canarioR850R
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Estimados compañeros,
Pocas veces la vida sorprende con hallazgos de este nivel. Con aquello del programa de televisión que estoy preparando, Havivi versión se puso en contacto conmigo y me hizo llegar el DVD del viaje RUMBO A TARTARIA. Anoche lo estuve viendo hasta las 2 de la mañana, y hoy vivo como en una nube. Donde quiera que miro no vea más que desiertos, mares conocidos solamente en la frialdad de un mapa, sueños, ilusiones y dos motos BMW debajo de dos aventureros.
Compañeros, quien se quede en ciudad, pienso ahora, sólo tendrá un vehículo bajo las piernas. Mientras veía el vídeo, las motos tenían su propio papel, no como un medio simple de transporte, sino como dos personajes más dentro de la hazaña. Quise sentir las tormentas de arena, el agobio de olvidar los pasaportes (y hacer 600 Km gratuitos para rescatarlos), el miedo a través de Kosovo, el silencio entre las modelos de bulgaria.
Realmente, quien vea el vídeo no podrá ser ya el mismo (al menos yo no lo soy). Por eso, con independencia de que ya les haya agradecido la aventura a los dos autores en sendos privados, hoy quiero transmitirles la sensación viva que brinca aún en alguna parte de mis venas.
Señores, enhorabuena una y mil veces.
Les abraza,
Santiago Santana
Pocas veces la vida sorprende con hallazgos de este nivel. Con aquello del programa de televisión que estoy preparando, Havivi versión se puso en contacto conmigo y me hizo llegar el DVD del viaje RUMBO A TARTARIA. Anoche lo estuve viendo hasta las 2 de la mañana, y hoy vivo como en una nube. Donde quiera que miro no vea más que desiertos, mares conocidos solamente en la frialdad de un mapa, sueños, ilusiones y dos motos BMW debajo de dos aventureros.
Compañeros, quien se quede en ciudad, pienso ahora, sólo tendrá un vehículo bajo las piernas. Mientras veía el vídeo, las motos tenían su propio papel, no como un medio simple de transporte, sino como dos personajes más dentro de la hazaña. Quise sentir las tormentas de arena, el agobio de olvidar los pasaportes (y hacer 600 Km gratuitos para rescatarlos), el miedo a través de Kosovo, el silencio entre las modelos de bulgaria.
Realmente, quien vea el vídeo no podrá ser ya el mismo (al menos yo no lo soy). Por eso, con independencia de que ya les haya agradecido la aventura a los dos autores en sendos privados, hoy quiero transmitirles la sensación viva que brinca aún en alguna parte de mis venas.
Señores, enhorabuena una y mil veces.
Les abraza,
Santiago Santana