paratelenover
Arrancando
- Registrado
- 20 Jul 2005
- Mensajes
- 5
- Puntos
- 0
Queridos amigos:
Primero presentarme, pues soy nuevo en este foro de apasionados. Lamento que mi entrada sea como la de un elefante en una cacharrería, pero ya que fueron BMW´s y no "cualquier moto", me gustaría hablar aquí de lo que con algunas de ellas aconteció el pasado domingo 17.
Fue precioso inundar los alrededores de la Sierra de Gredos con motos de esta prestigiosa marca, pero también fue lamentable transmitir una imagen tan nefasta de los fanáticos de las dos ruedas en una concentración multitudinaria. El domingo no iba en moto, a pesar de tener dos, sino en coche. Subiendo el puerto de Serranillos y, al llegar a una curva, ya vi que aquello iba a estar calentito, pues la GS 1200 que capitaneaba el grupo corrigió la trazada al encontrarse con mi furgoneta en una curva (¿es que tal vez no esperaba cruzarse con ningún coche en una carretera de doble sentido? Ver un aluvión de motos me motivó a bajar la velocidad -que muy alta tampoco era- y encender las luces de cruce. Seguí subiendo y me crucé con un nuevo grupo de motos. El último motorista de ese segundo pelotón (RT) iba invadiendo mi carril y, si no llego a bajar bruscamente la velocidad, no le queda espacio para modificar su trazada sin meterse en mi parabrisas. Primer incidente, pero no último. En una curva aún más cerrada una R850R o R1150R estuvo a punto de colisionar conmigo, sin duda producto de una velocidad excesiva, un egoísmo sin precentes y una falta de conciencia absoluta. Tuve que parar completamente el vehículo y ver cómo un giro brusco de su manillar casi provocaba un peligroso aterrizaje. Y como no hay dos sin tres, otro "motorista de competición" seguía la trazada del anterior con su cacharro de 1200 cm3, teniendo que hacer una maniobra similar. Hubo un cuarto, pero ¿para qué seguir?
Concluyendo: no me extraña que tengamos la reputación que tenemos. Si hubiera sigo Magoo -el mismo que conduce muchos coches- el que pilotaba el mío hubiera puesto como mínimo tres adhesivos BMW en su frontal. Sentí, además de miedo, mucha vergüenza. Sentí que, tal vez, en un arrebato de hombría, esos moteros, aunque no merecen llamarse así, presumían entre cervezas de su gran capacidad de control ante la invención de que ¡una furgoneta había invadido su carril!, por ejemplo.
Por favor, no riamos esas gracias si se producen. Todos debemos sentirnos avergonzados con situaciones como esta, que producen un riesgo real para la vida de otros.
Primero presentarme, pues soy nuevo en este foro de apasionados. Lamento que mi entrada sea como la de un elefante en una cacharrería, pero ya que fueron BMW´s y no "cualquier moto", me gustaría hablar aquí de lo que con algunas de ellas aconteció el pasado domingo 17.
Fue precioso inundar los alrededores de la Sierra de Gredos con motos de esta prestigiosa marca, pero también fue lamentable transmitir una imagen tan nefasta de los fanáticos de las dos ruedas en una concentración multitudinaria. El domingo no iba en moto, a pesar de tener dos, sino en coche. Subiendo el puerto de Serranillos y, al llegar a una curva, ya vi que aquello iba a estar calentito, pues la GS 1200 que capitaneaba el grupo corrigió la trazada al encontrarse con mi furgoneta en una curva (¿es que tal vez no esperaba cruzarse con ningún coche en una carretera de doble sentido? Ver un aluvión de motos me motivó a bajar la velocidad -que muy alta tampoco era- y encender las luces de cruce. Seguí subiendo y me crucé con un nuevo grupo de motos. El último motorista de ese segundo pelotón (RT) iba invadiendo mi carril y, si no llego a bajar bruscamente la velocidad, no le queda espacio para modificar su trazada sin meterse en mi parabrisas. Primer incidente, pero no último. En una curva aún más cerrada una R850R o R1150R estuvo a punto de colisionar conmigo, sin duda producto de una velocidad excesiva, un egoísmo sin precentes y una falta de conciencia absoluta. Tuve que parar completamente el vehículo y ver cómo un giro brusco de su manillar casi provocaba un peligroso aterrizaje. Y como no hay dos sin tres, otro "motorista de competición" seguía la trazada del anterior con su cacharro de 1200 cm3, teniendo que hacer una maniobra similar. Hubo un cuarto, pero ¿para qué seguir?
Concluyendo: no me extraña que tengamos la reputación que tenemos. Si hubiera sigo Magoo -el mismo que conduce muchos coches- el que pilotaba el mío hubiera puesto como mínimo tres adhesivos BMW en su frontal. Sentí, además de miedo, mucha vergüenza. Sentí que, tal vez, en un arrebato de hombría, esos moteros, aunque no merecen llamarse así, presumían entre cervezas de su gran capacidad de control ante la invención de que ¡una furgoneta había invadido su carril!, por ejemplo.
Por favor, no riamos esas gracias si se producen. Todos debemos sentirnos avergonzados con situaciones como esta, que producen un riesgo real para la vida de otros.