DIA 1
Lunes por la mañana, lunes sí, pero con sabor especial … hoy no voy a trabajar. Levanto la persiana … y aunque estoy concienciado de que en alguno de estos dos días me va a caer la del pulpo … el solete mañanero anima.
9:30 … listo y preparado estranando mi flamante Schuebert S1 … con mas capas que una cebolla … salgo hacia la M30 para coger la A5 dirección Talavera. Según pasan los km el frio se va notando … y la carretera … tan húmeda … no me da ninguna confianza.
A la altura de Santa Cruz de Retamar abandono la A5 dirección Novés y la Puebla de Montalban. Poco a poco el sol va calentando con más fuerza y el frasquete que tengo en pies y manos va desapareciendo … mientras que veo acercarse una inmensa nube que tiene ganas de joderme el dia.
Las carreteras perfectamente asfaltadas … al salir de La Puebla de Montalban las curvas rápidas y con buena visibilidad hacen que esta zona sea muy divertida para ir en moto.
Cruzo el Canal de Castrejón y llego a San Martín de Montalbán dónde en el horizonte se puede ver como el paisaje se eleva formando los Montes de Toledo.
Continuo a el pueblo de “Ventas con Peña Aguilera” y me adentro en los montes subiendo hasta San Pablo de los Montes, típico pueblo serrano con mucha actividad y poco más de 2100 habitantes. La subida la hago por una carretera que poco a poco se va estrechando pero que esta perfectamente asfaltada con multitud de curvas. Los cultivos de olivos van dando paso a grandes robles, alcornoques y en definitiva abundante vegetación y numerosos pequeños arroyos que nacen en el monte de La Morra. Las vistas del valle de Ventas con Peña Aguilera y de las alineaciones montañosas de los Montes de Toledo son impresionantes y otorgan a este lugar un sabor especial a monte.
Bajo hacia Menasalvas por una carretera bien asfaltada menos divertida que la de subida, no sin antes llenar el depósito en la gasolinera que hay a las afueras del pueblo.
Recta … ese es el adjetivo que puedo dar de la carretera que separa Menasalvas de Navahermosa (CM401). Llego a Navahermosa ubicada en un valle en la falda meridional de la sierra Galinda. Desde aquí hasta los Navalmorales la carretera comienza a retorcerse subiendo entre curvas y más curvas.
Parece que doy esquinazo a la nube que me acompaña desde hace un buen puñado de kilómetros… el sol vuelve a salir al tomar la CM4171 que me llevará hasta Espinoso del Rey. La carretera mala. Me adentro en los Montes de Toledo y como ya sabía las carreteras dejan mucho que desear, pero la tranquilidad, el paisaje y el sosiego de estas tierras hace que estas carreteras se disfruten de una manera especial.
Alcanzo el río Pusa, afluente del Tajo, entrando y saliendo de la comarca de los Montes de Toledo a la comarca de la Jara y viceversa.
Pasado Espinoso del Rey, zona de incipiente turismo rural, a unos 3 km aparece una pequeña carretera hacia Robledo del Mazo. Esta carretera es igual de mala que la anterior y discurre en paralelo al río Fresnedoso. Pasados unos km llego al área recreativa Fuente de la Teja, dónde se encuentra el santuario y manantial de mismo nombre. Aquí es dónde me como el bocata de tortilla que llevo. No pasa ni un solo alma en la media hora que me tomo para comer, tan solo el ruido de una pequeña fuente y algún que otro pájaro que parece mirarme preguntándose “¿que hace aquí este enfermo?”.
Retomo el viaje subiendo el puerto de Pan y Queso, Pasada la cima se abre frente a mí un impresionante valle, el Valle del Gévalo … 13.700Has de insólita naturaleza, rodeada de montañas y numerosos ríos y arrollos.
Llego a Robledillo, pequeño pueblo situado en un recobeco del Valle del Gévalo situado entre valles y montañas por detrás esta la sierra del Risco grande, dónde las jaras son cada vez más visibles y hacen comprender de dónde viene el nombre de esta comarca.
En estas carreteras como mucho se puede ir a 80km/h … teniendo mucho cuidado con las curvas, que suelen estar sucias y por muchas de ellas no paso a más de 30km/h, aún así voy encantado disfrutando de la naturaleza y de la moto al máximo.
Llego a la TO-7531-V y giro a la izquierda para recorrer los pocos km hasta Navaltoril, dónde la carretera mejora notablemente y sin llegar a ser una maravilla hace más cómodo el viaje. Siempre con el río Gévalo a mi derecha hasta pasar Navaltoril la carretera es serpenteante y divertida. Sigo de frente dejando Navaltoril a la izquierda. Se van cambiando jaras por pinos mientras que la carretera mediocre pasa a ser una carretera recién asfaltada y con preciosas curvas hasta llegar a Piedraescrita, pequeño pueblo serrano dónde se pueden admirar las sierras de la Hiruela y Altamira.
Bajo por dónde he venido, ya que no hay más carreteras que lleguen hasta Piedraescrita, para llegar hasta Robledo del Mazo localidad ubica en la zona occidental de los Montes de Toledo, dónde jaras y encinas luchan por hacerse hueco en la linde de la carretera y poder deleitar al viajero con sus cambiantes colores propios de esta época.
El sol sigue jugando con las nubes para dejarse entrever de vez en cuando, las luces y sombras alegran y entristecen el impresionante valle del que poco a poco voy saliendo adentrándome más y más en la comarca de la Jara.
Pasado Robledo del Mazo, la carretera se vuelve más serpenteante y vuelve a tomar el color rosaceo típico de alguna de las carreteras de esta zona. La carretera se va encajonando acompañando el curso del arroyo del Mazuelo y arropada por la umbría de los Charcos (derecha) y el cerro Buitrera (izquierda).
A la señal de La Fresnedas giro a la izquierda para tomar una carretera bastante buena plagada de curvas que me llevará a Alcaudete de la Jara, pueblo escondido en una vega honda rodeado de pequeños montes, lo que hace que tenga un agradable microclima y que sea conocido como “el levante de Castilla”. En este pueblo me doy un pequeño y merecido descanso.
Sigo hasta Calera y Chozas, relleno el deposito de la susi y sigo por una inmensa recta hasta El Puente del Arzobispo. Cultivos y más cultivos es lo único que hay.
Ya no vuelvo a ver el sol, las nubes se hacen cada vez más intensas, más oscuras y junto con el asfalto mojado son indicador de que el chapuzón se está acercando, de todos modos, sigo con los planes de ruta previstos dirección Aldeanueva de Barbarroya por una carretera algo más entretenida.
Belvís de Jara, La Nava de Ricomalillo … sigo sin catar la lluvia, las carreteras muy buenas, con guardarrailes protegidos con doble bionda y correctamente señalizadas me hacen dudar de si sigo en España
… parece que si; llego hasta el Puerto de San Vicente lindando con Extremadura para cambiar el rumbo hacia Mohedas de la Jara dejando a la izquierda la sierra de Altamira.
Debido a lo nublado que está la tarde, son poco menos de las 17h y es prácticamente de noche, los paisajes se vuelven más confusos y menos nítidos, al igual que la carretera una vez pasado La Estrella de la Jara, dónde la vía pasa a ser de poco más de 4 metros sin marca de limitación de carriles.
Carretera entretenida y divertida que me lleva al destino final del día de hoy La Nava de Ricomalillo dónde hay uno de los pocos alojamientos de la zona. Duermo en Hostal Villa María, dónde los dueños me dejan guardar la moto en una nave que tiene justo al lado del hostal junto al tractor.
Antes de cenar me doy una pequeña vuelta por el pueblo, al final la lluvia me ha respetado y no me he mojado nada, pero viendo las previsiones meteorológicas no soy nada optimista para el siguiente día de viaje.
Ceno a eso de las 21:30h, sopa castellana, filete de ternera con papas y un flan de postre … me subo a la habitación a ver un rato la tele y a dormir que ando cansado.
DIA 1: RECORRIDOS: unos 430 Km.
DIA 2
Con sumo cuidado subo la persianas, pensando que debe de estar lloviendo a mares … no es así. El suelo muy mojado indica que ha debido de llover bastante durante la noche y mirando al cielo tampoco es que me haga pensar que ya no va a llover más. Me pongo la cordura y bajo a desayunar.
Salgo a por la moto … hace menos frío … pienso … “no hay mal que por bien no venga” y es que aunque parezca que hoy no me quitan el chaparrón al estar el día encapotado la temperatura es bastante más agradable que el día anterior. De todos modos, como Murphy no falla … si me pongo el chubasquero seguro que no llueve … así lo hago.
Salgo de La Nava de Ricomalillo dirección sur hasta el desvío a Sevilleja de la Jara. Unos cuantos km de buena carretera con zonas de niebla y sin la más mínima esperanza de que salga el sol.
Al desvío hacia Anchuras la carretera se torna mala y estrecha, recta en los primeros km y luego muy curvada y complicada, por algo esta zona es en buena medida virgen y caracterizada por paisajes muy agrestes. Además me cruzo con varios ciervos, conejos y codornices, para poder sentir más de cerca las maravillas que esconde esta serranía.
Llego a Anchuras, zona de rañas y monte bajo que se salpica de robles y encinas en lo que se conoce como Rincón de Anchuras. Esta zona plagada de pequeños pueblecitos mantiene un turismo sostenible y conserva lugares de gran belleza, a desmano de las principales carreteras estatales hay multitud de zonas por descubrir y lugares para perderse entre rañas, montes, ríos y arroyos.
Pasado Anchuras sigo dirección Horcajo de los Montes. 365 curvas en un tramo de 34 km por la CM4106 que pasa por la provincia de Toledo y Ciudad Real además de abrirme el paso a tierras extremeñas durante unos pocos kilómetros. Según se entra en Extremadura la carretera cambia radicalmente y se puede disfrutar de varios tramos de curvas con buena visibilidad y buen asfalto. Después de muchos kilómetros de carretera mala se agradece y disfruta el cambio.
Entro en la provincia de Ciudad Real y una gran recta me acerca a las inmediaciones de Horcajo de los Montes.
En Horcajo de los Montes huele a Parque Natural … concretamente al de Cabañeros. Numerosos carteles con rutas e itinerarios, oficina de turismo … algo totalmente diferente a las zonas que llevaba visitadas hasta este momento y no en vano este es uno de los pueblos más grandes de la zona con sus casi 1200 habitantes. Brezo, jara, romero y madroño invaden la serranía de este municipio, conocido, por la fabricación de impresionantes alfombras en telar.
Aprovecho para llenar el deposito, en esta zona si se ve una gasolinera es recomendable parar y repostar ya que al ser una zona poco habitada y con muy poca población no son abundantes las estaciones de servicio.
Retomo el viaje hacia Navalpino y Arroba de los Montes. El terreno cambiante va dejando paso a una impresionante Dehesa Boyal que se hace más acusada pocos kilómetros antes de llegar al pueblo de Arroba de los Montes.
Hoy martes es día de mercadillo. Todos estos pueblos tienen un día en el que la venta ambulante está permitida, supongo que pagando alguna cantidad acordada por el alcalde. Como es buena hora para echarse algo al estomago, aprovecho para comprar un par de piezas de fruta y tomarme un descanso antes de continuar, mientras observo el sosegado trasiego de vecinos que aparecen por las pequeñas callejuelas que llevan a la plaza para adquirir los productos de los mercaderes … posiblemente … tal y como se hacía en tiempos inmemoriales en este mismo pueblo y en esta misma plaza bajo la iglesia del lugar.
A todo esto … sigo sin mojarme y poco a poco, algún perezoso rayo de sol, arroja su luz sobre los montes, rañas y ríos castellano manchegos.
Mi próximo destino es Alcoba, según me acerco al desvío puedo observar como la carretera vuelve a tornarse en mala, aunque poco a poco se va secando y haciendo menos revirada hasta llegar a mi siguiente destino rodeando el Parque Natural de Cabañeros y desviándome poco después hasta Santa Quiteria.
Me desvío hacia Los Cortijos atravesando zona de rañas con cultivos de olivos en ambos lados de una carretera estrecha y sin delimitación de carriles que me acerca de nuevo hacia las zonas más elevadas de los Montes de Toledo. Según me acerco a los montes el terreno de cultivo va cambiando a zonas dónde solo puedo ver robles y encinas en ambos márgenes de la estrecha vía, que kilómetros más arriba me engaña por unos kilómetros tornándose ancha, con delimitación de carriles y bien asfaltada … para al poco rato volverse igual de mala que se me había mostrado en la primera parte de este trayecto.
Subidas y bajadas, en lo que en el argot ciclista sería un autentico terreno “rompepiernas” me lleva hasta Los Cortijos y desde ahí hasta el Puerto del Comendador, que me tiene reservada una sorpresita en la cara por la que bajo … nieve y hielo … poco ya a estas horas, pero me hace extremar las precauciones; bajo el ritmo y el frío se vuelve a dejar sentir durante unos kilómetros.
Parcheada es poco … los escasos kilómetros que me separan de la N401 son un cúmulo de pegotes de diferentes alquitranes y cementos lo que hace que la carretera sea un constante traqueteo sin llegar a saber si en alguna ocasión llevo las dos ruedas sobre el suelo o voy medio “en volandas”. El caso es que sin mayores novedades atravieso esta zona contemplando las pedazo de fincas que salpican estos kilómetros de subidas y bajadas de este intento de carretera.
Salgo a la N401 a unos 7 km de Los Yebenes, la niebla me impide ver más allá de 50 metros y antes de entrar en el pueblo de Los Yébenes me desvío hacia Marjaliza para subir el puerto que según me han dicho acaban de asfaltar, aunque viendo la niebla poco voy a disfrutar.
Seis kilómetros seis, separan a Los Yébenes de Marjaliza. En estos seis kilómetros la niebla se hace más espesa y las primeras gotas empiezan a verse en la visera del casco. Me desvío hacia el puerto y arriba no se ve absolutamente nada, voy muy despacito y poco a poco voy bajando. Deja de chispear, parece que vuelvo a librarme de la esperada chupa de agua. Llego a Arisgotas.
Arisgotas, pequeño pueblo de 33 habitantes (según me dijo el del bar) dónde como. No tienen menú, pero el amable dueño del bar, que como no podía ser de otro modo se llama Arisgotas, me hace un buen bocadillo de queso curada manchego con aceite de romero, tomate de la huerta con sal y aceite y platito de longaniza de venado … me supo a gloria.
Desde aquí recto hasta Sonseca, Layos y Toledo. Mis dos días de escapada se acaban ya solo me queda tomar la autovía que me lleva desde Toledo a Madrid.
DIA 2: RECORRIDOS: unos 375 Km.
Total me he hecho en estos 2 dias mas de 800km. Espero que os haya gustado
Saludos.
Lunes por la mañana, lunes sí, pero con sabor especial … hoy no voy a trabajar. Levanto la persiana … y aunque estoy concienciado de que en alguno de estos dos días me va a caer la del pulpo … el solete mañanero anima.
9:30 … listo y preparado estranando mi flamante Schuebert S1 … con mas capas que una cebolla … salgo hacia la M30 para coger la A5 dirección Talavera. Según pasan los km el frio se va notando … y la carretera … tan húmeda … no me da ninguna confianza.
A la altura de Santa Cruz de Retamar abandono la A5 dirección Novés y la Puebla de Montalban. Poco a poco el sol va calentando con más fuerza y el frasquete que tengo en pies y manos va desapareciendo … mientras que veo acercarse una inmensa nube que tiene ganas de joderme el dia.
Las carreteras perfectamente asfaltadas … al salir de La Puebla de Montalban las curvas rápidas y con buena visibilidad hacen que esta zona sea muy divertida para ir en moto.
Cruzo el Canal de Castrejón y llego a San Martín de Montalbán dónde en el horizonte se puede ver como el paisaje se eleva formando los Montes de Toledo.
Continuo a el pueblo de “Ventas con Peña Aguilera” y me adentro en los montes subiendo hasta San Pablo de los Montes, típico pueblo serrano con mucha actividad y poco más de 2100 habitantes. La subida la hago por una carretera que poco a poco se va estrechando pero que esta perfectamente asfaltada con multitud de curvas. Los cultivos de olivos van dando paso a grandes robles, alcornoques y en definitiva abundante vegetación y numerosos pequeños arroyos que nacen en el monte de La Morra. Las vistas del valle de Ventas con Peña Aguilera y de las alineaciones montañosas de los Montes de Toledo son impresionantes y otorgan a este lugar un sabor especial a monte.
Bajo hacia Menasalvas por una carretera bien asfaltada menos divertida que la de subida, no sin antes llenar el depósito en la gasolinera que hay a las afueras del pueblo.
Recta … ese es el adjetivo que puedo dar de la carretera que separa Menasalvas de Navahermosa (CM401). Llego a Navahermosa ubicada en un valle en la falda meridional de la sierra Galinda. Desde aquí hasta los Navalmorales la carretera comienza a retorcerse subiendo entre curvas y más curvas.
Parece que doy esquinazo a la nube que me acompaña desde hace un buen puñado de kilómetros… el sol vuelve a salir al tomar la CM4171 que me llevará hasta Espinoso del Rey. La carretera mala. Me adentro en los Montes de Toledo y como ya sabía las carreteras dejan mucho que desear, pero la tranquilidad, el paisaje y el sosiego de estas tierras hace que estas carreteras se disfruten de una manera especial.
Alcanzo el río Pusa, afluente del Tajo, entrando y saliendo de la comarca de los Montes de Toledo a la comarca de la Jara y viceversa.
Pasado Espinoso del Rey, zona de incipiente turismo rural, a unos 3 km aparece una pequeña carretera hacia Robledo del Mazo. Esta carretera es igual de mala que la anterior y discurre en paralelo al río Fresnedoso. Pasados unos km llego al área recreativa Fuente de la Teja, dónde se encuentra el santuario y manantial de mismo nombre. Aquí es dónde me como el bocata de tortilla que llevo. No pasa ni un solo alma en la media hora que me tomo para comer, tan solo el ruido de una pequeña fuente y algún que otro pájaro que parece mirarme preguntándose “¿que hace aquí este enfermo?”.
Retomo el viaje subiendo el puerto de Pan y Queso, Pasada la cima se abre frente a mí un impresionante valle, el Valle del Gévalo … 13.700Has de insólita naturaleza, rodeada de montañas y numerosos ríos y arrollos.
Llego a Robledillo, pequeño pueblo situado en un recobeco del Valle del Gévalo situado entre valles y montañas por detrás esta la sierra del Risco grande, dónde las jaras son cada vez más visibles y hacen comprender de dónde viene el nombre de esta comarca.
En estas carreteras como mucho se puede ir a 80km/h … teniendo mucho cuidado con las curvas, que suelen estar sucias y por muchas de ellas no paso a más de 30km/h, aún así voy encantado disfrutando de la naturaleza y de la moto al máximo.
Llego a la TO-7531-V y giro a la izquierda para recorrer los pocos km hasta Navaltoril, dónde la carretera mejora notablemente y sin llegar a ser una maravilla hace más cómodo el viaje. Siempre con el río Gévalo a mi derecha hasta pasar Navaltoril la carretera es serpenteante y divertida. Sigo de frente dejando Navaltoril a la izquierda. Se van cambiando jaras por pinos mientras que la carretera mediocre pasa a ser una carretera recién asfaltada y con preciosas curvas hasta llegar a Piedraescrita, pequeño pueblo serrano dónde se pueden admirar las sierras de la Hiruela y Altamira.
Bajo por dónde he venido, ya que no hay más carreteras que lleguen hasta Piedraescrita, para llegar hasta Robledo del Mazo localidad ubica en la zona occidental de los Montes de Toledo, dónde jaras y encinas luchan por hacerse hueco en la linde de la carretera y poder deleitar al viajero con sus cambiantes colores propios de esta época.
El sol sigue jugando con las nubes para dejarse entrever de vez en cuando, las luces y sombras alegran y entristecen el impresionante valle del que poco a poco voy saliendo adentrándome más y más en la comarca de la Jara.
Pasado Robledo del Mazo, la carretera se vuelve más serpenteante y vuelve a tomar el color rosaceo típico de alguna de las carreteras de esta zona. La carretera se va encajonando acompañando el curso del arroyo del Mazuelo y arropada por la umbría de los Charcos (derecha) y el cerro Buitrera (izquierda).
A la señal de La Fresnedas giro a la izquierda para tomar una carretera bastante buena plagada de curvas que me llevará a Alcaudete de la Jara, pueblo escondido en una vega honda rodeado de pequeños montes, lo que hace que tenga un agradable microclima y que sea conocido como “el levante de Castilla”. En este pueblo me doy un pequeño y merecido descanso.
Sigo hasta Calera y Chozas, relleno el deposito de la susi y sigo por una inmensa recta hasta El Puente del Arzobispo. Cultivos y más cultivos es lo único que hay.
Ya no vuelvo a ver el sol, las nubes se hacen cada vez más intensas, más oscuras y junto con el asfalto mojado son indicador de que el chapuzón se está acercando, de todos modos, sigo con los planes de ruta previstos dirección Aldeanueva de Barbarroya por una carretera algo más entretenida.
Belvís de Jara, La Nava de Ricomalillo … sigo sin catar la lluvia, las carreteras muy buenas, con guardarrailes protegidos con doble bionda y correctamente señalizadas me hacen dudar de si sigo en España
… parece que si; llego hasta el Puerto de San Vicente lindando con Extremadura para cambiar el rumbo hacia Mohedas de la Jara dejando a la izquierda la sierra de Altamira. Debido a lo nublado que está la tarde, son poco menos de las 17h y es prácticamente de noche, los paisajes se vuelven más confusos y menos nítidos, al igual que la carretera una vez pasado La Estrella de la Jara, dónde la vía pasa a ser de poco más de 4 metros sin marca de limitación de carriles.
Carretera entretenida y divertida que me lleva al destino final del día de hoy La Nava de Ricomalillo dónde hay uno de los pocos alojamientos de la zona. Duermo en Hostal Villa María, dónde los dueños me dejan guardar la moto en una nave que tiene justo al lado del hostal junto al tractor.
Antes de cenar me doy una pequeña vuelta por el pueblo, al final la lluvia me ha respetado y no me he mojado nada, pero viendo las previsiones meteorológicas no soy nada optimista para el siguiente día de viaje.
Ceno a eso de las 21:30h, sopa castellana, filete de ternera con papas y un flan de postre … me subo a la habitación a ver un rato la tele y a dormir que ando cansado.
DIA 1: RECORRIDOS: unos 430 Km.
DIA 2
Con sumo cuidado subo la persianas, pensando que debe de estar lloviendo a mares … no es así. El suelo muy mojado indica que ha debido de llover bastante durante la noche y mirando al cielo tampoco es que me haga pensar que ya no va a llover más. Me pongo la cordura y bajo a desayunar.
Salgo a por la moto … hace menos frío … pienso … “no hay mal que por bien no venga” y es que aunque parezca que hoy no me quitan el chaparrón al estar el día encapotado la temperatura es bastante más agradable que el día anterior. De todos modos, como Murphy no falla … si me pongo el chubasquero seguro que no llueve … así lo hago.
Salgo de La Nava de Ricomalillo dirección sur hasta el desvío a Sevilleja de la Jara. Unos cuantos km de buena carretera con zonas de niebla y sin la más mínima esperanza de que salga el sol.
Al desvío hacia Anchuras la carretera se torna mala y estrecha, recta en los primeros km y luego muy curvada y complicada, por algo esta zona es en buena medida virgen y caracterizada por paisajes muy agrestes. Además me cruzo con varios ciervos, conejos y codornices, para poder sentir más de cerca las maravillas que esconde esta serranía.
Llego a Anchuras, zona de rañas y monte bajo que se salpica de robles y encinas en lo que se conoce como Rincón de Anchuras. Esta zona plagada de pequeños pueblecitos mantiene un turismo sostenible y conserva lugares de gran belleza, a desmano de las principales carreteras estatales hay multitud de zonas por descubrir y lugares para perderse entre rañas, montes, ríos y arroyos.
Pasado Anchuras sigo dirección Horcajo de los Montes. 365 curvas en un tramo de 34 km por la CM4106 que pasa por la provincia de Toledo y Ciudad Real además de abrirme el paso a tierras extremeñas durante unos pocos kilómetros. Según se entra en Extremadura la carretera cambia radicalmente y se puede disfrutar de varios tramos de curvas con buena visibilidad y buen asfalto. Después de muchos kilómetros de carretera mala se agradece y disfruta el cambio.
Entro en la provincia de Ciudad Real y una gran recta me acerca a las inmediaciones de Horcajo de los Montes.
En Horcajo de los Montes huele a Parque Natural … concretamente al de Cabañeros. Numerosos carteles con rutas e itinerarios, oficina de turismo … algo totalmente diferente a las zonas que llevaba visitadas hasta este momento y no en vano este es uno de los pueblos más grandes de la zona con sus casi 1200 habitantes. Brezo, jara, romero y madroño invaden la serranía de este municipio, conocido, por la fabricación de impresionantes alfombras en telar.
Aprovecho para llenar el deposito, en esta zona si se ve una gasolinera es recomendable parar y repostar ya que al ser una zona poco habitada y con muy poca población no son abundantes las estaciones de servicio.
Retomo el viaje hacia Navalpino y Arroba de los Montes. El terreno cambiante va dejando paso a una impresionante Dehesa Boyal que se hace más acusada pocos kilómetros antes de llegar al pueblo de Arroba de los Montes.
Hoy martes es día de mercadillo. Todos estos pueblos tienen un día en el que la venta ambulante está permitida, supongo que pagando alguna cantidad acordada por el alcalde. Como es buena hora para echarse algo al estomago, aprovecho para comprar un par de piezas de fruta y tomarme un descanso antes de continuar, mientras observo el sosegado trasiego de vecinos que aparecen por las pequeñas callejuelas que llevan a la plaza para adquirir los productos de los mercaderes … posiblemente … tal y como se hacía en tiempos inmemoriales en este mismo pueblo y en esta misma plaza bajo la iglesia del lugar.
A todo esto … sigo sin mojarme y poco a poco, algún perezoso rayo de sol, arroja su luz sobre los montes, rañas y ríos castellano manchegos.
Mi próximo destino es Alcoba, según me acerco al desvío puedo observar como la carretera vuelve a tornarse en mala, aunque poco a poco se va secando y haciendo menos revirada hasta llegar a mi siguiente destino rodeando el Parque Natural de Cabañeros y desviándome poco después hasta Santa Quiteria.
Me desvío hacia Los Cortijos atravesando zona de rañas con cultivos de olivos en ambos lados de una carretera estrecha y sin delimitación de carriles que me acerca de nuevo hacia las zonas más elevadas de los Montes de Toledo. Según me acerco a los montes el terreno de cultivo va cambiando a zonas dónde solo puedo ver robles y encinas en ambos márgenes de la estrecha vía, que kilómetros más arriba me engaña por unos kilómetros tornándose ancha, con delimitación de carriles y bien asfaltada … para al poco rato volverse igual de mala que se me había mostrado en la primera parte de este trayecto.
Subidas y bajadas, en lo que en el argot ciclista sería un autentico terreno “rompepiernas” me lleva hasta Los Cortijos y desde ahí hasta el Puerto del Comendador, que me tiene reservada una sorpresita en la cara por la que bajo … nieve y hielo … poco ya a estas horas, pero me hace extremar las precauciones; bajo el ritmo y el frío se vuelve a dejar sentir durante unos kilómetros.
Parcheada es poco … los escasos kilómetros que me separan de la N401 son un cúmulo de pegotes de diferentes alquitranes y cementos lo que hace que la carretera sea un constante traqueteo sin llegar a saber si en alguna ocasión llevo las dos ruedas sobre el suelo o voy medio “en volandas”. El caso es que sin mayores novedades atravieso esta zona contemplando las pedazo de fincas que salpican estos kilómetros de subidas y bajadas de este intento de carretera.
Salgo a la N401 a unos 7 km de Los Yebenes, la niebla me impide ver más allá de 50 metros y antes de entrar en el pueblo de Los Yébenes me desvío hacia Marjaliza para subir el puerto que según me han dicho acaban de asfaltar, aunque viendo la niebla poco voy a disfrutar.
Seis kilómetros seis, separan a Los Yébenes de Marjaliza. En estos seis kilómetros la niebla se hace más espesa y las primeras gotas empiezan a verse en la visera del casco. Me desvío hacia el puerto y arriba no se ve absolutamente nada, voy muy despacito y poco a poco voy bajando. Deja de chispear, parece que vuelvo a librarme de la esperada chupa de agua. Llego a Arisgotas.
Arisgotas, pequeño pueblo de 33 habitantes (según me dijo el del bar) dónde como. No tienen menú, pero el amable dueño del bar, que como no podía ser de otro modo se llama Arisgotas, me hace un buen bocadillo de queso curada manchego con aceite de romero, tomate de la huerta con sal y aceite y platito de longaniza de venado … me supo a gloria.
Desde aquí recto hasta Sonseca, Layos y Toledo. Mis dos días de escapada se acaban ya solo me queda tomar la autovía que me lleva desde Toledo a Madrid.
DIA 2: RECORRIDOS: unos 375 Km.
Total me he hecho en estos 2 dias mas de 800km. Espero que os haya gustado
Saludos.
