Old biker
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A pesar de las preocupantes previsiones metereológicas, salimos mi mujer y yo de Bilbao el pasado domingo a bordo de nuestra “nueva” Honda NT1100 rumbo a la Bretaña francesa.
Un día caluroso que alcanzó los 32 grados en las monótonas planiecies landesas. 550kms después, llegábamos a La Rochelle, donde teníamos reservada una habitación en un bonito hotel-chateau cerca del puerto viejo. Ducha, pequeña siesta y salimos a dar una vuelta. Ya conocíamos esta pequeña gran ciudad, pero no deja de impresionarnos lo alegre y concurrida que es. Mayormente turismo francés y estudiantes universitarios que empiezan a llegar para el nuevo curso.
Un par de cervecitas viendo la vida pasar y nos ponemos a buscar una terraza para cenar a la francesa, en alguna de las que pueblan la cornisa del puerto.
Unas ostras y unos mejillones regados con un blanco de la zona, alegran el espíritu y alimentan el estómago.
Damos un paseo disfrutando de una espectacular puesta de sol mientras degustamos unas creps de sucre et beurre para rellenar los huecos!!
A las 10 estamos de vuelta en el hotel para organizar la ruta de mañana.
El lunes partimos hacia Vannes aunque nos desviaremos un poco antes de llegar para visitar Rochefort en Terre. Hoy haremos unos 300kms con tiempo algo más fresco y amenaza de lluvia por el camino.
Llegamos a Rochefort, con la lluvia pisándonos los talones, tras unos cuantos kms de autovía seguidos de una serpenteante carretera local que disfrutamos durante los últimos kms. La entrada al pueblo, de origen medieval y coronado por un coqueto castillo, es espectacular. Una empinada carretera que desemboca en la calle principal con sus tiendas, bares e Iglesia; como de cuento de los hermanos Grimm, salvando las distancias!
Visitamos los alrededores del Chateau y las pequeñas calles de Rochefort en Terre. Aprovechamos para tomar un tentempié a base de quiché lorraine y unas galetes bretons.
Sacamos unas fotos y salimos hacia Vannes por una bonita carretera. Hemos reservado en el Hotel Kyriad Centre Ville. Dejamos la moto en un recinto cerrado, metemos el equipaje, duchita y repaso de las cosas que ver en la antigua capital de Bretaña. Bajamos hacia la marina atravesando el barrio antiguo, disfrutando de la zona de la plaza de Henri IV y de sus casas de listones de madera de colores. Visitamos la Catedral, que a pesar de estar en obras, permanece abierta, nos obsequia con sus engalanadas capillas y sus dimensiones catedralicias.
El puerto deportivo, rodeado de concurridas terrazas y restaurantes, está lleno de veleros. Es un puerto lineal, como si fuera fluvial, que se pierde en la distancia. Es increíble la afición a la vela de crucero en el atlántico francés. Un océano con aguas a menudo encrespadas, fuerte vientos y bajas temperaturas fuera del verano. Chapeau a los osados navegantes galos, ole sus coj…
Caminamos por el borde del canal hasta llegar a una zona alternativa, un viejo edificio grafiteado, reconvertido en bares y espacios exteriores con sillas y mesas. Mucha juventud y buena cerveza en una tarde calurosa y soleada, poco indicativo de lo que vendría a partir de mañana.
Volvemos hacia las terrazas del puerto y elegimos un restaurante ubicado en una vieja y típica casa bretona. Caen las tradicionales huitres y un bocadillo de langosta para mi mujer. El sol se va poniendo y con las últimas luces volvemos al hotel. No tenemos reserva para los próximos días ni plan decidido porque está entrando la borrasca atlántica y las previsiones no son nada buenas: fuerte viento y lluvias con posibilidad de aparato eléctrico cruzarán estos días toda la Bretaña!!
Dos alternativas: quedarnos un día más en Vannes y visitar los alrededores, o dirigirnos hacia algún sitio con mejor previsión de la meteo. El hotel no tiene disponibilidad mañana y tanto La Bretaña como Normandía pintan mal según las últimas previsiones.
Decidimos ir a Saumur en la región de los Países del Loira. También hay amenaza de lluvias pero más débiles. Hacemos una reserva para dos noches en el Kyriad Híper de Saumur. Kyriad es una cadena de hoteles de 3* bien situados. Una buena alternativa a los Formula, Ibis y Campanile. Camas muy cómodas, buen baño y muy limpios; a un precio razonable.
El martes salimos pronto para evitar las lluvias. Tenemos 270 kms de comarcales y autovía por delante. De camino paramos en Brissac para visitar su famoso Chateau, uno de los más reconocidos del Loira. Aparcamos la moto y nos acercamos al castillo, peeero los martes cierran!! Mala suerte. Seguimos rumbo a Saumur atravesando viñedos en paralelo al río Loira. Una ruta muy entretenida, además el día despeja con lo que disfrutamos más aún de los pueblos y de la campiña.
Saumur nos recibe con una buena vista de su Castillo, una antigua fortaleza reconvertida en palacio a través de los siglos. Atravesamos varias cuadras de edificios militares y llegamos al hotel situado junto a la parte antigua de la ciudad. Comemos en un restaurante cercano, nos cambiamos y vamos a dar un paseo por la ciudad y visitar el castillo. Según nos vamos acercando por un escarpado camino, vamos apreciando la estratégica posición de la fortaleza y su imponente tamaño. Recorremos todo el exterior y sus patios prácticamente solos, ventajas de viajar en septiembre entre semana!
Regresamos al hotel, descansamos un rato y vamos a una animada zona cercana. Acabamos cenando en un Indio. Unos platos buenísimos liderados por el mejor pollo tika massala que jamás he probado y eso que me gradué en comida indía durante los años que viví en Londres.
El miércoles volvemos a Brissac a visitar el Castillo que no pudimos ver ayer. Impresionante su tamaño, es el más alto de los castillos del Loira, y los interiores decorados en su estilo original.
Volvemos a Saumur con una ligera lluvia. Por la tarde iremos al Museo de Blindados que tiene una de las mayores colecciones de tanques del mundo. Los hay de todos los tamaños y países. De la primera y segunda guerra mundial y más modernos. Pasamos dos horas visitándolo aunque por mí hubiera estado otras dos más!
Al salir está diluviando, nos dirigimos a la parada de autobús cercana y esperamos un buen rato hasta que un amable conductor que va en dirección contraria, nos dice que hay retrasos por los bloqueos, producto de un plante general en todo Francia ante los recortes sociales anunciados este verano. Muy simpático nos dice que subamos y nos lleva por el camino largo pero sequitos.
Al día siguiente saldremos rumbo a Bilbao a unos 650kms. Dependiendo de cómo vayamos pararemos a dormir por el camino. Finalmente vamos directamente.
Ha sido un viaje más corto de lo que pretendíamos pero lo hemos disfrutado mucho. Queda pendiente una visita en toda regla a la Bretaña para otra ocasión!
Hemos hecho 2000kms con un consumo medio de 5,3 lts. La Honda ha pasado la prueba con nota alta, es cómoda, tiene potencia de sobra y se maneja con facilidad.
Como dirían en “forjado a fuego”, esta moto viaja!!!
Un día caluroso que alcanzó los 32 grados en las monótonas planiecies landesas. 550kms después, llegábamos a La Rochelle, donde teníamos reservada una habitación en un bonito hotel-chateau cerca del puerto viejo. Ducha, pequeña siesta y salimos a dar una vuelta. Ya conocíamos esta pequeña gran ciudad, pero no deja de impresionarnos lo alegre y concurrida que es. Mayormente turismo francés y estudiantes universitarios que empiezan a llegar para el nuevo curso.
Un par de cervecitas viendo la vida pasar y nos ponemos a buscar una terraza para cenar a la francesa, en alguna de las que pueblan la cornisa del puerto.
Unas ostras y unos mejillones regados con un blanco de la zona, alegran el espíritu y alimentan el estómago.
Damos un paseo disfrutando de una espectacular puesta de sol mientras degustamos unas creps de sucre et beurre para rellenar los huecos!!
A las 10 estamos de vuelta en el hotel para organizar la ruta de mañana.
El lunes partimos hacia Vannes aunque nos desviaremos un poco antes de llegar para visitar Rochefort en Terre. Hoy haremos unos 300kms con tiempo algo más fresco y amenaza de lluvia por el camino.
Llegamos a Rochefort, con la lluvia pisándonos los talones, tras unos cuantos kms de autovía seguidos de una serpenteante carretera local que disfrutamos durante los últimos kms. La entrada al pueblo, de origen medieval y coronado por un coqueto castillo, es espectacular. Una empinada carretera que desemboca en la calle principal con sus tiendas, bares e Iglesia; como de cuento de los hermanos Grimm, salvando las distancias!
Visitamos los alrededores del Chateau y las pequeñas calles de Rochefort en Terre. Aprovechamos para tomar un tentempié a base de quiché lorraine y unas galetes bretons.
Sacamos unas fotos y salimos hacia Vannes por una bonita carretera. Hemos reservado en el Hotel Kyriad Centre Ville. Dejamos la moto en un recinto cerrado, metemos el equipaje, duchita y repaso de las cosas que ver en la antigua capital de Bretaña. Bajamos hacia la marina atravesando el barrio antiguo, disfrutando de la zona de la plaza de Henri IV y de sus casas de listones de madera de colores. Visitamos la Catedral, que a pesar de estar en obras, permanece abierta, nos obsequia con sus engalanadas capillas y sus dimensiones catedralicias.
El puerto deportivo, rodeado de concurridas terrazas y restaurantes, está lleno de veleros. Es un puerto lineal, como si fuera fluvial, que se pierde en la distancia. Es increíble la afición a la vela de crucero en el atlántico francés. Un océano con aguas a menudo encrespadas, fuerte vientos y bajas temperaturas fuera del verano. Chapeau a los osados navegantes galos, ole sus coj…
Caminamos por el borde del canal hasta llegar a una zona alternativa, un viejo edificio grafiteado, reconvertido en bares y espacios exteriores con sillas y mesas. Mucha juventud y buena cerveza en una tarde calurosa y soleada, poco indicativo de lo que vendría a partir de mañana.
Volvemos hacia las terrazas del puerto y elegimos un restaurante ubicado en una vieja y típica casa bretona. Caen las tradicionales huitres y un bocadillo de langosta para mi mujer. El sol se va poniendo y con las últimas luces volvemos al hotel. No tenemos reserva para los próximos días ni plan decidido porque está entrando la borrasca atlántica y las previsiones no son nada buenas: fuerte viento y lluvias con posibilidad de aparato eléctrico cruzarán estos días toda la Bretaña!!
Dos alternativas: quedarnos un día más en Vannes y visitar los alrededores, o dirigirnos hacia algún sitio con mejor previsión de la meteo. El hotel no tiene disponibilidad mañana y tanto La Bretaña como Normandía pintan mal según las últimas previsiones.
Decidimos ir a Saumur en la región de los Países del Loira. También hay amenaza de lluvias pero más débiles. Hacemos una reserva para dos noches en el Kyriad Híper de Saumur. Kyriad es una cadena de hoteles de 3* bien situados. Una buena alternativa a los Formula, Ibis y Campanile. Camas muy cómodas, buen baño y muy limpios; a un precio razonable.
El martes salimos pronto para evitar las lluvias. Tenemos 270 kms de comarcales y autovía por delante. De camino paramos en Brissac para visitar su famoso Chateau, uno de los más reconocidos del Loira. Aparcamos la moto y nos acercamos al castillo, peeero los martes cierran!! Mala suerte. Seguimos rumbo a Saumur atravesando viñedos en paralelo al río Loira. Una ruta muy entretenida, además el día despeja con lo que disfrutamos más aún de los pueblos y de la campiña.
Saumur nos recibe con una buena vista de su Castillo, una antigua fortaleza reconvertida en palacio a través de los siglos. Atravesamos varias cuadras de edificios militares y llegamos al hotel situado junto a la parte antigua de la ciudad. Comemos en un restaurante cercano, nos cambiamos y vamos a dar un paseo por la ciudad y visitar el castillo. Según nos vamos acercando por un escarpado camino, vamos apreciando la estratégica posición de la fortaleza y su imponente tamaño. Recorremos todo el exterior y sus patios prácticamente solos, ventajas de viajar en septiembre entre semana!
Regresamos al hotel, descansamos un rato y vamos a una animada zona cercana. Acabamos cenando en un Indio. Unos platos buenísimos liderados por el mejor pollo tika massala que jamás he probado y eso que me gradué en comida indía durante los años que viví en Londres.
El miércoles volvemos a Brissac a visitar el Castillo que no pudimos ver ayer. Impresionante su tamaño, es el más alto de los castillos del Loira, y los interiores decorados en su estilo original.
Volvemos a Saumur con una ligera lluvia. Por la tarde iremos al Museo de Blindados que tiene una de las mayores colecciones de tanques del mundo. Los hay de todos los tamaños y países. De la primera y segunda guerra mundial y más modernos. Pasamos dos horas visitándolo aunque por mí hubiera estado otras dos más!
Al salir está diluviando, nos dirigimos a la parada de autobús cercana y esperamos un buen rato hasta que un amable conductor que va en dirección contraria, nos dice que hay retrasos por los bloqueos, producto de un plante general en todo Francia ante los recortes sociales anunciados este verano. Muy simpático nos dice que subamos y nos lleva por el camino largo pero sequitos.
Al día siguiente saldremos rumbo a Bilbao a unos 650kms. Dependiendo de cómo vayamos pararemos a dormir por el camino. Finalmente vamos directamente.
Ha sido un viaje más corto de lo que pretendíamos pero lo hemos disfrutado mucho. Queda pendiente una visita en toda regla a la Bretaña para otra ocasión!
Hemos hecho 2000kms con un consumo medio de 5,3 lts. La Honda ha pasado la prueba con nota alta, es cómoda, tiene potencia de sobra y se maneja con facilidad.
Como dirían en “forjado a fuego”, esta moto viaja!!!
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