Buenos días de nuevo. Siguiendo vuestros consejos he probado las dos motos (Super Ténerè y Versys 1000) en la mañana del pasado sábado... y las sensaciones que he tenido han sido sorprendentes para bien, en algunos casos y un tanto decepcionantes, en otros.
Después de unos cuantos meses de espera, por fin pude probar la Yamaha gracias al week end que tuvo la gentileza de organizar Expomoto, concesionario oficial de Yamaha en Gijón. Y ya que estaba en faena, cuando terminé con esta prueba me fui a probar la Vesys 1000 que tienen de prueba habitualmente el Ovimoto ya que en caliente me imaginaba que sería más fácil contrastar las sensaciones de una y de otra.
Como decía, las impresiones fueron muy diferentes a como me imaginaba, lo cual supongo que le pasará a la mayoría de la gente: lees y lees opiniones y le das forma a una idea que después la realidad se encarga de poner en su sitio... para eso son las pruebas ¿no?
Voy a tratar de ser lo más conciso y breve posible comenzando a describir mis “emociones” por la Yamaha que fue la que tocó en primer lugar.
Me subo a la moto con cierto temor por aquello de la altura del asiento y sus 265 Kg. en canal; aunque no me considero un enclenque soy de tallita justa ya que no paso del metro setenta, y si con mi strom de 815 mm. (si mal no recuerdo) de altura de asiento y 50 Kg. menos ya me encontraba “justito”, ante semejante “morlaco” me sentía un poco intimidado. Sin embargo, primera sorpresa: tengo la impresión de llegar al suelo casi como en mi moto y no la encuentro pesada en absoluto al menos, no más que mi actual montura. La arranco, ruedo unos metros y, segunda sorpresa: la ergonomía es mucho mejor que en mi Strom 650, rodillas más cerradas y caderas más relajadas. Y es que aquí debo hacer un inciso porque desde hace ya algún tiempo me viene molestando la cadera comenzando a sentir presión y pinchazos en la zona de la ingle a los pocos minutos de subirme a la moto y me cuesta trabajo también tirar de las piernas hacia los estribos, al menos al comienzo de una jornada motera. Sin embargo, con la Supertenere ha sido muy diferente y aquí comenzaron a acudir mi la cabeza una cantidad indeterminada de opiniones en las que se ponderaba su ergonomía.
Unos pocos metros, muy pocos, son suficientes para encontrarme con una seguridad total sobre ella, como si la hubiera pilotado toda la vida. Salimos a la autopista y las sensaciones se confirman: la moto es comodísima, la protección aerodinámica, muy buena y me encuentro genial sobre ella. Sin embargo, ahora toca la de arena; el motor tiene una rumorosidad nada desdeñable; no la oigo muy diferente a mi Strom apenas vibra (nada que objetar) pero el ruido me desencanta totalmente. Así que, en fin, es lo que hay; supongo que será algo inherente a los bicilíndricos. Salimos de la autopista y entramos en una carretera más apropiada para probarla, con subidas, bajadas y todo tipo de curvas lentas. Siento que no me cuesta NADA moverla y la meto en la curva como si de mi propia moto se tratara, a pesar de llevar diez minutos sobre ella. El responsable del concesionario va delante a buen ritmo, lo que invita a soltarte un poco más si cabe. Me da tanta confianza esta moto que enseguida toco sin pretenderlo con el borde de la bota en el asfalto dándome un buen susto. Tengo la impresión de que los estribos están más cerca del suelo que en mi Strom porque no tengo sensación de ir inclinado en exceso. Pero lo cierto es que toqué y lo hice además con las dos botas.
Las sensaciones de los frenos sin embargo, no han sido nada del otro mundo ya que vengo de una moto que frena poco y ésta que supongo que lo hará mucho mejor, no me dio la impresión de tener un mordiente muy superior.
Y ya por último, el motor. Al margen de ser ruidoso va fino, muy fino. No obstante no me dio en ningún momento la sensación de llevar cuarenta y tantos caballos más en el puño que en mi moto. En el regreso, de nuevo por la autopista, probaba las recuperaciones con acelerones en sexta entre 80 y 150. Es evidente que la diferencia existe, pero no me transmitió ninguna sensación de par exagerado, quizá la expectativa de llevar un “gran bi” estaba inflada en exceso.
En resumidas cuentas, la moto me sorprendió gratísimamente en lo que respecta a posición de conducción, comodidad, ligereza, protección, accesibilidad, agilidad y suavidad. Menos sorprendentes me parecieron sus frenos y el empuje de su motor. Y un tanto decepcionante (quizá sea una cuestión menor y tal vez también sea una consecuencia de la protección del viento que te quita mucho ruido de turbulencia) la rumorosidad mecánica.
Y como decía al principio y para terminar la mañana de pruebas, me acerqué a Ovimoto, concesionario de Kawa en Asturias. Muy amablemente me cedieron un rato la unidad de pruebas, una preciosa e imponente Versys 1000 de color negro, equipada con dos maletas.
Tras las explicaciones de rigor, me subo y me encuentro con la primera sorpresa: la altura del sillín es 5 mm. inferíor a la Yamaha, sin embargo llego al suelo bastante más forzado (¿?¿?) transmitiéndome de inmediato una sensación de inseguridad mayor que en la moto anterior. La postura es erguida, natural, pero bastante peor para mi gusto. Arranco y me doy cuenta que el sillín, a pesar de sus generosas dimensiones, te empuja indefectiblemente hacia adelante, quizás por su forma de cuna obligándote, casi, a abrazar con las piernas el depósito resultando que no es la mejor posición para mis caderas aunque me siento mejor que con mi Strom. Apenas recorro los primeros metros y ya me doy cuenta que la protección de la cúpula no tiene nada que ver ni con la de Yamaha, ni por supuesto, con la de mi Strom a la que llevo 11 largos años acostumbrado. Es probable que proteja pero el ruido es incomodísimo incluso a poca velocidad. Toco un poco los frenos para ver el tacto y me parecen contundentes y con mucho mordiente, bastante mejores que los de la Yamaha (de la Strom ni hablo). En cuanto a la manejabilidad de la moto, me encuentro raro con la rueda de 17”. En realidad, no sé si con la rueda o con el manillar, lo cierto es me cuesta más meter esta moto en curva que la Yamaha, lo cual parece un contrasentido, pero es lo que me dicen las sensaciones ¿Será el manillar? ¿Será la costumbre de conducir muchos años con rueda de 19”?
Y ahora, el motor. Uf... complicado. Después de leer tantas veces los comentarios de Detonativo, Grasacadena, Subaru, Michael y demás foreros, y tras la experiencia de la Supertenere, pensé que las sensaciones iban a ser muy diferentes. Además, tengo que reconocer que llevaba una predisposición total hacia este cuatro cilindros cuyo planteamiento sobre el papel, me parecía perfecto. Pero, una vez más, y cuando se trata de sensaciones, hay cosas inexplicables con las que no cuentas cuando la sensibilidad y el corazón van por un lado, y la cabeza te pide ir por otro. Así pues, el tacto típico de tetra, en cuanto a sonido y a finura de funcionamiento no me resultó extraño porque es algo que ya conocía. Pero pienso que los 11 años de matrimonio feliz sin infidelidades con un humilde “bi” de 650 cc. no pasan en balde, y debo reconocer que ni la contundencia de los bajos de la Versys ni la energía de sus medios me deslumbraron y por el contrario, su tacto perfecto y su finura no fueron suficientes para que saltara el flechazo que esperaba, resultándome incluso, no sé cómo decirlo, anodino, soso. En fin, algo me decía que tantos años de traqueteo tosco de un bilicíndrico no se olvidan así como así. Por lo tanto, y ya para terminar esta “plasta” que estoy largando, decir que lo que “a priori” pensaba iba a ser de una manera, al final fue todo lo contrario. Si pensaba que después de escuchar la máquina de coser de la Yam, me iba a encandilar la turbina de la Kawa, me equivoqué. Y por el contrario, hay otras cosas que me sorprendieron muy gratamente en la Supertenere.
Como decia el amigo Michael Knight, seguro que “ la culpa es mía y solo mía”. No obstante, creo que hay que darle más vueltas a las cosas porque un paseo de media hora escasa con cada moto no puede, en modo alguno, considerarse prueba y lo que antes era gris oscuro, a lo mejor resulta blanco roto. En cualquier caso, dos motocicletas impresionantes.
Saludos