paso unas indicaciones de que la moto hay que aparcarla en un parquing a 15 minutos andando hasta el castillo. 15 minutos no son muchos pero, teniendo en cuenta que vamos con el mono de agua y eso supondría ponerse a sudar como un pollo a poco de comenzar la caminata, decidimos seguir hasta nuestra segunda visita: el castillo de Sigmaringen.
El pueblo no tiene otra cosa nada mas que el castillo, pero ya es suficiente. No necesitan mas.
Desde alli, aprovechamos a comer algo, y nos encaminamos a Ulm. Nuestro objetivo era ver su catedral, cuya torre es la mas alta de Europa. No se si será realmente la mas alta pero me las vi y desee para intentar hacer la foto entera. Al final no pude. Este fue el resultado.