rutero
Allá vamos
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Esta es la crónica que colgamos hace tiempo de nuestro viaje a Italia. En la actualización del foro la perdimos, pero la hemos recuperado espero que os guste.
Bueno pues este año me toca a mi hacer la crónica de nuestro viaje. Espero que os pueda servir de ayuda, si estáis pensando hacer un viaje parecido.
Datos del viaje:
Salida: Madrid 19 de julio, llegada 1 de Agosto
Sitios: Costa azul, Lago di Garda, Dolomitas, Venecia, Florencia. La Toscana y Roma.
Reserva de hoteles: únicamente las dos primeras etapas en Colliure y San Remo
Vuelta desde Roma: En Ferry
Lo primero de todo son las presentaciones de los protagonistas del viaje
Javier (chikytin): R1200GS con 3añitos
Manuel: Suzuky Bandit 1200 con apenas 6 meses:
Cristobal (Fondri) y Aitana (Alamilla): R1200GS con un poco más de dos años:
Ricardo (Rutero): R1200GS con 8 meses:
Grandes moteros y mejores personas:
Bueno pues como decimos es nuestro equipo: "vamos al lío..."
1ª etapa: Madrid-Colliure
Salimos a las 6:30 de la mañana. Etapa siempre es cansada, este año nuestra alternativa fue tomar la autopista hasta Lérida y allí tomar la C-25 hasta enlazar con la A7 en Girona y utilizar la carretera de la costa (a partir de Figueras) para llegar cerca de Colliure.
La carretera de la costa es preciosa paralela al mar y pasando por sitios míticos como Portbou. Colliure merece la pena, pero hay que reservar con antelación. Dormimos a unos 15 km de Colliure, en el Hotel (Les Alberes en Argeles Sur Mer) habitaciones amplias y cómodas y el precio razonable, además el bañito en la piscina siempre es reparador. La cena la tomamos allí y te permite no moverse mucho después de tanto kilómetro. La parada en Portbou a los pies del mar, genial.
2ª etapa: Colliure-San Remo
Con la intención de hacer menos kilómetros de autopista nuestra opción fue: A9 hasta Montepellier, allí nos desviamos por la D66 camino del parque natural de Auguis Mortes y de Camargue, tomando después la D570 para llegar cerca de Arles, y desde allí de nuevo autopista para evitar todo el tráfico de Marsella (A54 E80 A8). Posteriormente tomamos la D558 camino de la famosa N98, que trascurre paralela a la costa y atraviesa los pueblos más conocidos de la costa azul. Los Parques Naturales me defraudaron un poco, quizá haya que adentrarse más cerca del mar para poder ver más cosas, no obstante me parece un opción recomendable, poco trafico buen asfalto y además te olvidas de la !autopista por un rato
La carretera N98, para un etapa de transición y sobre todo si os coincide en fin se semana como a nosotros es una locura de tráfico. Lo que si es recomendable es el tramo de los 40 km anteriores a Cannes, preciosas vistas al mar, carretera con curvas perfectamente asfaltada, alucinante las casas que se pueden ver por allí, se te cae la baba curva tras curva, para cuándo esa loto????. Cannes también merece la pena.
Este día se nos hizo un poco tarde, eran las 9:30 y todavía nos quedaban 130 km para llegar a San Remo. Decidimos volver a la autopista y desandar parte del camino al día siguiente para ver Montecarlo. Llegamos a San Remo, que por cierto el acceso es de comarcal de tercera y cenamos nuestra primera Pizza en Italia, quizá la peor de todas la que hemos tomado y han sido unas cuantas.
El hotel bien (La rossa del Venti) de nuevo habitaciones muy amplias, y con buenas vistas al mar, nos atendieron en un perfecto castellano y llegamos justo después de la carrera de Laguna Seca, los italianos estaban exultantes. Día duro así que tocaba descansar
3ª etapa: San Remo-Mantova
La idea original era, primero volver por la carretera de la costa para ver Montecarlo, después autopista hasta Genova, desde allí la carretera 45 hasta Piacenza, para llegar hasta Cremona por autopista y coger la 10 que nos llevaría a Mantova, final de etapa. Al final la cosa salió digamos que distinta…pero no adelantemos acontecimientos...
La vuelta a Montercarlo por la costa fue un infierno de tráfico, no aporta nada, sorprende la sencillez de los pueblos al compararlos con Montecarlo. Una vez en el principado, no he visto tanto Aston Martin, Ferrari y Benteley…junto en mi vida, y de los barcos mejor ni hablar, pasta lo que se dice pasta, abunda por allí. Bajamos hasta al puerto e hicimos parte de una vuelta del gran premio de F1, me sorprendió lo pequeña que es la entrada al túnel, no sé muy bien a que velocidad pasan por allí, pero sinceramente debe ser alucinante estar a los mandos de un bicho de esos y entrar casi a ciegas en el túnel
La autopista hasta Genova, es graciosa al principio: túnel - pedazo de viaducto - recta, así digamos que 40 veces por lo que a partir del decimosegundo bucle estás ya un poco hasta las narices….Un tema importante, pasar por todos esos viaductos en un día que haga viento parece bastante peligroso, así que mucho ojito. Lo peor de todo es que nos pilló un atasco espectacular. Un camión que había perdido su carga justo antes de la entrada al enésimo túnel, y además aquí a diferencia que en Francia no se aparta ni uno. Por cierto que a estas alturas ya habíamos conseguido que se escucharan los BT2, cuestión de leerse un poco las instrucciones y algún que otro arreglo.
Una vez pasado el atasco, comenzó mi particular homenaje al día de la marmota…Marchando yo de primero, cerca de las inmediaciones de Genova aparece un cartel enorme que pone A7, coño perfecto la autopista que tenemos que pillar y el ca*** del GPS me confirma. A los pocos kilómetros me doy cuenta que voy por la A26... por arte de magia la A7 se había convertido en la A26...su p*** madre… como ya era momento de comer, paro para comentar la jugada y aprovechar para llenar los estómagos. En la gasolinera tomamos la mejor cottoleta del viaje, una especie de filete empanado en un bocata. Volvemos hacia Genova para tomar la autopista correcta y decido no hacer ni caso al GPS y mirar los carteles, salimos a la autopista y allí está mi salvación, un cartel con la A7, haya que vamos…y de repente a los 5 kilómetros me doy cuenta que estoy de nuevo en la A26...”me cague en to lo que se menea”, no me lo podía creer ,1 hora más tarde y después de la vuelta al ruedo, pasamos por la misma gasolinera…la verdad es que el sentido que llevaba la autopista también nos valía y decido seguir…no quiero imaginar la cara de los demás cuando vieron de nuevo la gasolinera…a los pocos kilómetros adelantamos al típico convoy de transporte especial que habíamos adelantado sobre las 12 de la mañana…sólo se puede decir...perdón compañeros…
Después esta odisea, y dado que la A7 y la A26 trascurren paralelas y finalmente se unen, y como no hay mal que por bien no venga, nos salimos en Tortona para intentar coger carreteras pequeñas que nos llevaran hasta la 46, la idea resultó buena porque desembocamos en una especie de Cruz Verde a la Italiana, con un bar estupendo al final de un puerto con posters gigantes de Rossi y Valentino, carretera muy divertida (Rivanazzano, Varzi, Bobbio)
Dormimos en Cremona, ciudad con encanto con un bonito centro histórico, cuna de grandes fabricantes de violines entre ellos los famosos stradivarius. El hotel (Gran Imperial 127€ doble con desayuno) bien. Recomendamos un restaurante fabulosos (San Galio) autentico italiano, donde tomamos las mejores pastas del viaje y un atún espectacular. También no perderse una heladería, hace esquina en la plaza principal a la izquierda de la iglesia si te pones de frente, que estuvo disputando hasta al ultimo momento el titulo de la "mejor heladería de Italia", espectacular
4ª etapa: San Remo-Predazzo
La idea de hoy era rodear el lago di Garda por su vertiente este, la carretera (249) va pegada al lago para luego subir al norte por la 45 bis hacia Trento y luego enlazar por diferentes carreteras hasta llegar a Falcade. El Lago Di Garda, bonito aunque para mi gusto muy turístico, nos llevamos un recuerdito de la policía local en forma de multa por mal aparcamiento. La carretera que lo recorre es para tomársela con calma y disfrutar del paisaje. Comimos a la orilla del lago unas pizzas que nos supieron a gloria.
Trento: Me encantó su centro histórico, ha sido para mi una de las sorpresas del viaje. Me recordó a nuestras ciudades universitarias tipo Salamanca o Santiago. La anécdota del día fue que yendo yo de ultimo...después de mi "marmota day" era la mejor...se me cruzó un X5 y perdí a mis compañeros, y además sin batería en el móvil. Terminé cargando el móvil en la facultad de magistratura (derecho imagino), como un estudiante más, en sus pasillos, vestido de romano y sin que nadie me dijera nada...las facultades son iguales en todos los sitios.
Pasado Trento ya empiezan las primeras carreteras que saben a los Alpes, ¡¡¡qué os voy a decir!!!, sitio absolutamente privilegiado para montar en moto. Decidimos quedarnos a dormir en Falcade. Tiene el típico estilo de los Alpes, tranquilo y acogedor. En la oficina de turismo nos trataron estupendamente y nos consiguieron hotel, bueno, bonito y barato, totalmente recomendable (Garni Mancialanga). La cena una maravilla, el restaurante, tiene un cartel a la entrada que pone Birrería y la sopa de verduras, con ese fresquito en Julio de los Alpes un placer.
5ª etapa: Predazzo-Mestre:
En este día debíamos llegar a Venecia, después de recorrer un buen tramo de carreteras por los Alpes. Salimos por la SS50, desde Predazzo, saboreando aún la sopa de verduras del día anterior, esta carretera es un un deleite para los moteros, al igual que la S 81
Pasamos por Falcade, que cosa curiosa tiene una bandera española en un chalet a la entrada y nos sentimos un poco como en casa. Aquí paramos para acabar con la botella de aceite de Cristóbal (gracias compañero) la niña bebía más que su dueño en los carnavales de Xinzo.
Bajamos posteriormente a Belluno por la 203. Es mejor tomar la 203 y desviarse luego hacia Agordo camino del Forno di Zoldo y dedicaros a disfrutar. La recompensa final es un restaurante a la salida de una curva, pasado Cornigian de esos que solo puede encontrarse en estos lugares, parar, degustar y sentiros felices por un momento. Después todavía os quedaran muchas satisfacciones continuando por la SS-51.
Sintiendo dejar los Alpes, pensamos en quedarnos en los alrededores de Venecia. La primera parada fue en Portogruaro, pero un amable italiano nos recomendó que nos fuéramos a Mestre donde cerca de la estación había varios hoteles y desde allí podríamos coger el tren para ir a Venecia. El barrio de la estación de Mestre es...digamos complicado. No es muy recomendable el ambiente que se vive por allí , aunque el hotel donde estuvimos estaba bien, habitaciones buenas y parking incluido en el precio (hotel Ambasciata). Lo mejor estar cerca de la estación de autobuses y tren para llegar a Venecia.
6ª etapa: Venecia
Fuera cordura, las motos a descansar y nosotros a visitar la ciudad romántica: Venecia, aquí no me extenderé mucho , sólo algunas recomendaciones.
Aunque tenga más romanticismo, dormir en la misma Venecia no creemos que merezca la pena. Hay que dejar las motos en el macro-aparcamiento de la Plaza de Roma y después moverte en vaporetto y a pie cargado con las maletas, además el precio es bastante más caro.
Es buena idea comprar una especie de abono transporte que te da derecho al autobús de ida a Venecia y a utilizar todos los barcos que recorren los canales
Visitar Murano (alucinante ver a los vidrieros trabajando) y no olvidar visitar Burano, muy bien cuidada y muy alegre con sus casas de colores
Tener cuidado al coger los barcos, existen algunos que van directos al destino y otros que hacen multitud de paradas
Cenamos en un restaurante (Trattoria Casa Mia, c/ dell'Oca, 4430) que nos costó encontrar pero mereció la pena. Muy auténtico rodeados de venecianos, sus pizzas de todas las clases y sabores nos parecieron deliciosas
Se puede recorrer casi toda la ciudad en un día y uno no debe perderse Venecia de noche. A partir de las 8 desaparece parte del turismo, y con las primeras sombras, la ciudad se envuelve de una magia especial. De pie, en el puente de Rialto, con la música clásica de fondo y el gran canal bajo tu mirada, tu corazón late de una manera diferente...
El ultimo autobús sale a la 12 de la noche, así que tomamos nuestro barco de vuelta a las 11:00 desde la plaza de San Marcos, para recorrer el gran canal y decir adiós a Venecia. Ese ultimo paseo, con todos los palacios como testigos silenciosos de una grandeza pasada, será inolvidable...
Bueno pues este año me toca a mi hacer la crónica de nuestro viaje. Espero que os pueda servir de ayuda, si estáis pensando hacer un viaje parecido.
Datos del viaje:
Salida: Madrid 19 de julio, llegada 1 de Agosto
Sitios: Costa azul, Lago di Garda, Dolomitas, Venecia, Florencia. La Toscana y Roma.
Reserva de hoteles: únicamente las dos primeras etapas en Colliure y San Remo
Vuelta desde Roma: En Ferry
Lo primero de todo son las presentaciones de los protagonistas del viaje
Javier (chikytin): R1200GS con 3añitos
Manuel: Suzuky Bandit 1200 con apenas 6 meses:
Cristobal (Fondri) y Aitana (Alamilla): R1200GS con un poco más de dos años:
Ricardo (Rutero): R1200GS con 8 meses:
Grandes moteros y mejores personas:
Bueno pues como decimos es nuestro equipo: "vamos al lío..."
1ª etapa: Madrid-Colliure
Salimos a las 6:30 de la mañana. Etapa siempre es cansada, este año nuestra alternativa fue tomar la autopista hasta Lérida y allí tomar la C-25 hasta enlazar con la A7 en Girona y utilizar la carretera de la costa (a partir de Figueras) para llegar cerca de Colliure.
La carretera de la costa es preciosa paralela al mar y pasando por sitios míticos como Portbou. Colliure merece la pena, pero hay que reservar con antelación. Dormimos a unos 15 km de Colliure, en el Hotel (Les Alberes en Argeles Sur Mer) habitaciones amplias y cómodas y el precio razonable, además el bañito en la piscina siempre es reparador. La cena la tomamos allí y te permite no moverse mucho después de tanto kilómetro. La parada en Portbou a los pies del mar, genial.
2ª etapa: Colliure-San Remo
Con la intención de hacer menos kilómetros de autopista nuestra opción fue: A9 hasta Montepellier, allí nos desviamos por la D66 camino del parque natural de Auguis Mortes y de Camargue, tomando después la D570 para llegar cerca de Arles, y desde allí de nuevo autopista para evitar todo el tráfico de Marsella (A54 E80 A8). Posteriormente tomamos la D558 camino de la famosa N98, que trascurre paralela a la costa y atraviesa los pueblos más conocidos de la costa azul. Los Parques Naturales me defraudaron un poco, quizá haya que adentrarse más cerca del mar para poder ver más cosas, no obstante me parece un opción recomendable, poco trafico buen asfalto y además te olvidas de la !autopista por un rato
La carretera N98, para un etapa de transición y sobre todo si os coincide en fin se semana como a nosotros es una locura de tráfico. Lo que si es recomendable es el tramo de los 40 km anteriores a Cannes, preciosas vistas al mar, carretera con curvas perfectamente asfaltada, alucinante las casas que se pueden ver por allí, se te cae la baba curva tras curva, para cuándo esa loto????. Cannes también merece la pena.
Este día se nos hizo un poco tarde, eran las 9:30 y todavía nos quedaban 130 km para llegar a San Remo. Decidimos volver a la autopista y desandar parte del camino al día siguiente para ver Montecarlo. Llegamos a San Remo, que por cierto el acceso es de comarcal de tercera y cenamos nuestra primera Pizza en Italia, quizá la peor de todas la que hemos tomado y han sido unas cuantas.
El hotel bien (La rossa del Venti) de nuevo habitaciones muy amplias, y con buenas vistas al mar, nos atendieron en un perfecto castellano y llegamos justo después de la carrera de Laguna Seca, los italianos estaban exultantes. Día duro así que tocaba descansar
3ª etapa: San Remo-Mantova
La idea original era, primero volver por la carretera de la costa para ver Montecarlo, después autopista hasta Genova, desde allí la carretera 45 hasta Piacenza, para llegar hasta Cremona por autopista y coger la 10 que nos llevaría a Mantova, final de etapa. Al final la cosa salió digamos que distinta…pero no adelantemos acontecimientos...
La vuelta a Montercarlo por la costa fue un infierno de tráfico, no aporta nada, sorprende la sencillez de los pueblos al compararlos con Montecarlo. Una vez en el principado, no he visto tanto Aston Martin, Ferrari y Benteley…junto en mi vida, y de los barcos mejor ni hablar, pasta lo que se dice pasta, abunda por allí. Bajamos hasta al puerto e hicimos parte de una vuelta del gran premio de F1, me sorprendió lo pequeña que es la entrada al túnel, no sé muy bien a que velocidad pasan por allí, pero sinceramente debe ser alucinante estar a los mandos de un bicho de esos y entrar casi a ciegas en el túnel
La autopista hasta Genova, es graciosa al principio: túnel - pedazo de viaducto - recta, así digamos que 40 veces por lo que a partir del decimosegundo bucle estás ya un poco hasta las narices….Un tema importante, pasar por todos esos viaductos en un día que haga viento parece bastante peligroso, así que mucho ojito. Lo peor de todo es que nos pilló un atasco espectacular. Un camión que había perdido su carga justo antes de la entrada al enésimo túnel, y además aquí a diferencia que en Francia no se aparta ni uno. Por cierto que a estas alturas ya habíamos conseguido que se escucharan los BT2, cuestión de leerse un poco las instrucciones y algún que otro arreglo.
Una vez pasado el atasco, comenzó mi particular homenaje al día de la marmota…Marchando yo de primero, cerca de las inmediaciones de Genova aparece un cartel enorme que pone A7, coño perfecto la autopista que tenemos que pillar y el ca*** del GPS me confirma. A los pocos kilómetros me doy cuenta que voy por la A26... por arte de magia la A7 se había convertido en la A26...su p*** madre… como ya era momento de comer, paro para comentar la jugada y aprovechar para llenar los estómagos. En la gasolinera tomamos la mejor cottoleta del viaje, una especie de filete empanado en un bocata. Volvemos hacia Genova para tomar la autopista correcta y decido no hacer ni caso al GPS y mirar los carteles, salimos a la autopista y allí está mi salvación, un cartel con la A7, haya que vamos…y de repente a los 5 kilómetros me doy cuenta que estoy de nuevo en la A26...”me cague en to lo que se menea”, no me lo podía creer ,1 hora más tarde y después de la vuelta al ruedo, pasamos por la misma gasolinera…la verdad es que el sentido que llevaba la autopista también nos valía y decido seguir…no quiero imaginar la cara de los demás cuando vieron de nuevo la gasolinera…a los pocos kilómetros adelantamos al típico convoy de transporte especial que habíamos adelantado sobre las 12 de la mañana…sólo se puede decir...perdón compañeros…
Después esta odisea, y dado que la A7 y la A26 trascurren paralelas y finalmente se unen, y como no hay mal que por bien no venga, nos salimos en Tortona para intentar coger carreteras pequeñas que nos llevaran hasta la 46, la idea resultó buena porque desembocamos en una especie de Cruz Verde a la Italiana, con un bar estupendo al final de un puerto con posters gigantes de Rossi y Valentino, carretera muy divertida (Rivanazzano, Varzi, Bobbio)
Dormimos en Cremona, ciudad con encanto con un bonito centro histórico, cuna de grandes fabricantes de violines entre ellos los famosos stradivarius. El hotel (Gran Imperial 127€ doble con desayuno) bien. Recomendamos un restaurante fabulosos (San Galio) autentico italiano, donde tomamos las mejores pastas del viaje y un atún espectacular. También no perderse una heladería, hace esquina en la plaza principal a la izquierda de la iglesia si te pones de frente, que estuvo disputando hasta al ultimo momento el titulo de la "mejor heladería de Italia", espectacular
4ª etapa: San Remo-Predazzo
La idea de hoy era rodear el lago di Garda por su vertiente este, la carretera (249) va pegada al lago para luego subir al norte por la 45 bis hacia Trento y luego enlazar por diferentes carreteras hasta llegar a Falcade. El Lago Di Garda, bonito aunque para mi gusto muy turístico, nos llevamos un recuerdito de la policía local en forma de multa por mal aparcamiento. La carretera que lo recorre es para tomársela con calma y disfrutar del paisaje. Comimos a la orilla del lago unas pizzas que nos supieron a gloria.
Trento: Me encantó su centro histórico, ha sido para mi una de las sorpresas del viaje. Me recordó a nuestras ciudades universitarias tipo Salamanca o Santiago. La anécdota del día fue que yendo yo de ultimo...después de mi "marmota day" era la mejor...se me cruzó un X5 y perdí a mis compañeros, y además sin batería en el móvil. Terminé cargando el móvil en la facultad de magistratura (derecho imagino), como un estudiante más, en sus pasillos, vestido de romano y sin que nadie me dijera nada...las facultades son iguales en todos los sitios.
Pasado Trento ya empiezan las primeras carreteras que saben a los Alpes, ¡¡¡qué os voy a decir!!!, sitio absolutamente privilegiado para montar en moto. Decidimos quedarnos a dormir en Falcade. Tiene el típico estilo de los Alpes, tranquilo y acogedor. En la oficina de turismo nos trataron estupendamente y nos consiguieron hotel, bueno, bonito y barato, totalmente recomendable (Garni Mancialanga). La cena una maravilla, el restaurante, tiene un cartel a la entrada que pone Birrería y la sopa de verduras, con ese fresquito en Julio de los Alpes un placer.
5ª etapa: Predazzo-Mestre:
En este día debíamos llegar a Venecia, después de recorrer un buen tramo de carreteras por los Alpes. Salimos por la SS50, desde Predazzo, saboreando aún la sopa de verduras del día anterior, esta carretera es un un deleite para los moteros, al igual que la S 81
Pasamos por Falcade, que cosa curiosa tiene una bandera española en un chalet a la entrada y nos sentimos un poco como en casa. Aquí paramos para acabar con la botella de aceite de Cristóbal (gracias compañero) la niña bebía más que su dueño en los carnavales de Xinzo.
Bajamos posteriormente a Belluno por la 203. Es mejor tomar la 203 y desviarse luego hacia Agordo camino del Forno di Zoldo y dedicaros a disfrutar. La recompensa final es un restaurante a la salida de una curva, pasado Cornigian de esos que solo puede encontrarse en estos lugares, parar, degustar y sentiros felices por un momento. Después todavía os quedaran muchas satisfacciones continuando por la SS-51.
Sintiendo dejar los Alpes, pensamos en quedarnos en los alrededores de Venecia. La primera parada fue en Portogruaro, pero un amable italiano nos recomendó que nos fuéramos a Mestre donde cerca de la estación había varios hoteles y desde allí podríamos coger el tren para ir a Venecia. El barrio de la estación de Mestre es...digamos complicado. No es muy recomendable el ambiente que se vive por allí , aunque el hotel donde estuvimos estaba bien, habitaciones buenas y parking incluido en el precio (hotel Ambasciata). Lo mejor estar cerca de la estación de autobuses y tren para llegar a Venecia.
6ª etapa: Venecia
Fuera cordura, las motos a descansar y nosotros a visitar la ciudad romántica: Venecia, aquí no me extenderé mucho , sólo algunas recomendaciones.
Aunque tenga más romanticismo, dormir en la misma Venecia no creemos que merezca la pena. Hay que dejar las motos en el macro-aparcamiento de la Plaza de Roma y después moverte en vaporetto y a pie cargado con las maletas, además el precio es bastante más caro.
Es buena idea comprar una especie de abono transporte que te da derecho al autobús de ida a Venecia y a utilizar todos los barcos que recorren los canales
Visitar Murano (alucinante ver a los vidrieros trabajando) y no olvidar visitar Burano, muy bien cuidada y muy alegre con sus casas de colores
Tener cuidado al coger los barcos, existen algunos que van directos al destino y otros que hacen multitud de paradas
Cenamos en un restaurante (Trattoria Casa Mia, c/ dell'Oca, 4430) que nos costó encontrar pero mereció la pena. Muy auténtico rodeados de venecianos, sus pizzas de todas las clases y sabores nos parecieron deliciosas
Se puede recorrer casi toda la ciudad en un día y uno no debe perderse Venecia de noche. A partir de las 8 desaparece parte del turismo, y con las primeras sombras, la ciudad se envuelve de una magia especial. De pie, en el puente de Rialto, con la música clásica de fondo y el gran canal bajo tu mirada, tu corazón late de una manera diferente...
El ultimo autobús sale a la 12 de la noche, así que tomamos nuestro barco de vuelta a las 11:00 desde la plaza de San Marcos, para recorrer el gran canal y decir adiós a Venecia. Ese ultimo paseo, con todos los palacios como testigos silenciosos de una grandeza pasada, será inolvidable...
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