ZXENRIQUEGS
Allá vamos
Un hombre caminaba por una playa gaditana en profunda oración. Repentinamente, dijo en voz alta:
-Señor: concédeme un solo deseo.
En ese instante el cielo se nubló y la voz poderosa y profunda de Dios dijo:
- Porque has sido fiel a mí en todos los sentidos, te concederé el deseo que pidas
El hombre dijo inmediatamente:
-Quiero que construyas un puente hasta Lanzarote para que yo pueda conducir hasta allá cada vez que se me antoje.
El Señor contestó enseguida:
- Tu petición es extremadamente materialista. Piensa en la complejidad logística de semejante proyecto. ¡Los pilares del puente tendrán que alcanzar el fondo de mi Océano Atlántico!. Imagina la cantidad de hormigón y acero que eso requeriría... puedo hacerlo, pero es difícil para mí justificar tu deseo por algo tan mundano. Tómate un poco más de tiempo y piensa algo que me honre y glorifique...
El hombre meditó durante un largo rato. Finalmente dijo:
- Señor Padre, he estado casado cuatro veces y las cuatro me he divorciado. Mis mujeres decían de mí que soy desconsiderado e insensible. Mi deseo es poder comprender a las mujeres. Quiero saber cómo se sienten por dentro, lo que piensan cuando me someten al tratamiento del silencio, por qué lloran, qué quieren decir cuando dicen "nada" y cómo puedo hacer que una mujer se sienta realmente feliz y dichosa.
Tras unos minutos Dios respondió:
- Y ese puentecillo... ¿lo quieres de 2 ó 4 carriles?
-Señor: concédeme un solo deseo.
En ese instante el cielo se nubló y la voz poderosa y profunda de Dios dijo:
- Porque has sido fiel a mí en todos los sentidos, te concederé el deseo que pidas
El hombre dijo inmediatamente:
-Quiero que construyas un puente hasta Lanzarote para que yo pueda conducir hasta allá cada vez que se me antoje.
El Señor contestó enseguida:
- Tu petición es extremadamente materialista. Piensa en la complejidad logística de semejante proyecto. ¡Los pilares del puente tendrán que alcanzar el fondo de mi Océano Atlántico!. Imagina la cantidad de hormigón y acero que eso requeriría... puedo hacerlo, pero es difícil para mí justificar tu deseo por algo tan mundano. Tómate un poco más de tiempo y piensa algo que me honre y glorifique...
El hombre meditó durante un largo rato. Finalmente dijo:
- Señor Padre, he estado casado cuatro veces y las cuatro me he divorciado. Mis mujeres decían de mí que soy desconsiderado e insensible. Mi deseo es poder comprender a las mujeres. Quiero saber cómo se sienten por dentro, lo que piensan cuando me someten al tratamiento del silencio, por qué lloran, qué quieren decir cuando dicen "nada" y cómo puedo hacer que una mujer se sienta realmente feliz y dichosa.
Tras unos minutos Dios respondió:
- Y ese puentecillo... ¿lo quieres de 2 ó 4 carriles?