SE NOS FUE RICARDO ORTEGA.

justerini

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En fin chicos/as, se que no es un tema para colocar en un foro de motos, pero quiero hacerle un pequeño homenaje al compañero Ricardo Ortega, corresponsal de Antena 3.

Ayer falleció realizando su trabajo, el de informar, 2 disparos acabaron con su vida.

Este es un pequeño homenaje de un redactor-periodista sencillo a un periodista grande como era Ricardo

Un abrazo grande estes donde estes.


Miguel by justerini
 
Se fué, nos dejo, o mejor dicho, nos lo han arrebatado....Ricardo no solo era un compañero de trabajo, era un amigo, vivimos grandes cosas juntos: la guerra de Kosovo, el atentado del 11 de septiembre, la guerra de Irak desde Washington ( desde allí os mandé un post a todos desde su ordenador y mientras escribia, estaba sentado junto a mí, preguntádome de todo sobre el foro y las motos...le hizo mucha gracia).

Ricardo estaba con permiso de 6 meses sin retribución, se fué a Haití como free lance, llamo a la tele para decirles que estaba allí dispuesto a trabajar y que anulaba el permiso....La respuesta de la tele fué clara, le dejaron trabajar ( viste mucho tener un corresponsal en una zona de guerra), pero le dejaron SOLO, no le mandaron dinero, ni un cámara y mucho menos un equipo de chaleco antibalas y casco, indispensable en zona de conflicto. Su equipo era una cámara minidv que el mismo manejaba y un teléfono que consiguió de "estrángis"....Ese es un claro ejemplo de cómo se trabaja en una zona de guerra...con el contrato pendiendo de un hilo y sin seguro de ningun tipo, ni de equipamiento ni de dinero.

Ricardo era GRANDE, MUY GRANDE, habiamos quedado en Nueva York este verano para vernos en su nueva casa y llevarnos a los garitos que aún nos quedaban por conocer( los más extraños...). Su inmensa inteligencia ( todo un cerebrin) era casi tan grande como su amabilidad y generosidad para con los amigos....

Hoy, desde aquí,con el dolor tan inmenso que supone la pérdida de un amigo, quiero lanzar un grito al cielo desde lo más hondo de mi corazón...HASTA SIEMPRE AMIGO MIO, NOS VEREMOS PRONTO.....
 
Las balas no perdonan a nadie. :-[
Tened mucho cuidado todos los profesionales de la información, el carnet de prensa no es una garantía. :(
 
Tu lo has dicho Payton, dentro de este mundo (el periodismo) hay grandes comunicadores a quien tienes un respeto inmenso, yo puedo decir que Ricardo, al igual que Cymerman son dos de mis ídolos informativos, por tratar la noticia tal como es, sin censura y sin tonterias, ahora uno de ellos se ha ido.

Solo quiero enviarle un cariñosisimo abrazo a sus familiares en Denia (Alicante ) y otro especial para tí por tan importante perdida no solo profesional si no también de amistad.

Un abrazo

Miguel
 
Paco_K dijo:
Las balas no perdonan a nadie. :-[
Tened mucho cuidado todos los profesionales de la información, el carnet de prensa no es una garantía. :(

incluso, a veces, ese carnet no hace más que atraer las balas
 
Payton, que razón tienes,
me lo quito de en medio para que no moleste.


saludos
 
Aupa Compañer@s

Por el nombre no lo conocía, pero al ver su cara............¿no lo voy a conocer?, si ese corresponsal ha dado la mayoria de las noticias más importantes de los últimos años y encima a pié de trichera.

En fín un abrazo y mi más emotivo pésame a la familia, amigos y compañeros de profesión.

Hummer
 
La verdad es que simepre dio una imagen de aventurero en el mejor sentido de la palabra, y al final, ha sufrido las consecuencias de la sinrazon humana que trataba de relatarlos.

Descanse en paz y mis condolencias a familia y amigos.
 
:'( :'(
Desde Gran Canaria, le mando un saludo a la familia, y a los amigos, que son realmente quien sufren directamente en el corazon dicha perdida, los demas seguro que lo sufriremos de otra forma, pero no por ello lo dejamos de sentir

Descanse en paz

fipe
 
Es una lastima que gente en la plenitud de su vida nos abandone de esta manera, y mas si ademas nos toca un poco mas de cerca por ser amigos vuestros y compañeros de trabajo. Descanse en paz.

:-[ :-[
 
Mis condolencias a su familia y tambien a vosotros que además de compañeros erais amigos, palabra muy importante.

Descanse en PAZ!
 
Extraído de La Vanguardia Digital de fecha 09.03.04.
Es largo pero merece la pena leerlo.

Un abrazo a Ricardo, estés donde estés y a sus amigos y familiares.

Ahí va el texto.......


"Salgo para Haití"
El periodista muerto en Puerto Príncipe había sido cesado en otoño como corresponsal en Nueva York por petición expresa de La Moncloa

RAFAEL POCH - 08/03/2004 - 14.51 horas
Pekín

Ricardo Ortega, el periodista español muerto ayer en Haití, había sido cesado en octubre como corresponsal en Nueva York de “Antena 3”, “por una presión expresa de La Moncloa”. Esas fueron las palabras de Ricardo en uno de los últimos intercambios de correo que mantuvimos. No fue una frase suelta, era un texto largo, con todo lujo de detalles y lleno de reflexiones amargas.

Gracias a los periodistas muertos, el público puede irse enterando de lo que es en realidad ésta profesión, en nuestra democrática y transparente sociedad. Un mundo de censura, autocensura, clientelismo y precariedad laboral. Un medio ambiente mediocre y corrupto, como el de la época de Brezhnev en la URSS. Un universo en el que ascienden los disciplinados y conformistas, con poco margen para el espíritu crítico que surge de la honestidad y de la elemental sensibilidad ante la injusticia.

Las crónicas de Ricardo durante la guerra de Irak no habían gustado. Desentonaban con el infame alineamiento del gobierno del PP. Ya le habían llamado la atención en varias ocasiones. En mensajes anteriores me adelantó, que la cosa acabaría estallando. Pero con Ricardo no era fácil. Era listo, inteligente. Sabía cómo maniobrar, practicar el posibilismo, torear a los mediocres censores. Así, lograba seguir diciendo cosas, incluso en una cadena de televisión de la España actual.

“Lo que siempre me temí, ya ha llegado”, me anunciaba en octubre. No tenía vuelta atrás, porque el cese venía “por una presión expresa de La Moncloa”, decía. Pedía consejo. ¿Qué hacer?

Con la alegría de quien no se está jugando su propio puesto de trabajo, le propuse el recetario de Don Quijote; poner en evidencia a los censores con escándalo. Lo más importante es no hacerles el juego, llamar a las cosas por su nombre. Llevar la honestidad hasta sus últimos extremos. Será un glorioso desastre para tu carrera, porque te sentirás orgulloso ante tu consciencia.

“Pidió una excedencia”, leo en las notas que se publican sobre su trayectoria. Aparentemente, todo muy limpio. No fue así. Ricardo calculó friamente sus posibilidades. Le interesaba más no romper con “Antena 3”. Con algunos de sus jefes mantenía una excelente relación personal. Se trataba de intentar seguir vendiendo reportajes a esa y otras cadenas en calidad de autónomo... En nuestra correspondencia, Ricardo me pidió absoluta discrección. Ahora ya no hay secreto que valga. No habría citado todo esto, si no fuera por las inexactitudes que rodean su necrológica. ¿Es posible disimular, sin traicionar mi propio y grandilocuente consejo?

Lo más dificil es hablar friamente de Ricardo como periodista y persona. Ha sido de lo mejor. Dos anécdotas chechenas. Buscando un lugar para grabar una entradilla en los alrededores de Grozny, con su cámara (Kique o Manolo). Deciden subirse a la terraza de una casa destruida, a unos cien metros del lugar en el que se encuentran. Comienzan a caminar, y, en ese momento, cae un proyectil de artillería que destruye lo que quedaba de la casa y su terraza. Cuestión de pocos minutos. Otra, en los alrededores de Argún, en compañía de guerrilleros en campo abierto. Son detectados por un helicóptero ruso que comienza a ametrallarles. El único accidente del terreno es un riachuelo. Ricardo se mete en él junto con su cámara. El agua helada les llega a la rodilla y están solos. No hay follaje, son un blanco claro y fácil. El helicóptero, que distingue perfectamente la cámara, maniobra para enfilar de frente la vaguada. Ahora ya no hay cobertura ni error posible. En el momento en que va a empezar a disparar, el helicóptero es derribado por un guerrillero... con un lanzagranadas. Una especie de milagro. “!Allah Akhbar!”.

Ricardo fue el mejor en Chechenia. Todos vivíamos de él, de sus contactos y relaciones. Conocía a todos los comandantes. Era una persona que inspiraba confianza a aquellos fieros personajes, mitad héroes, mitad hidalgos, mitad bandidos. Era un tipo valiente. Estaba acostumbrado a jugarse la vida por informar.

En Afganistán fue el primero en llegar a Talukán, cuando esa capital de provincia fue recuperada por el ejército del fallecido Masud. Ricardo accedió a la ciudad atravesando campos de minas, muy a su pesar. “Cuando me di cuenta, era más peligroso retroceder que continuar”. Siempre me salía el mismo comentario: “pero, Ricardo, ¿tú crees que vale la pena tanto riesgo y sacrificio por una televisión tan mediocre?”. No era un “guerritas”, ni un inconsciente ávido de gloria periodística. Era el oficio.

Diecinueve meses antes habíamos entrevistado a Masud cerca de Talukán, en la visita más peligrosa a Afganistán que recuerdo. El 11 de septiembre de 2001, dos horas antes del atentado contra las torres gemelas, Ricardo, que para entonces ya trabajaba en Manhattan, me telefoneó a Moscú. Dos días antes habían matado a Masud en un atentado suicida muy poco afgano y Ricardo estaba ”mosca”, me dijo. Otra de sus grandes cualidades periodísticas era la intuición. “¿Se estará preparando algo en Afganistán?”, se preguntaba. La respuesta la obtuvo aquel mismo día en Nueva York, junto a su oficina.

Ricardo Ortega había buscado contactos con la red de Ben Laden en Florida antes del 11-S. En Nueva York hay bastantes taxistas afganos y todo había empezado con una carrera casual por Manhattan con uno de aquellos taxistas, con quien había entablado conversación en ruso sobre Afganistán. El taxista le dio alguna pista y le dejó su teléfono. Ricardo hizo varias llamadas a aquel teléfono antes del 11-S. Luego se enteró de que su nombre figuraba en las listas de sospechosos del FBI, que había indagado sobre su persona ante el CESID a causa de aquellas llamadas.

Todo esto me lo explicó en el contexto de una conversación mucho más interesante, general y profunda sobre Estados Unidos, país con el que, naturalmente, estaba fascinado. Una fascinación inteligente, desde el cinismo y escepticismo resultado de nuestra común experiencia moscovita. Nada que ver con las bobadas del “sueño americano” y todo eso.

Ricardo se dio cuenta enseguida de que la política americana -lo que se cuece realmente en los pasillos del poder- es algo tremendamente opaco y secreto, sin apenas nada que ver con lo que ventila la “prensa más libre del mundo”. Contra lo que se piensa, los americanos están pésimamente informados sobre su política y sobre el mundo en general. Sus medios de información consumen fundamentalmente el pienso que les ofrece la política informativa de su gobierno, incluidas filtraciones confidenciales o accidentales, que sirven para dirigir la atención hacia las convenientes falsedades. Recordemos los cuentos anteriores; el “expansionismo soviético”, la “amenaza china en Asia”, el “efecto dominó” y sus fantasías en las portadas de “Time”, “Newsweek” y los demás; el inexistente “incidente del Golfo de Tonkin”, que sirvió para iniciar la guerra de Vietnam. Todo eso ayuda a situar hoy la “guerra contra el terrorismo”, la “amenaza de Corea del Norte”, las “armas de destrucción masiva de Saddam”, etc, etc. Gracias a esos medios, los ciudadanos de ese país creen, en serio, que Saddam representaba una amenaza de destrucción masiva para Estados Unidos, no para Kuwait, ni para Israel, o Irán, para Estados Unidos, y que estaba vinculado a redes terroristas.

“Al lado de esto, lo del Kremlin es un cuento de niños”, me dijo Ricardo. Efectivamente, en Moscú, podíamos seguir las líneas maestras de la política rusa a grandes rasgos. Políticos y analistas con información de primera mano eran accesibles. “Nada de eso ocurre aquí, este es un mundo hermético, sin apenas fisuras”. Entrevistar a un polítologo retrógrado de tercera categoría, o a un ayudante de senador, es complicadísimo en Washington para un medio español. Intuitivamente, Ricardo se acercaba así a conclusiónes parecidas a las del Profesor disidente, Noam Chomsky, una de las mentes más sanas y preclaras de ese gran país, que está llamando la atención hacia la conversión de Estados Unidos en una especie de estado totalitario, con intelectuales y medios de comunicación bien pagados de vocación orwelliana. Nosotros, en España, seguimos esa estela.

Otra consideración interesante sobre Ricardo Ortega es cómo llegó al periodismo. Su trayectoria demuestra que un buen periodista surge de lo más insospechado. Ricardo había estudiado físicas en Moscú y comenzó trabajando como intérprete en la delegación de la agencia Efe. De ahí pasó a hacer algunas fotos y a redactar algunos despachos, hasta que Lourdes García, que entonces llevaba la corresponsalía de “Antena 3” en Moscú, se quedó embarazada de nuestra segunda hija. Como periodista, Ricardo fue resultado de mi hija Elisa, una gloriosa carambola. La mejor consecuencia. Un lujo.

La tendencia a elogiar al querido compañero muerto puede parecer irresistible. No lo es al escribir estas líneas tan tristes. La profesión periodística es dura, individualista y competitiva. No suele expresar nuestras mejores cualidades. En ocho años de contacto con Ricardo, no recuerdo un sólo episodio mediocre. Mucha generosidad, nobleza de carácter, muchas risas y mucho ingenio. Sus padres, pueden sentirse orgullosos.

Los menos valientes nos sentíamos arropados con Ricardo. Viajar con él hacia la aventura, era una cierta garantía de seguridad. Era un tipo carismático, que inspiraba confianza y seguridad. Lo que le ha ocurrido en Puerto Principe ha sido mala suerte. Sin haber estado allá, se cómo fue su muerte. Conociéndole no tengo ninguna duda acerca de sus últimos momentos antes de ser herido: midió la situación, tomó la mejor decisión posible en aquel instante y a continuación le alcanzaron las balas. Es como cuando un buen conductor tiene un accidente de tráfico. Mala suerte.

Su último mensaje me anunciaba, la semana pasada, su próxima visita a Taiwán con motivo de las elecciones. “Me ha tocado un viaje gratis para cubrir las elecciones en una rifa de la ONU”, decía. Un viaje organizado y financiado por la “diplomacia de los dólares” de Taipei, ahora que se había quedado sin el sueldo de “Antena 3”. Y la última línea, “Salgo para Haití”.
 
Vergonzosa la presion politica del PP, me lo creo a pies juntillas. ¡VIVA LA LIBERTAD DE EXPRESION!
 
Ricardo y yo hablamos muchas veces de eso...Él sabía perfectamente que tras la guerra de Irak le quitarían de enmedio. Yo le decía, Ricardo baja el tono, no vale la pena, esta guerra ya está perdida y habrá otros frentes. No podía, decía que así no son las cosas y que hay que contarlo todo hoy y ahora. Yo conocía muy bien a los jefes que pedian su cabeza, les había visto actuar varias veces con otros compañeros,sabia a lo que se exponia, pero él no cejó y sí, es cierto, puso en evidencia a los censores con escándalo. Me daba la risa floja ver cómo intentaban salvar los trastos en el informativo, trás la crónica de Ricardo, desmontando los "porqués" de la guerra.

Tras acabar la guerra, lo cesaron como corresponsal de New York, sabían que era la manera de echarle de la tele, pues Ricardo, llevaba 15 años viviendo fuera de España y nunca trabajó en la redacción de informativos de Madrid, sería como enjaular a un león. Pidió un permiso de 6 meses para poder buscarse algo por New York como free lance y así fué como llegó a Haití.

Le cesaron, le silenciaron como periodista por petición expresa de moncloa, le censuraron mientras pudieron. Era incómodo, politicamente incorrecto y sólo fue fiel a dos cosas....a sí mismo y a la verdad....

Para nosotros seguirá siendo lo que fue, un compañero, un maestro y un AMIGO!!!!
 
Gracias a amigos y compañeros como tú, Ricardo seguirá vivo entre nosotros.
 
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