https://www.youtube.com/watch?v=1Y3g8zcdM9M
ESTO NO ES UNA CRÓNICA OFICIAL DEL RELEVO. Sólo es una reseña privada, según apreciaciones del autor.
Después de vencer todos los impedimentos que tenía para asistir al evento en cuestión, llegó la mañana y con una precisión germánica nos reunimos Rikardenko y un servidor en el lugar concreto. Con no menor puntualidad y en el lugar indicado estaba el Nen. Después de las bienvenidas de rigor, aparece un pequeño contratiempo en el escape de Rikardenko, que se soluciona en un suspiro, con mi material de emergencia (alguien preguntó en el Foro por lo que había que llevar, por si acaso.....pues eso, de todo...o nada). Partimos raudos, con el tiempo tasado y a velocidades en el filo de lo legal.......o casi. Llegando a Iniesta donde ya nos esperaba airsónica, repostamos un cafelito. Continuamos hacia nuestro destino, con un calorcito (¿calorcito?...con un sol de cojones), pues nada, hacia el Sur hasta llegar donde ya esperaban todo el equipo albaceteño. Lo único que no traían era banda de música y alfombra roja, por lo demás, alegría a raudales. Joder qué gente, es imposible estar triste con ellos. Después ya vino la parte seria (jajajaja...) con el traslado de custodia de la válvula, que se hizo con el más absoluto ritual. Continuando con el plan previsto, empezaron a aparecer platos con partes de animal muerto y otros condimentos, todo regado con líquidos de hierbas fermentados, que bueno, ¿para qué contar?. Hicimos un esfuerzo y aquello se fué asimilando. Eso sí, los 35º , con un sol vertical inquisitorial, solo atenuado por unos parasoles, se dejaban sentir. Coño, es que hacía un calor como para desear estar dentro del restaurante (allí sí había climatizador...). Pero como somos moteros, no importaba mucho, máxime cuando había que rodar luego con las prendas de cordura, por aquello de ...por si acaso. A punto de salir, el Nen tuvo un pequeño contratiempo con el tapón del depósito, que se solucionó en un plis-plas. Por esas pequeñeces siempre hay que llevar algo, aunque sea un alambre o unas bridas...... Resumiendo, una mañana para recordar, y para tener constancia gráfica, me he permitido ilustrar la cosa con un pequeño montaje, donde he incluído algunas fotos facilitadas por el Nen (gracias, majo. Aunque no me gusta aparecer en público, he hecho un esfuerzo...). 350 Km. bajo el sol inmisericorde, con la camiseta mojada, han valido la pena, por la mañana pasada entre gente estupenda y, como no, montando nuestras abuelas. Somos únicos.