Vaya, después de hacerse promotores inmobiliarios, ahora los banqueros fabrican motos.
La industria del automóvil está descendiendo por una pendiente peligrosa.
Cuando solo se vendan motos con financiación y seguro ( intangibles que no necesitan maquinaria de fresado, fundición, torno, electrónica, tapicería ni pintura, sino únicamente tipejos sin entrañas pero con estupendas corbatas ), ese día, habrá un nicho de mercado interesante para los fabricantes que vendan aluminio de calidad y no papel timbrado.