En una cena que hicimos en un restaurante, un amigo se quedó dormido en los postres.
Era famosa la facilidad con la que lo hacía. Una vez inclusose quedó dormido en pleno rallye, con los coches pasando a toda leche a menosde 5 metros.
Bien, pues en esa ocasión, nos levantamos todos muydespacito, salimos del comedor, le dijimos al camarero que apagara las luces, ysalimos del restaurante. Un poco más tarde, viendo que no se despertaba, ledijimos al camarero que le llevara la cuenta y que le dijera que tenía quepagar, que sus amigos se habían ido.
Menuda cara que puso.
Todavía hoy me parto el culo cuando me acuerdo.