Yo creo que la exclusividad no la da el precio, de hecho estos años burbujiles y locos el precio no ha sido problema alguno para que nuestras calles se llenaran de garrulos en todo tipo de mamotretos automotrices de elevados y estratosféricos precio, consumo y mantenimiento.
La exclusividad la da el hecho de comprarte una moto VIEJA, un cacharro, un cachivache despreciado y depreciado por la sociedad de consumo y mantenerlo en un digno estado, plenamente en la función para la que fue concebida y lo que es mejor, función que le hace ser además de prácticamente igual de útil que lo recién comprado, DIFERENTE entre la gran masa uniforme y consumista, fuera de las modas.
Por mucho que me guste un modelo de moto antigua o coche, no me prostituyo para conseguirlo pero ni lo más mínimo.
Yo en un principio busqué una Bultaco Metralla. Que os voy a decir. En el 2004 pedían más de 3000 euros. Llegué a la BMW R65 de rebote: más barata y además mucho más moto. Las R80R y R100R ya estaban prohibitivas ¿para qué perder el tiempo en ellas?. Estoy seguro que las satisfacciones que da una R100R me las da igualmente la R65. Quizás al límite no pero ¿pa que cohones quiero ir al límite?.
En fin es una posición personal. Hoy en día cualquiera puede ir con la chequera y comprar una vespa antigua restaurada de pe a pa por 5.000 euros, o comprarse una Jarli y "personalizarla" con piezas de catálogos de "papel couché" hasta llegar a cifras de casi cinco ceros o más. Sí, en efecto, el dinero te da la "exclusividad".
Pero eso no tiene mérito. Como dicen en el pueblo, "con dinero melones".
Yo a mi niño la primera bicicleta se la cogí de un contenedor, una Injusa holandesa clásica que ha sido la reina del parque: los niños se pegaban por ir en ella y eso que tenían bicis de más de 100 euros.
La segunda ha sido una bicicleta plegable de paseo CIL de hace 30 años o más que estaba arrinconada en casa de mi padre y que sigue siendo la bici más usada y más admirada del parque. Simplemente le quité el óxido con vinagre, gomas nuevas y tres en uno para las partes móviles. Eso es lo que tiene mérito. Un poco de mi trabajo y de repente más de 30 años de historia se pasean al sol por el parque, bien visibles para ser admirados: un homenaje a los que levantaron y trabajaron en la fábrica de esa bici, a aquellos padres que no sin esfuerzo la compraron para sus hijos y a aquellos abuelos que después la mantuvieron para que sus nietos pudieran ir en bici en vacaciones y findes.
Perdonad por el ladrillo
