Miren este señor ingles a ver como les queda la boca!!!!!!!
Yo sueño hacer lo que este sir...............
en este momento esta en mi pais......
Una mañana, Ian Coates se despertó sintiendo que a sus 50 años ya había pasado suficiente tiempo atado al trabajo y a sus deberes como para pasar el resto de sus días sumergido en la misma rutina.
Entonces resolvió romper sus cadenas, empacó maletas, preparó su Honda África Twin y arrancó por una ruta bastante fría que pocos quisieran realizar: estuvo en Noruega, Suecia, las islas Feroe y después siguió a Islandia donde pasó varios días perdido. Ian viaja sin ningún afán y sin ningún reparo en devolverse cientos de kilómetros para ver algo que llame su atención, justo como le sucedió durante su viaje por África en el 99. Partió desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica y bajó hasta el punto más extremo del continente conocido como Cabo Agulhas, desde allí empezó a subir rumbo a Egipto, el viaje lo llevó por Namibia, Botswana, Zimbabwe, Zambia, Malawi, Tanzania y Kenia, cuando llegó a la frontera de Etiopía, alguien le preguntó si había conocido los gorilas, él pensó que realmente valía la pena conocer a estos primates y entonces se devolvió varios cientos de kilómetros hasta Uganda para estar cerca de ellos. Luego retomó el viaje hacia el norte y llegó a Sudán donde estuvo perdido en medio del desierto durante dos semanas.
Al volver a casa luego del viaje por África, embarcó su Honda rumbo a Australia, eso fue en el 2000, desde entonces ha estado viajando de un lado para otro, dándose el gusto de conocer cada sitio que ha querido. En la tierra de los Koalas vivió más de un año, rodó por el continente de arriba abajo y trabajó en algunas granjas a cambio de hospedaje y alimentación, esto es algo que Ian hace regularmente, aprovechando la experiencia adquirida cuando laboró en la British Leyland, Mr. Coates ha ayudado a muchas personas a reparar y a hacerle mantenimiento a todo tipo de maquinaria agrícola e industrial. Algo así hizo más tarde en Nueva Zelanda, donde reparó algunos tractores y dedicó largo tiempo a recorrer las solitarias carreteras de la isla. Tiempo después Ian decidió que era el momento de partir rumbo a Suramérica para empezar su viaje hasta Alaska, embarcó su moto una vez más y partió de Nueva Zelanda llevándose muchos buenos recuerdos y un traje nuevo que le regalaron en una tienda de motos para que reemplazara su vieja chaqueta y pantalón.
La primera ciudad que conoció de Latinoamérica fue Buenos Aires, la gigantesca capital argentina en la que no permaneció mucho tiempo pues a él las ciudades no le llaman mucho la atención, entre otras cosas porque suele perderse con extrema facilidad. Desde Buenos Aires viajó hasta el centro del país y luego a Chile, iniciando un trayecto que lo llevaría en zigzag entre estos dos países hasta llegar a Ushuaia. Fue gaucho durante un tiempo en una finca ubicada en medio de la pampa argentina, arreo ganado, pasó con su caballo cerca a cocodrilos apostados en la orilla de los ríos y realizó todo tipo de tareas propias de los habitantes de esa región.
Luego emprendió la subida rumbo a Alaska, regresó a Buenos Aires y desde allí se fue para Uruguay y Brasil, luego dio media vuelta y bajo a Paraguay, visitó Bolivia donde se “dio el gusto” de transitar por una de las carreteras más peligrosas del mundo. De Bolivia pasó a Perú y luego a Ecuador donde hizo una nueva pausa en Guayaquil, mientras reparaba unos buses londinenses que llevaban un buen tiempo estacionados.
A principios de septiembre, Mr. Coates llegó a nuestro país, con sus 62 años y más de 230.000km encima, pero con una inmensa sonrisa y una simpatía desbordante que explican, por sí solas, cómo es que este abuelo inglés se ha ganado el aprecio y el respeto de la gente en cada lugar que ha visitado.
En Colombia ha conocido las ciudades por las que pasa la carretera que comunica a Ipiales con Bogotá, en el trayecto entre Cali y Bogotá, saliendo de la capital valluna lo picó una abeja junto al ojo izquierdo así que le tocó continuar el resto del camino con un solo ojo, incluyendo el paso por el alto de la Línea cuando empezaba a anochecer. De Bogotá arrancó hacia Medellín, por supuesto, en el camino no podía faltar la foto con la África Twin junto al letrero de Honda, donde se le rompió la guaya del Clutch, ¡la original!, pero así transitó unos 260km hasta que llegó a Barbosa en lugar de llegar a Medellín, porque una vez más le falló la brújula, se perdió y siguió de largo en la desviación hacia Doradal.En Barbosa recibió la ayuda de la gente de Moto Ángel quienes lo desvararon. Ian se quedó en la ciudad una semana, estaba fascinado con la belleza de las paisas, de hecho una de las pocas cosas que sabe decir en español es “linda señorita”, y durante este tiempo se dio el gusto de descansar y visitar algunas poblaciones del suroeste antioqueño. De Medellín partió hacia Barichara, Santander y desde esta ciudad salió rumbo a Venezuela donde según supimos hace poco, permanece en una finca cerca de Mérida seguramente disfrutando, como suele hacerlo, de la comarca y de su gente.
Probablemente lo volvamos a tener por aquí dentro de un tiempo pues luego de su viaje por el vecino país, planea regresar a Medellín antes de tomar el camino hacia Panamá, Centroamérica y Alaska.
texto original extraido de http://www.motoclubzulia.com/noticias.htm
Yo sueño hacer lo que este sir...............
en este momento esta en mi pais......

Una mañana, Ian Coates se despertó sintiendo que a sus 50 años ya había pasado suficiente tiempo atado al trabajo y a sus deberes como para pasar el resto de sus días sumergido en la misma rutina.
Entonces resolvió romper sus cadenas, empacó maletas, preparó su Honda África Twin y arrancó por una ruta bastante fría que pocos quisieran realizar: estuvo en Noruega, Suecia, las islas Feroe y después siguió a Islandia donde pasó varios días perdido. Ian viaja sin ningún afán y sin ningún reparo en devolverse cientos de kilómetros para ver algo que llame su atención, justo como le sucedió durante su viaje por África en el 99. Partió desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica y bajó hasta el punto más extremo del continente conocido como Cabo Agulhas, desde allí empezó a subir rumbo a Egipto, el viaje lo llevó por Namibia, Botswana, Zimbabwe, Zambia, Malawi, Tanzania y Kenia, cuando llegó a la frontera de Etiopía, alguien le preguntó si había conocido los gorilas, él pensó que realmente valía la pena conocer a estos primates y entonces se devolvió varios cientos de kilómetros hasta Uganda para estar cerca de ellos. Luego retomó el viaje hacia el norte y llegó a Sudán donde estuvo perdido en medio del desierto durante dos semanas.

Al volver a casa luego del viaje por África, embarcó su Honda rumbo a Australia, eso fue en el 2000, desde entonces ha estado viajando de un lado para otro, dándose el gusto de conocer cada sitio que ha querido. En la tierra de los Koalas vivió más de un año, rodó por el continente de arriba abajo y trabajó en algunas granjas a cambio de hospedaje y alimentación, esto es algo que Ian hace regularmente, aprovechando la experiencia adquirida cuando laboró en la British Leyland, Mr. Coates ha ayudado a muchas personas a reparar y a hacerle mantenimiento a todo tipo de maquinaria agrícola e industrial. Algo así hizo más tarde en Nueva Zelanda, donde reparó algunos tractores y dedicó largo tiempo a recorrer las solitarias carreteras de la isla. Tiempo después Ian decidió que era el momento de partir rumbo a Suramérica para empezar su viaje hasta Alaska, embarcó su moto una vez más y partió de Nueva Zelanda llevándose muchos buenos recuerdos y un traje nuevo que le regalaron en una tienda de motos para que reemplazara su vieja chaqueta y pantalón.

La primera ciudad que conoció de Latinoamérica fue Buenos Aires, la gigantesca capital argentina en la que no permaneció mucho tiempo pues a él las ciudades no le llaman mucho la atención, entre otras cosas porque suele perderse con extrema facilidad. Desde Buenos Aires viajó hasta el centro del país y luego a Chile, iniciando un trayecto que lo llevaría en zigzag entre estos dos países hasta llegar a Ushuaia. Fue gaucho durante un tiempo en una finca ubicada en medio de la pampa argentina, arreo ganado, pasó con su caballo cerca a cocodrilos apostados en la orilla de los ríos y realizó todo tipo de tareas propias de los habitantes de esa región.
Luego emprendió la subida rumbo a Alaska, regresó a Buenos Aires y desde allí se fue para Uruguay y Brasil, luego dio media vuelta y bajo a Paraguay, visitó Bolivia donde se “dio el gusto” de transitar por una de las carreteras más peligrosas del mundo. De Bolivia pasó a Perú y luego a Ecuador donde hizo una nueva pausa en Guayaquil, mientras reparaba unos buses londinenses que llevaban un buen tiempo estacionados.
A principios de septiembre, Mr. Coates llegó a nuestro país, con sus 62 años y más de 230.000km encima, pero con una inmensa sonrisa y una simpatía desbordante que explican, por sí solas, cómo es que este abuelo inglés se ha ganado el aprecio y el respeto de la gente en cada lugar que ha visitado.
En Colombia ha conocido las ciudades por las que pasa la carretera que comunica a Ipiales con Bogotá, en el trayecto entre Cali y Bogotá, saliendo de la capital valluna lo picó una abeja junto al ojo izquierdo así que le tocó continuar el resto del camino con un solo ojo, incluyendo el paso por el alto de la Línea cuando empezaba a anochecer. De Bogotá arrancó hacia Medellín, por supuesto, en el camino no podía faltar la foto con la África Twin junto al letrero de Honda, donde se le rompió la guaya del Clutch, ¡la original!, pero así transitó unos 260km hasta que llegó a Barbosa en lugar de llegar a Medellín, porque una vez más le falló la brújula, se perdió y siguió de largo en la desviación hacia Doradal.En Barbosa recibió la ayuda de la gente de Moto Ángel quienes lo desvararon. Ian se quedó en la ciudad una semana, estaba fascinado con la belleza de las paisas, de hecho una de las pocas cosas que sabe decir en español es “linda señorita”, y durante este tiempo se dio el gusto de descansar y visitar algunas poblaciones del suroeste antioqueño. De Medellín partió hacia Barichara, Santander y desde esta ciudad salió rumbo a Venezuela donde según supimos hace poco, permanece en una finca cerca de Mérida seguramente disfrutando, como suele hacerlo, de la comarca y de su gente.
Probablemente lo volvamos a tener por aquí dentro de un tiempo pues luego de su viaje por el vecino país, planea regresar a Medellín antes de tomar el camino hacia Panamá, Centroamérica y Alaska.
texto original extraido de http://www.motoclubzulia.com/noticias.htm