Bueno, pues vamos con otro día en imagenes.
Dia 9. Inari - Cabo Norte
Efectivamente, llegó el día en el que más lejos de casa estaríamos, en el que llegaríamos al final de Europa y en al lugar más cercano al Polo Norte que probablemente estemos. Aunque a mí, personalmente, me gustaría visitar alguna vez las islas Svalbard.
Para comenzar un día intenso, nada mejor que aprovisonarse, y si es con aceite de oliva andaluz y un buen trago de anís

, mejor que mejor. Este sería el primer desayuno-picnic.
Al poco de salir, comenzamos con la cuenta atrás.
Y entramos en Noruega, nuestra casa durante 9 intensos días. Y el tiempo sigue acompañando, ni nos lo creemos después de releer mil crónicas.
Seguimos con la cuenta atrás, devorando kilómetros.
Y de nuevo, nuestros amigos los renos.
Resulta sorprendente como la civilización va desapareciendo. Cada vez los pueblos son más pequeños, las grandes estaciones de servicio dan paso a pequeños surtidores...
La vegetación también va bajando de intensidad, conforme nos vamos acercando al norte. Los inviernos tienen que ser tremendos...
Y nuestros simpáticos amiguitos, que empiezan a cruzarse en la carretera, a pararse justo cuando no los ves, después de un cambio de rasante, a la entrada o salida de un tunel, que simpaticossss :-X :-X :-X
Ya empieza a aparecer la cultura Sami (Lapones), o más bien sus tiendas de souvenirs :-/
Lo que si está muy bonito, son los pequeños pueblos de pescadores, reconvertidos en residencias de verano.
Y entre casitas rojas, los renos y paisajes extraños, nos encontramos de repente con el camino al infierno ;D ;D, el tunel Nordkapp. Casi 7 kilómetros y con 3,5 de bajada muy pronunciada y otro tanto igual de subida. La sensación... impresionante.
Almorzamos ya en el pueblo de Honningsvag, el último pueblo antes de Cabo Norte. ¡Que afición tienen estos noruegos por los perritos calientes!
Y directos al camping, el camping más al norte del mundo (según dicen ellos), pero si el más cercano a Nordkapp (13 kms).
Volvía a llover, y volvíamos a librarnos.
Aprovechando un claro, nos fuimos al pueblo de nuevo a visitar el Artico Ice Bar, regentado por un asturiano muy apañado.
Y este muchacho catalán, que dejó su confortable y holgada vida en España, para irse a explicarnos cosas de Cabo Norte y de Noruega, bajo cero, ¡Y en mangas cortas!
Bonito el pueblo de Honningsvag, lástima que de estar bajo cero y la humedad que hacía fuera, se empaño la cámara y no había forma de limpiarla, volvía a empañarse.
Y acto, seguido, rumbo a Nordkapp...
Todos con nuestras banderas, haciendo patria...
Y cuadrados escuchando.... el Himno Nacional.... ;D ;D ;D
Pues ahora que estamos en Cabo Norte, uno de los objetivos del viaje, el lugar más lejano.... llega el tiempo y nos lo jode.... más o menos.
La niebla que se metió no nos permitía ver nada. Las fotos están sacadas en el momento que la niebla levantó un poco, es decir, el resto del tiempo no veías si te topabas con alguien. Además el frío comenzó a ser intenso, a pesar de que la noche antes estabamos algunos en mangas cortas a las 12 de la noche.
Pero había que encontrar la bola.... "Siga la flecha"
Y ahí estamos, un puñao de "sureños", pegaos a un "pelote de hierro" a 6.000 kms de nuestras casas, y con un fríiiiiiooooo. Pero volvería a hacerlo.
Y con una botellita de cava para la ocasión.
Después paseito por el interior del complejo (es tan grande como un centro comercial), visualización del documental sobre Cabo Norte (interesante), compras de rigor...
Nueva foto, pero sin pasar tanto frío...
Os había dicho que el camping era el más cercano a Cabo Norte, tan sólo 13 kilómetros. Pues para volver, se me hizo tan eterno que parecía que tenía que llegar a Málaga. Quizás puedan ser los peores 13 kilómetros que recuerdo encima de la moto. Era noche prácticamente cerrada, la niebla hacía que sólo vieras la luz de la moto de delante (siempre y cuando no se retirara mucho) y para rematar, el viento era increible. En el aparcamiento del complejo, saltaban las alarmas de las autocaravanas y de otras motos a causa del viento. Tenías que pensar como ponías la moto contra el viento, para que no la tirara. Y conducir tumbando la moto como Jorge Lorenzo, pero en una recta....
Y de vuelta al camping, todavía con el corazón en un puño, les tenía preparada una sorpresa al resto de viajeros. Quien se iba imaginar a 6.000 kms de casa, en Noruega, y comiendo un buen jamón íbérico, queso viejo, caña de lomo, salchichón ibérico... y por supuesto Torrfisk. Asi que disfrutando de esos manjares, nos fuimos a la cama con la satisfacción del deber cumplido.
V'sss