ERASE UNA VEZ:
En Burgos Capital, una serie de delincuentes día sí, día también robaban los coches de los ciudadanos. Las Fuerzas de Orden Público, se esmeraban en encontrarles y detenerles. En una de esas el grupo cayó en la trampa tendida por éstos.
Fueron puestos a disposición judicial. En menos que canta un gallo el juez dispuso su puesta en libertad a la espera de juicio. Ese juicio se dilataba en el tiempo y, mientras sí o no, el grupo seguía delinquiendo. Nueva "puesta de queso" y picaron otra vez. Vuelta a disposición judicial, vuelta a la calle en espera de juicio; así hasta la quinta ¿será esta la vencida?.
Pues sí, los malos le habían cogido el gustillo a robar y "esperar el dichoso juicio" y no tuvieron las entendederas lúcidas, ya que tuvieron a bien robar el coche de la hija de este juez. Este juez, aludiendo a la reiteración delictiva, les mandó a prisión provisional. ¿Casualidad?.
Otro erase una vez:
Erase una vez un señor con barba, bigote, pequeña y lacia coleta que tenía por costumbre llamar y alentar a las "turbas babilónicas" para realizar escrache a los enemigos del pueblo (que lo son, siempre y cuando no sean ellos), hasta que un día, intentando dar una conferencia en Zaragoza, recibió de su medicina un cuartillo, que no el litro al completo. Este mequetrefe, tuvo los arrestos de llamar en persona al Ministro del Interior para espetarle por la falta de vigilancia y parapeto que la Policía Nacional le estaba brindando y es que, como dice un buen amigo mío: "no es lo mismo llamar a la puerta que levantarse a abrir".
MORALEJA: Si no te gusta el mundo que te toca por vivir, cambia SU MUNDO. Su reacción te beneficiará.
Un saludo.
En Burgos Capital, una serie de delincuentes día sí, día también robaban los coches de los ciudadanos. Las Fuerzas de Orden Público, se esmeraban en encontrarles y detenerles. En una de esas el grupo cayó en la trampa tendida por éstos.
Fueron puestos a disposición judicial. En menos que canta un gallo el juez dispuso su puesta en libertad a la espera de juicio. Ese juicio se dilataba en el tiempo y, mientras sí o no, el grupo seguía delinquiendo. Nueva "puesta de queso" y picaron otra vez. Vuelta a disposición judicial, vuelta a la calle en espera de juicio; así hasta la quinta ¿será esta la vencida?.
Pues sí, los malos le habían cogido el gustillo a robar y "esperar el dichoso juicio" y no tuvieron las entendederas lúcidas, ya que tuvieron a bien robar el coche de la hija de este juez. Este juez, aludiendo a la reiteración delictiva, les mandó a prisión provisional. ¿Casualidad?.
Otro erase una vez:
Erase una vez un señor con barba, bigote, pequeña y lacia coleta que tenía por costumbre llamar y alentar a las "turbas babilónicas" para realizar escrache a los enemigos del pueblo (que lo son, siempre y cuando no sean ellos), hasta que un día, intentando dar una conferencia en Zaragoza, recibió de su medicina un cuartillo, que no el litro al completo. Este mequetrefe, tuvo los arrestos de llamar en persona al Ministro del Interior para espetarle por la falta de vigilancia y parapeto que la Policía Nacional le estaba brindando y es que, como dice un buen amigo mío: "no es lo mismo llamar a la puerta que levantarse a abrir".
MORALEJA: Si no te gusta el mundo que te toca por vivir, cambia SU MUNDO. Su reacción te beneficiará.
Un saludo.