llega la navidad y de repente todos encuentran ese trocito de Navidad en su corazón -o en la bandeja de entrada- y nos lo envían y reenvían y vuelven a reenviar -como los peces beben en el río- y me espantunflo de la cantidad de cosas ñoñas que la gente hace para fecilitar la Navidad. ¡Qué mensajes más profundos!¡cuánto amor!¡cuánta amistad! Tíos machotes que me envían horteradas como que la lluvia de la felicidad me pille con el paraguas roto. Éso faltaba, que se me rompiera el paraguas... ¿porqué no pueden desearme que me toque el gordo de la lotería y ya me encargo yo de resolver el resto de cosillas a base de talonario como lo haría cualquier controlador de tres al cuarto? la salud no me va a ir mejor o pero porque me la deseen. La paz no depende de mí y el amor... de éso voy servido
. Me falta pasta, coño!!!! Pero aún así aún es pronto para pensar que no seguiré recibiendo memeces hasta reyes. Y las noches importantes me freirán a sms ingeniosos, cachondos y ocurrentes de toda clase para reenviar a los cuñados y encabronar a mi tía, que se toma la Navidad muy en serio y no le van estas bromas "de mal gusto". Claro, ella es más de las del paraguas y las braguitas rojas para cambiar de año, de nosequé mierda de semilla en la cartera que trae suerte, de misa del Gallo y de ponerse a cantar villancicos que yo no he oído nunca -serán de su coro de jubiletas-, así que, otro año más, me pondré ciego de turrones y espumosos.
Venga, Feliz Navidad y [highlight]que nos toque la lotería[/highlight], pero del gordo un decimito para mí, ¿queda claro?
