Disfruto mucho leyendo a los habituales de este subforo y procuro aplicar sus consejos en la medida que soy capaz, que no es mucho, pero siempre me son de gran utilidad.
Hoy me atrevo a opinar, como experiencia de aprendiz, claro. Como es un poco ladrillo y no son más que meras hipótesis de un desconocedor del tema, aconsejo saltar estos comentarios salvo que no tengáis nada mejor que hacer.
El amigo Racodra ha preguntado cómo quitarse el miedo a tumbar y, en mi humilde opinión, aunque el pilotaje es la aplicación conjunta de un buen número de técnicas, a veces puede convenir trabajarlas separadamente. Mi experiencia personal es que si pretendes a la vez, y en todas las curvas, frenar un poco más fuerte, entrar un pelín más rápido en la curva, trazar por el sitio, la postura correcta y vencer el miedo a tumbar un poco más, se te acumula el trabajo y acabas entrando pasado y rectificando 3 veces la trayectoria.
Por otro lado, creo que en ocasiones se sobreestima el beneficio de rodar tras una “buena rueda”. Puede ser utilísimo, sin duda, pero creo que se deben dar condiciones complicadas, sobre todo si la diferencia de nivel es importante:
El profe tiene que tener absolutamente claro que no va a disfrutar sino a poner los 5 sentidos en el que va detrás, y tiene que ser muy didáctico.
El alumno tiene que ir muy cerca, 15-20 m máx, y muy comprometido a intentar pasar por donde pasa el profe y seguir su mismo ritmo.
El profe tiene que ser capaz de captar en 8 o 10 curvas cual es el ritmo al que le puede seguir el alumno a no más de un 80-90% de su nivel. Este ritmo puede ser quizá el 40% del nivel del profe, que va absolutamente sobrado. Pero es muy importante que cada curva la mida y la adapte a ese 40% de su capacidad, porque si el de atrás ya se ha confiado y entra en las curvas a su ritmo, si el profe entra en una curva al 60% de su nivel, sigue yendo sobrado, pero el alumno va al 120% y eso son problemas.
Al final la mayoría de las veces el de atrás se acerca en las rectas con gas y en las curvas se queda a 40m, no ve donde ha comenzado a girar el profe,no ve la trazada, no ve que ha retrasado excepcionalmente el giro porque hay un bache en la trazada, tiene que rectificar, etc, etc. El pobre alumno va a su aire y quizá incómodo al límite de sus posibilidades.
Al final muchos aprendemos de ir en grupo por el estímulo a estirar tus límites (otros lo llaman "picarse"
. No es que aprendas mucho pero te quitas algunos miedos infundados y vas más rápido. Pero es peligrosillo.. a veces los estiras más allá de lo conveniente. Si en lugar de dos el grupo es de 5… despelote total. Una cosa es aprender y otra hacer excursiones juntos.
Vuelvo al amigo Racodra y el miedo a tumbar que muchos tenemos. Alguien ha recomendado el circuito y estoy seguro de que es lo definitivo. Yo quería intentarlo este otoño y se ha quedado para la primavera. Pero como no siempre es fácil ir a un circuito y además será mejor ir con una cierta base y no tieso como un palo, a mí me ha ido bien entrenar un poco aisladamente la tumbada.
La idea es ir a ese tramo de curvas que nos gusta, preferentemente con poco tráfico. De todo el tramo yo cojo 2 ó 3 curvas, no rápidas, de las que un calamar como yo las pasa a 80-90 y uno bueno las pasa a 120, un poco largas a poder ser. Preferiblemente con visibilidad para saber si viene alguien de frente, se para alguien, un ciclista, y no asustarnos.
En una primera pasada, a mi velocidad límite cómoda, aprovecho para apuntar mentalmente a qué velocidad ataco la curva, ver si el asfalto está limpio, si hay algún problema, etc. Con todo controlado, media vuelta y vuelvo a atacar mis tres curvas. Para no complicarme más la vida y centrarme en la velocidad de paso, llego a la curva sin frenar, con la velocidad ya estabilizada y un poquito más elevada, la de 80 a 85 por ej. Sin preocuparme de la trazada (se supone que esto ya lo tengo un poco pulido), la que me sale natural. Sólo me concentro en entrar con esa poca velocidad más y en la determinación para tumbar ese poquito más. ¡Ya está!, no ha sido tan difícil. Un par de curvas de descanso y a por la segunda, que era de 70, a 75. ¡Hecho!, y también la tercera. Media vuelta y a atacar otra vez un poquito más rápido.
A veces cortas un poco de gas, o rectificas, pero suele salir bien al tener la tranquilidad de que la curva está perfecta, todo controlado y sólo te concentras en ese pequeño cambio. Después de 3 o 4 pasadas, para no hacerlo pesado, una última para pasar a la velocidad inicial. Normalmente, si el día ha sido bueno, pasas bastante sobrado a la velocidad inicial. Eso quiere decir que has ganado seguridad, y cuando llegas a casa tu chicken stripe se ha estrechado un poco.
Es posible que os parezca una tontería, o una burrada, pero a mí me ha ido bien.
Perdón por el ladrillo y saludos