Resulta que el Papa está predicando una misa y de un instante a otro le da un paro cardiaco y muere. Al llegar al Cielo, toca a la puerta y desde adentro San Pedro pregunta:
"¿Quién es?"
"Su Santidad", contesta el Sumo Pontífice.
En eso, adentro de la habitación se escucha:
"¡Rápido, rápido! Guarden el alcohol y las cervezas; tú Tadeo, dile a las monjas que se pongan las túnicas y a las del tablao que se vistan, pero ya, rápido..."
El Santo Padre, ya desesperado, llama otra vez y más fuerte.
"¿Quién es?", pregunta San Pedro nuevamente.
"¡Su Santidad!"
¡Ay, Hombre, grita más fuerte, pensé que decías SANIDAD!"
"¿Quién es?"
"Su Santidad", contesta el Sumo Pontífice.
En eso, adentro de la habitación se escucha:
"¡Rápido, rápido! Guarden el alcohol y las cervezas; tú Tadeo, dile a las monjas que se pongan las túnicas y a las del tablao que se vistan, pero ya, rápido..."
El Santo Padre, ya desesperado, llama otra vez y más fuerte.
"¿Quién es?", pregunta San Pedro nuevamente.
"¡Su Santidad!"
¡Ay, Hombre, grita más fuerte, pensé que decías SANIDAD!"