¡Y me fui a comprar chocolate! Alpes y Dolomitas 2014.

Tiz

Curveando
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Hola BMWeros:

En primer lugar decir que no tengo una BMW, sino una Honda CBF 600 SA, pero se trata de viajar y de contar viajes ¿No es así?

Efectivamente me entró antojo de chocolate y quise comprar el mejor posible. ¿Y dónde hacen el mejor chocolate? Parece ser que en Suiza, así que había que quitarse la pereza, aunque habiendo moto de por medio es imposible que aparezca.

En un viaje de esta envergadura hay que tener infinidad de cosas en cuenta, tener muy claras las prioridades y el planteamiento del viaje. Por experiencia personal y de muchos viajeros, los grupos grandes suelen ser problemáticos en cuanto a buscar alojamiento y para coincidir en diferentes planteamientos.

Me puse en contacto con un conocido de algunas rutas y en principio teníamos una idea muy similar de lo que queríamos hacer. Presenté mis condiciones básicas, madrugar para aprovechar el día, tender a la economía en los alojamientos intercalando algunos días de camping con Hotel, y por supuesto con cierta y necesaria flexibilidad que habría que consensuar.

Desgraciadamente el consenso no llegó a materializarse, y al final la crónica va a tener tintes agridulces.

El compañero hizo una labor extraordinaria en cuanto a planificación, reserva de alojamientos hoteleros y campings, consiguiendo unos precios muy correctos teniendo en cuenta el alto nivel de vida de las zonas.

El primer día era de espera, ya que él venía de Madrid y dormía en mi casa. Yo trabajaba por la mañana, y albergaba serias dudas sobre si yo podría aguantar tanto kilómetro con mi maltrecha muñeca izda.

Revisando las motos apreciamos que ambos tenemos las cadenas tal vez demasiado tensas, y es que sin carga están medianamente bien, pero al cargarlas a tope se quedan más tensas. Teniendo en cuenta que nos vamos a hacer unos 5.000 km, tal vez se vayan estirando algo por el camino. El tema cadena dió muchos problemas en la Yamaha de Arcadiano, en la mía ninguno, salvo una leve preocupación por si la tensión extra pudiera ocasionar alguna avería. No llegamos a entender como con carga se tensa más, porque supuestamente es solidaria al basculante y el amortiguador balancea el conjunto al completo. :??

El primer día fue el único que realmente madrugamos. No teníamos sitio reservado para dormir, pero había cierta tranquilidad. Arcadiano se maneja muy bien con el Booking y conocía la ruta y las mayoría de las ciudades de paso.

Nos dimos un paseo y coincidí con una amiga a la quiero mucho y que hacía tiempo que no veía y me cargó las pilas más todavía.






Con el peso extra (tal vez 40 kg incluídas las maletas) al principio cuesta manejarse en parado, pero con el paso de los km sin problemas.
 
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Primera parada en Puente la Reina de Jaca. En uno de los bares que hay coincido casualmente con dos compañeros del trabajo y un vecino del barrio. Un par de ellos montañeros ya habían estado en los Alpes y nos animan diciendo que el tiempo en verano es básicamente igual que aquí.....................a la postre, se equivocarían estrepitosamente.



Todavía estoy haciendome al peso extra, y es que en parado y con gravilla en el suelo te puedes llevar algún susto.

Un amigo me ha prestado la bolsa de Louis y la tienda de campaña. Sin duda esta bolsa es polivalente hasta decir basta, muy robusta, impermeable y de grandísima capacidad, y encima le costó sólo 15 € en Alemania. Cabe una tienda de 3 plazas, que aunque parece excesiva para una sóla persona me vino muy bien para distribuir y secar la ropa dentro. De hecho si me compro una, será de 3 plazas................y no por hacer un trío..........¡Qué también!

Leí que era interesante llevar un candado de bici de sirga y me resultó utilísimo tanto para asegurar la bolsa de Louis, como para en muchas paradas dejar amarrado el casco y no tener que cargar con él. El candado ya lo veo imprescindible para viajes de cierta entidad.

La bolsa sobredepósito imprescindible para llevar las cosas más importantes a mano, para llevarla encima en todo momento, utilísima para dejar los tickets de autopista (que por cierto tuve infinidad de problemas que ya contaré) y también para apoyarme y descansar en tiradas largas de kilómetros.
 
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Paramos a repostar en Formigal y justo cuando me bajo de la moto..................¡¡¡No me lo puedo creer!!! Chema, Pilar e hija y cuñau unos amigos en cuya boda estuve el año pasado y cuya luna de miel un viaje a los Alpes. :D ¡¡¡Qué alegría me dieron!!! ni queriendo nos sale mejor la coincidencia.

¡Ah por cierto! la hija es una futura motera a no mucho tardar!



Y llegamos a uno de los sitios que queríamos visitar, Lourdes. La Basílica se encuentra con mucha facilidad, aunque buscar los aparcamientos gratuítos nos hacen andar algo más de la cuenta.



¡Qué gran idea dejar el casco en la moto! eso sí la pantalla en el baúl. Efectivamente es robable, pero en este viaje me he quitado en parte la paranoia de los robos, aunque no dejo apenas márgen.
 
Vamos con una serie de fotos de este complejo religioso que a tantísima gente sigue atrayendo. Curioso ver la ingente cantidad de razas que deambulan por allí. Especialmente me llamó la atención la cantidad de hindúes, pakistaníes o similares que ví por allí y en concreto en la ciudad suiza de Interlaken.







 










Impresiona el sentir que se percibe, hay misas en varios idiomas, cirios gigantescos en receptáculos para que no se apagen y cientos y cientos de inscripciones en mármol de gente agradecida.
 
Una parada en un área de descanso, cuyo nombre era "Aire de Bordes".Resultó la más cutre de todas las del viaje, porque la mayoría son espectaculares y con todos los servicios, gasolinera, tienda con aire acondicionado, asientos con sombra para picniquear, etc....



Y tengo mi primer problema en un peaje. No me detecta la tarjeta. :-x Introduzco euros y tampoco me abre la barrera. Me comunico por el interfono, intentado entenderme en francés y una chica me dice que introduzca el ticket. Le contesto que ya está introducido cuando he metido la tarjeta. Me dice que tengo que pagar más (supongo que me quería hacer pagar como si el trayecto hubiera sido el más largo posible.

Mientras tanto una cola de coches que con bastante paciencia no tocaban la bocina. El conductor que tenía atrás se pone a hablar con la chica y le dice que ya he pagado. El compañero viene y le explica en un perfecto francés, pero no hay manera de razonar. Así que pago de más y nos largamos de allí.

Lo que no sabía en ese momento es que vendrían problemas mayores con la dichosa tarjeta. :-x

Dejamos a un lado Carcassonne, una fortaleza amurallada medieva digna de visitar y que ya conocía de otro viaje motero.



Este primer día nos hicimos 700 km y mi compañero buscó a través de Booking hotel en Beziers por 48 € habitación doble. Reservar con antelación (antes de las 18:00 suele ser la hora límite) da una tranquilidad grande que hay que agradecer. El hotel cutrecillo pero el parking descubierto estaba vigilado.





 
Cenamos en el único restaurante que había cercano, ya que estabamos en un polígono industrial.

Un asiático con bufet libre, que tenía cosas bastante ricas. 20 € resultó ser algo caro pero nos llenamos la tripa, aunque para dormir no es lo más conveniente y así se notó.



 
Al día siguiente nos desviamos del camino más directo para visitar el viaducto de Millau. Llegando por autopista unas curvas rapidas bastante cerradas y muy muy divertidas en que tumbabas la moto bastante bastante. :-D

Tras leer consejos de qué llevar en un viaje largo, se repetía bastante el tema de la cinta americana. Y como tenía más a mano cinta aislante la eché al baúl sin mucho convencimiento de su posible utilidad. :??

Pues bien, en una parada noto que uno de los catadióptricos del baúl está flojo y hay riesgo de que se rompa, ya que perderse lo dudo al estar sujeto por un tornillo en el otro extremo. Así que afeo un tanto la estética del baúl.



Al fondo ya se aprecia el impresionante viaducto al que queríamos acercarnos.





 
Y justo debajo de la obra de ingeniería. Tienen todo muy bien montado, con amplio aparcamiento, toilettes y creo que un pequeño museo explicativo.



En el rato que estuvimos pasaron unas cuantas motos. Estuve hablando con un catalán con una GS 1200 que venía con su chica de los Alpes y de las dos semanas les tocó una lloviendo. Entonces no sabía que nosotros no tendríamos tanta suerte. :| Era su tercer viaje a la zona alpina, pero la primera en pareja............ella no parecía muy entusiasmada.............o tal vez estaba agotada. :whistling:



Después nos tomamos un café y una infusión y nos trataron pésimamente mal. Nos apartaron los cascos de la mesa sin mediar palabra, malas caras y poco tardamos en irnos de allí. Supongo que trabajar un domingo no es plato de buen gusto, pero nosotros no teníamos la culpa. :double fuck:
 
Después de Millau nos fuimos a ver las Grottes de Tarn...............y cogimos la carretera del infierno (D 998) una sucesión de curvas y más curvas, muy muy lentas y con asfalto en algunos puntos regular que aquello era inacabable. Ni siquiera comimos ese día por falta de tiempo.

Sinceramente os podéis ahorrar la excursión, lo que ví allí ya lo había visto en Navarra y hasta más espectacular, aunque sin desmerecer aquello.



Supongo que por el cansancio acumulado y el hastío, Arcadiano hizo un comentario bastante fuera de tono hacía mi forma de pensar sobre temas triviales y de nula importancia. Lo deje pasar, pero aquello fue la antesala de lo que estaba por llegar. Se supone que estamos de buen rollo, y no para lanzarnos puyas que no vienen a cuento.

Mientras tanto una almohadilla de la parte superior del casco se desgarra y se me llena la calva de pequeños trozos negros de espuma. La quito pero tengo que ir sufriendo como se me clavan los velcros en la piel y acaba molestando a lo largo de las horas. Así anduve varios días hasta que le puso cinta adhesiva que me alivió bastante.

Cuando ya estabamos más que hartos de que los km se eternizaran, aparecen tramos con gravilla, en algunos trozos con mucha capa. Y claro yo ya me conozco por la bici de montaña lo que ocurre si metes la rueda dónde hay más de la cuenta, la dirección tiende a cerrarse y la caída está garantizada. Rezando para que no vinieran coches ya que en el centro de la estrecha carretera estaba más límpia. ¡No hubo suerte y aparecieron varios! :facep: Con la mayor suavidad que fuera posible metía la moto en la zona gravillosa y con la intención de ni respirar siquiera y mucho menos frenar.



Una vez pasada la zona de gravilla, vemos una señal que nos indica lo siguiente: "Ruta muy peligrosa" Se trataba de un descenso bastante acusado con rampas exageradas y tornantis cerradísimas en las que había que invadir el carril contrario en su totalidad. Nos van adelantando los coches, y finalmente salimos de ese infierno.

Saliendo de un peaje, con las prisas y los nervios de ir muy tarde, cierro bruscamente la visera del casco y se desencaja de un lado. Rezando porque no se saliera del todo me salgo de la carretera sin arcen y me meto en una zona de hierba, con cierta inseguridad al apoyar la moto. Pongo la visera en su sitio y salgo zumbando. Arcadiano me está esperando orillado más adelante.

Son casi las 18:00 h, no hemos comido y esa es la hora límite en que te puedes registrar en los campings, así que en el primero que vemos nos metemos en St. Lazarie en Royaume. Por suerte es municipal, no hay nadie encargado y entramos con total libertad. De hecho no hay horario límite de entrada y unos jubilados alemanes llegan ya de noche con su Volkswagen Transporter.

Me voy a estrenar en eso de dormir en un camping, aunque hacía casi 20 años ya lo hice en la mili, e incluso dormir tirado en el suelo, así que no me preocupaba. El montaje de la tienda sí me tenía inquieto, pero Arcadiano me lo explicó perfectamente.

Arcadiano está muy preocupado porque no llegamos al camping que está reservado. Una vez más pienso que si hubieramos madrugado todo hubiera sido mucho más liviano, pero.................
 
Tuve la precaución de llevar un trozo de madera por si me hacía falta apoyar la pata de cabra en suelo inestable, y me fue utilísima, ya que había llovido mucho y la pata se hubiera clavado como una lanza. La madera era algo debilucha y se astilló ligeramente. Ya de vuelta me he hecho con otra más gruesa.



El camping muy tranquilo y con todo correcto, sin lujos pero sin echar nada de menos. Descansé mucho mejor que en el Hotel del día anterior. Además costó la friolera de 11 €.





 
La mañana amanece fresca pero agradable al mismo tiempo.



La moto está mojadita...............¿O queda mejor decir húmeda? :whistling:





 
Unos paticos simpáticos (valga la redundancia), que buscan algo que llevarse al pico. Se acercaban muchísimo pero no se dejaban tocar.





 
La de cosas que se llegan a llevar y prácticamente utilicé todo.



Al día siguiente nos haríamos 600 km y 12 horas de moto, hizo mucho calor. Al ser domingo tuvimos muchos problemas con 2 repostajes, gasolineras cerradas, no señalizadas y difíciles de encontrar. Sin saber francés es muy complicado que te sepan orientar los paisanos. El GPS nos lía y complica en varias ocasiones. Buscando una gasolinera en un pueblo toca salir de una cuesta bastante grande a la carretera, y al llevar tanto peso atrás y salir un poco fuerte, al girar la dirección la noto ligerísima, vamos que la rueda delantera casi no apoya. Tengo que alargar la trazada para notar agarre, pero el susto ya me lo he llevado.

Cenamos embutido que me encargué de comprar. Si volviera sin duda llevaría bastantes más provisiones alimenticias, tanto por comodidad como por ahorro, ya que los precios se van de madre.
 
Llegando a Chamonix, empieza a haber mucho tráfico, muchos cochazos y paisajes espectaculares. Las carreteras son muy divertidas pero con tanto tráfico y tantas obras que cortan un carril pierde su gracia, pero la vista se reconforta allá dónde mires.

Tras parar en una zona de obras, a Arcadiano no se le recoge apenas la pata de cabra y tengo que avisarle rápidamente antes de que se lleve un buen susto en la próxima curva de izdas.





 
Lunes 28:

Hoy tocaba entrar a Italia y pasando Chamonix me gustó especialmente la autopista que hay, y que creo es la única vía posible. Entre que está sobreelevada, con muchas curvas y unas moles montañosas que te acompañan, da la sensación de que te estás introduciendo en un lugar especial.

No pude hacer fotos, pero ver como unas masas enormes de nieve helada se descolgaban de las montañas, me impresionó sobremanera.

En una gasolinera ví aparcados unos Audi Q7 con camuflaje en la carrocería, tal vez eran los futuros QS7. Los precios ya empiezan a ser de 1,90 y pico eurazos para arriba. No llegamos a los 2 € en Italia y Suiza por muy poco.

Yo no tenía muy claro si ibamos a tomar el tunel del Mont Blanc o no, las decisiones las tomaba todas mi compañero, en parte por tener GPS y en parte porque mis sugerencias caían en saco roto. :mellow: Pero en definitiva sabía que cualquier opción sería buena, pues se trataba de disfrutar.

Justo antes del peaje del tunel ví una carretera a mano dcha., que es la que te evita el tunel y de la que ahora no recuerdo el nombre del puerto.

Pagamos 28 € por los 11 km de longitud. Hace muchísimo calor dentro y hay que mantener una gran distancia con el vehículo anterior, unos 150 m que te los indican con luces azules a ambos lados del tunel y son dos las luces que tienes que ver con respecto al de delante.



Esta es la salida del tunel ya en Italia. Y justo cuando catamos por primera vez la lluvia. Yo estaba muy emocionado, pero mi compañero comenzó con su retahíla de quejas y más quejas por la no idealidad de la situación.

La lluvia arreciaba por momentos así que me busqué una techambre para hacer algunas fotos.

Por allí es por dónde venían los que no habían pagado el tunel.



 
Vistas desde la parte italiana.







 










Continuando para Italia se pasa por varios tuneles limitados a 80 km/h, de repente oigo un estruendo y para cuando me quiero dar cuenta un Ferrari F430 amarillo pasa como una exhalación. Supongo que al ser italiano no rigen los límites para ellos. Los días siguientes pudiemos corroborar que en Italia se conduce bastante mal y los límites se obvian.

Dejo de llover, pero tras salir de un tunel, una tromba de agua de impresión, paramos a ponernos los trajes de agua que nos habíamos quitado hacía poco, por suerte duró poco. El peaje de 5,40 es inevitable.
 
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La lluvia nos da una tregua y pudiera ser que fueran las típicas tormentas de verano.

Llegamos a Aosta dónde tenemos reservado camping. Nos ponemos a elegir zona y mi principal preocupación es dónde dejar la moto para que esté bien asentada. Encuentro un trozo de asfalto y dónde no molesto. Al día siguiente pude comprobar como la pata se había clavado en el mismo unos dos centímetros. :huh:

Empieza a llover y hay que montar la tienda deprisa y corriendo. Es mi segundo montaje y todavía ando torpe, así que me cuesta bastante más que el compañero. La tela interior se va mojando, pero por suerte no demasiado.



Y así estaría lloviendo con intensidad y sin parar toda la tarde y toda la noche.

Comento durante la tarde que si llegara a despejar podíamos coger las motos e ir al cercano puerto del Petit San Bernardino, el compañero dice que él no va y me tacha de comportamiento "no-normal" Ya empiezo a cansarme de estas puyas para nada en tono de broma, pero me vuelvo a callar y hago de tripas corazón.
 
manece con temperatura fresca, y como de costumbre madrugo para no retrasar la salida, ya que tenemos mucho que ver por delante, y día tras día comprobamos que vamos justos de tiempo para lo planificado.

He dormido bastante bien, sobre todo por el silencio, aunque la lluvia se ha dejado notar durante toda la noche.



Por suerte esa mañana ha dejado de llover, aunque amenaza. Ahora toca el laborioso proceso de secar y limpiar muy bien la tienda. Para estas cosas soy minucioso y más si cabe con una tienda prestada que tengo que devolver en perfecto estado. Lleva su tiempo y por suerte hay zonas de cemento con techo cubierto para hacerlo. Estas cosas llevan su tiempo, pero son primordiales.



La moto está más inclinada de la cuenta, por lo que he comentado de la pata hundida en el endeble asfalto, probablemente debilitado por tantísima lluvia. El caballete central no podía ponerlo con el peso extra de las maletas, ya que no las desmontaba e iba sacando de ellas lo que me interesaba.
 
Ese día no sabíamos que nos ibamos a sentir como Marichalar cruzando el Atlántico con su moto de agua.
Echamos gasolina a 1,80 y toda la jornada (por suerte) iba a transcurrir por autopista.



Empezó a diluviar y aquello era un no parar, cuando veías que ya era imposible que lloviera más empezaban a caer unos goterones enormes, incluso granizó algún rato.

Temperatura de unos 17º, yo con los puños calefactables conectados, cuando salías de un tunel se veía todo emborronado de la cortina de agua que caía. Curioso que el asfalto de túneles de varios kilómetros estaba todo mojado de lo que escurría de los vehículos. Era una tormenta tras otra sin solución de continuidad y el cielo negrísimo miraras por dónde miraras.

Muchos coches se iban parando en los arcenes y nosotros llegamos a parar debajo de algún puente para guarecernos temporalmente. Pero casi era peor el remedio que la enfermedad, porque al pasar los camiones nos salpicaban inmisericordemente.
En las áreas de servicio la gente comentaba que aquello era de no creer, un temporal en toda regla y que a la postre ocasionó inundaciones serias en muchas zonas. Escuchamos un rayo que yo no recuerdo haber oído alguno tan cercano, de esos que te dejan desencajado por el estruendo.

Tras un buen rato parados en un área de servicio y con Arcadiano con el ánimo absolutamente agriado, le comento que habrá que seguir, ya que no parece que vaya a parar.

Y en ese momento me faltó gravemente al respeto haciendo referencia a temas personales míos que no venían a cuento, con toda la intención de hacer el mayor daño posible. Lo dicho, fue un antes y un después, cuando pasas ciertos límites ya no hay vuelta atrás, y una cosa es estar enfadado y cabreado con el mundo, y otra es herir por herir y sin motivo alguno. Nuevamente no le parecía "normal" que intentara quitarle hierro al asunto, lo propio era quejarse y amargarse y cagarse en todo, que a ver si me creía un héroe o algo parecido.

Lógicamente no estaba disfrutando, pero tampoco estaba amargado, había que seguir y cuando hay imponderables pues mientras sea posible, se tira hacia adelante.

He hecho muchos viajes y nos ha tocado lluvia, viento, granizo, y no recuerdo que nadie haya reaccionado de esta manera, lo más habitual es resignarse y mantener el ánimo lo mejor posible.

Llegué a un momento en que opté por callarme, ya que ni me contestaba a mis preguntas, o directamente me decía que ya me había respondido a eso el día anterior. ¡Realmente una situación muy incómoda y desagradable!

Allí estuvimos parados tal vez una hora, a mi parecer de modo absurdo, pero claro él llevaba la voz cantante, era inflexible a toda sugerencia y se hacía lo que a él le parecía y cuando le parecía. ¡Todo un ejemplo de compañerismo!


En una parada estuve hablando con una motera italiana, que viajaba sóla con una Kawasaki KLE y no perdía la sonrisa, se encogía de hombros por el dichoso tiempo, pero su actitud desde luego era mucho más sana y "normal". Me comentó que iba a Sondrio, allí se establecía y que iba a hacer curvas por la zona. Muy simpática y agradable, desde luego fue uno de los mejores momentos del día. Llevaba una bocina de plástico amarillo sujeta al manillar, de esas tipo coche antiguo que suenan al apretar la parte posterior, y que sonaba bastante fuerte.....................Me contestó que por tocarla (la bocina), le debía un euro.
 
Tantísima lluvia acaba pasando del traje de agua, del goretex de la chaqueta y el pantalón, de las botas de goretex, de los guantes de goretex. Queda comprobado que si te tiran agua en cantidades industriales durante horas, no hay material que lo aguante y te calas entero.

Arcadiano se caló mucho más, ya que fue al viaje con pantalones y zapatos de calle. Los guantes eran muy finos de verano, y claro el traje de agua le era menos eficaz que a mí, con más capas de protección.

Por un error del GPS nos metimos en la autopista en un carril equivocado, y ante la dantesca situación dimos la vuelta en dirección prohibida, aunque con todas las precauciones del mundo. Por suerte el asfalto era bastante abrasivo y en muchos tramos no se levantaba cortina de agua. Aunque algunos tramos, pillamos auténcias balsas de agua que notabas como te echaban las botas hacia atrás.

Si ese día no hay autopista, hubiera sido muchísimo más duro de lo que fue.

Tras entrar en un pueblo a buscar el primer Hotel que encontraramos y que nos había indicado un motero que decía que era "camionista", no había ni uno sólo, así que continuamos hasta Milán.

Dejó de llover, había un tráfico intensísimo. Ponemos ambos el intermitente izdo para desviarnos y de repente pasa un coche de los caraninieri a toda pastilla por el arcén. ¡Faltó muy poco para que nos rozara!

Los scotters y "casualmente" los T-Max iban ganando posiciones adelantando como kamikazes, serpenteando y pasándote rozando, y es que no los veías venir. Bastante tenías con vigilar a todo tu alrededor y que no te la liarían. Los furgoneteros muy agresivos y cuando veías sus carrocerías abolladas por todas partes, te dabas cuenta que no se andaban con tonterías. Fueron unos momentos estresantes y axfisiantes.

Llegamos al peaje y el coche que tengo delante que tenía que pagar 80 € se pega al de delante y se lo salta. Suenan las sirenas y los empleados le apuntan la matrícula :O Yo pago religiosamente mis 30 €. Desde luego lo prefiero así, que no los contínuos peajes franceses cada pocos kilómetros.
 
En Milán nos metimos en el primer hotel que encontramos. Mira por dónde esta vez si estabamos los dos de acuerdo. Entró en recepción y decidió unilateralmente que ese día no compartíamos habitación. Dadas las circunstancias, me pareció perfecto.

La tarifa era de 75 € por noche, pero nos cobraron 50 €. En un simple detalle pude comprobar la falta de civismo de algunos italianos, ya que nos sugerían que aparcaramos las motos en la acera, unas aceras estrechísimas que justo dejaban pasar a los peatones. Yo no quise dejarla allí.

La que parecía la encargada era una brasileña muy simpática..............personalmente me lo pareció excesivamente :001_rolleyes: y le comenté si tenían garaje y lo que costaba. Me dijo que para motos era gratis.

Era un garaje cerrado que tenían los dueños del hotel y allí metimos las motos, entre un veterano Lancia Thema y un impecable Cinquecento clásico.





Mi habitación era enorme, con tres camas y me vino muy bien para extender toda la ropa mojada, incluso aproveché para secar y limpiar bien la tienda de campaña. Hice un uso intenso del secador para botas, calcetines, guantes, etc......

Las cerraduras de las maletas empiezan a dar problemas por tanta humedad, el móvil se me apaga sólo y eso que lo llevo en la bolsa sobredepósito con su funda impermeable y dentro con otras dos bolsas de plástico. Pero al abrir y cerrar se va colando humedad por todas partes. Me llevé cinta para tapar las cerraduras en caso de lluvia, pero es absurdo porque el agua terminaría por despegarlas en cuanto las quitas una vez. Pensé en echarles polvo de grafito y recordaba llevar un lápiz del que podría haber deshecho la mina para estas labores, pero finalmente llevé un portaminas, así que nada. Llevaba aceite para rellenar el scottoiler, pero no me pareció buena idea ya que se desaconseja. El motivo es que temporalmente te soluciona, pero a la larga atrapa suciedad que puede atascar los mecanismos.





Se puede apreciar la mini acera dónde nos decían que podíamos dejar las motos (Y añado...........sin molestar


A la noche nos fuimos a cenar, aunque yo no lo hice por mi estómago revuelto, y pude comprobar que las italianas en general visten muy bien, son simpáticas, abiertas y muy agradables.

Me ocurre con cierta facilidad que cuando me llevo un disgusto me afecta al estómago, y así fue. Ya desde el día anterior estaba regular y ese día ya no podía comer, ni cenar. Tuve que ir a una farmacia y comprar suero fisiológico y algo para el dolor. Simpáticas a más no poder las italianas.

Los roces entre ambos compañeros de ruta se aliviaron bastante, y es que hablar de mujeres siempre relaja..........o lo contario.

En Italia es muy llamativo que la gente viste bien, incluso algo excéntricos, y no es raro ver gente con trajes y chalecos como si fueran a una boda. Las mujeres van espectaculares, y mucho más vistosas que las francesas.

En un bar pude conectarme con la tablet y una camarera tuvo el detalle de explicarme bien como entrar y que no se decía "güifi", sino "güafai" :-D El Wi-Fi de varios sitios en que habíamos estado era penoso, se perdía la señal y tenía un radio de acción pequeñísimo de apenas unos metros. Como no podía acceder al correo, consulté el tiempo, viendo que había una profundísima borrasca que cubría toda Suiza y norte de Italia.
 
El día siguiente amaneció nublado y por el camino tuvimos de nuevo lluvia, aunque no parecía nada en comparación con lo del día anterior.

Tras la mojada del día anterior y a pesar de haber secado los guantes de invierno lo mejor posible con el secador, todavía seguían húmedos, y me ocurrió un problema que ni hubiera imaginado.

Al quitarme el guante izquierdo en una gasolinera, el forro interior se arrugó y al ir a ponérmelo no entraban los dedos. Cuesta creer lo dificultoso y doloroso que me suponía intentar introducir los dedos en dónde ya no había ubicación para los mismos, porque estaba todo revuelto. Finalmente conseguí meter tres dedos pero no hasta el final, y conducir así me ocasionaba bastante dificultad para accionar el embrague. Más vale que ibamos casi todo por autopista, pero tenía que hacer una postura bastante ortopédica. Intenté comprar guantes en una gasolinera, pero me pedían 30 € por unos que parecían de bici.

Por cierto los cafés en las autopistas a 2,80 €, aunque eso resultaría barato para lo que nos encontraríamos en Suiza.

Nuevamente problemas en los peajes, porque no me lee la tarjeta y hay que llamar a algún empleado para que introduzca los dígitos manualmente. Llevo dos tarjetas y fallan las dos, pero curiosamente sólo en peajes, porque en las gasolineras y tiendas no tengo ningún problema.

Por fin el tiempo va mejorando y me puedo poner los guantes de verano. Casi todas las motos que vamos viendo son italianas, francesas, alemanas, austriacas, y hasta ese momento sólo una moto española hemos visto.

Y en el último peaje antes del destino del día, que era Boltzano, introduzco la tarjeta en el peaje y ¡Como no, me dice que no es válida! :double fuck: , como hay opción de meter dinero en efectivo, introduzco un billete y me abre la barrera. Entonces paro un poco más adelante para reagruparme con el compañero y me doy cuenta de que no me devuelto la tarjeta.

Tuve que hacerme entender con un empleado italiano para comentarle la situación ¡Carta incastrata!. Llama por teléfono a otro compañero, espero un buen rato y nada. Tengo que volver a insistir pasando por los peajes y esquivando a los coches que van pasando. Por fin viene el empleado y revisa las máquinas. Dice que no hay ninguna tarjeta y que si no la devuelve no deja pagar en metálico. Me lo tengo que creer, e incluso pienso que se me ha podido caer en los 100 m. que he movido la moto. Recapitulando creo firmemente que me la tragó al considerarla no válida.

Ni que decir que Arcadiano en ese momento tuvo una paciencia infinita con la situación, porque al menos media hora estuvimos allí y el sol empezaba a calentar con ganas.

Así que la dí por perdida, llamé a mis padres para que la anularan, ya que aunque es de pin, nunca se sabe. Hablan con el BBVA y les dicen que está caducada y que ya me han mandado por correo otra. :O ¿CADUCADA? PERO SI COMO BIEN PONE EN LA TARJETA CADUCABA EN SEPTIEMBRE!!!!!!!!!!!!!!!

Le dicen que sí que caduca en Septiembre, pero como ya han mandado la nueva con mes y pico de antelación, no puede haber dos tarjetas activadas a la vez. ¡¡¡¡Increíble!!!!!!!!!!!

¡Por cierto, a día de hoy todavía no ha llegado al correo físico de mi casa!

De todos modos tengo la de mis padres que también caduca en Septiembre, pero que puede ocurrir la misma jugada. :facep: :facep: :facep: Al menos como soy previsor lleve una cantidad en metálico que me podría cubrir, aunque muy justo si los planes seguían igual que lo planeado.



Y esta es la casa en la que nos alojaríamos dos noches a 9 km de puerto de montaña dede Boltzano.
 
La casa muy rural, muy bonita, los dueños encantadores, nos hicieron comida a las 16:00 h, una menestra de pasta que estaba buenísima, y aunque mi estómago estaba regular comí un poco y me sentó de maravilla.

Los animales de la casa están acostumbradísimos a los huéspedes e incluso podías coger el gatito delante de su madre.





 


Uno de los días la puse en el caballete central y al llover se clavó hasta el fondo y necesité ayuda para bajarla, así que opté por poner algo consistente debajo de la pata de cabra.

Y nos ponemos a comer en una terraza, con perfecta temperatura y perfectas vistas.





 
Por centrar un poco la cosa, estamos en el norte de Italia en la ciudad de Boltzano y como ya hemos comido nos vamos al pueblo a echar un vistazo. Nuestro alojamiento está a unos 10 km a bastante altura de dicha ciudad.

Por supuesto antirrobos al canto, que estamos en Italia. En Suiza ya nos relajaríamos más al respecto.





Un.........supongo........arco del triunfo.

Ya nos dijeron que la ciudad tenía mucha animación y mucha gente joven por la noche. Había un mercado regentado por hindúes, pakistaníes o asimilados.



 
Seguimos con las fotos de Boltzano. El tiempo por fin acompañaba, temperatura muy agradable, aunque podría haber llovido, de hecho mientras cenabamos el suelo se mojo ligeramente.

Al entrar en la ciudad pudimos ver un concesionario de Ferrari y Maserati, así que queda claro que hay pasta en la zona. También al irnos vimos un concesionario de Yamaha.










Es una ciudad dónde muchísima gente se mueve en bicicleta, incluso los repartidores van en bicis con remolque.

Algo muy llamativo de esta ciudad es que huele a Curry, pero es que la casa dónde nos alojabamos también, y las otras casas alejadas a varios cientos de metros igual. Es un olor muy intenso que se siente a varios metros de las viviendas y por supuesto está omnipresente en la zona vieja de la ciudad.
 






Se veía bastante imaginería religiosa.

Era muy complicado encontrar sitio para cenar, pero entramos en una terraza y cogimos sitio en una mesa que estaba un poco a desmano. Seguidamente pasaba mucha gente y les decían que no había sitio. Como seguía con el estomago regular cené una ensalada que me sentó bastante mal. ¡Con lo que me gusta la pasta italiana y no poder comerla! :(



Ojo al dibujito del cachondo de la tienda de gafas.
 
Así se veían las motos desde la habitación, ni antirobos ni nada, sólo el bloqueo de dirección. Era una zona tranquilísima y alejada de la civilización.



Esa mañana tuvimos que buscar a un mecánico, ya que mi compañero incomprensiblemente no lleva ni aceite ni grasa y tras tantísima lluvia la cadena no va bien y sigue demasiado tensa. Es un mecánico de coches, la destensa en dos minutos y no quiere cobrar nada. Echo un vistazo al taller y no he visto uno más límpio y ordenado en toda mi vida. Tiene un Escarabajo de 1973 absolutamente impecable y con el motor cromado, supongo sería de algún cliente.



 
Por fin el tiempo acompañaba y nos ibamos a regalar la vista con imagenes inolvidables. :8





 
Por fin el tiempo acompañaba y nos ibamos a regalar la vista con imagenes inolvidables. :8





 
Casi ni sitio para aparcar las motos, a mi compañero le dejaron una Moto Guzzi California inglesa al lado que por milímetros pudo sacar sin rozarla.

Todo el mundo dejaba los cascos y las cazadoras encima de las motos. Yo soy incapaz y dejé el casco atado con el antirrobo de bici.





Viendo como a los italianos les encantan las motos italianas, entiendo como no han desaparecido marcas como Aprilia, Benelli, etc.....La única moto que vimos con supuesta avería fue una Aprilia que echaba humo, aunque pudiera ser que se le estuviera quemando una alforja.
 




Y subimos el Pordoi, con cientos y cientos de bicis en toda la subida. Aunque supimos sacar partido de la potencia y agilidad de las motos para ir adelantando coches que a su vez adelantaban a los ciclistas, era una batalla perdida porque los tuvimos durante toda la subida. Pero al menos no castigamos mucho los embragues.





 
Ni que decir tiene que el modelo de moto que más he visto con diferencia en la zona alpina y dolomítica es la GS 1200, increíble además que muchísimas fueran la versión LC que se diferencia por los leds en el faro que casi todas llevan. Adventures nuevas ví menos.

También vimos muchas KTM 1190 Adventure, que también se roconocen por la forma de los leds delanteros.

Las motos nacked también muy numerosas, y un poco de todo, Goldwings, touring, RTs, CBFs 1000 unas cuantas y unas pocas menos 600, y también grupetos de Rs.

Matrículas españolas sólo conté 4 en todo el viaje, una GS 1200, una Multistrada 1200, una XJ 600 y una Superteneré.





Eso es un buen soporte de apoyo para la pata.
 






Una bici-pepino de más de 5.000 € encemetada en las ruedas como monumento a los sufridos ciclistas. En nuestro país se la llevarían por piezas. :facep:

Ya bajando por el otro lado paramos a comer. En mi caso unos deliciosos raviolis rellenos con espinacas. Mi estómago empezaba a encontrarse mejor.
 
Unas fotos antigüas que había en un bar:







 
Sin acabar de bajar el Pordoi paramos a comer en un restaurante, que a pesar de que al estar a pie de carretera pudiera parecer caro, fue todo lo contrario, muy buena relación calidad/precio.





Contínuamente pasando motos y ciclistas.







Los raviolis más ricos que he comido en toda mi vida.
 
Como la ruta del día era bastante ambiciosa y esta vez sí estuvimos los dos de acuerdo en atacar la ruta larga, volvimos a subir el Pordoi por dónde lo habíamos bajado y aprovechamos para hacer unas fotos que merecían la pena. Realmente no hay un sitio bueno para parar, así que orillamos las motos, warning y corriendo a hacerlas.







Este puerto no tiene curvas especialmente complicadas, hasta las más cerradas se podían hacer en 2ª, salvo cuando coincidías con ciclistas que hubo que poner 1ª.

No puedo negar que me gustaría subir estos puertos en bici, es otra sensación muy diferente a la moto e igualmente satisfactoria.
 
Como se puede ver el tiempo era dudoso, pero es que la alta montaña es lo que tiene. En minutos te puede cambiar radicalmente. La temperatura arriba era de alrededor de 20º y en los valles de unos 23º. No nos llovió en todo el día. :8







 
Y llegamos a otro de los lugares más impresionantes de los Dolomitas, el Paso Fedaia desde dónde se puede ver al fondo la enorme pared vertical de la Marmolada.





 


Ahora fotos desde el Paso Giau, sin duda un sitio de los más mágicos que pudimos disfrutar. ¡Me hubiera quedado horas! :8





 
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