ovejanegra
Curveando
Personalmente, llevo años quejándome de la calidad de la prensa motociclista de este país. Nuestras revistas han sido reducidas a catálogos de modelos dictados por las fábricas adornados con algún relato de viajes y algún consultorio. Las revisiones de motos son todas iguales, igual de neutras, igual de inocuas, igual de vacías. Cuando uno acaba de leerlas, tiene la misma información de la máquina que si acabara de leer el folleto de la marca.
La razón de todo esto es un cambio del modelo de negocio de estas revistas, un cambio opaco y soterrado que para el lector ha pasado desapercibido, pero que ha cambiado por completo su naturaleza. Y es que estas publicaciones ya no se financian con la venta de ejemplares. Por lo menos no principalmente. Ahora la principal fuente de ingresos es la publicidad y las aportaciones en especie de las fábricas. Esto no solo ha pasado con las revistas de motos, si miramos la financiación de los principales diarios nacionales, la mayoría pertenecen ya a bancos y grandes empresas que los han salvado de la bancarrota a cambio de convertirlos en una herramienta de comunicación/propaganda muy valiosa.
La cuestión es que en esta época, obtener información veraz, imparcial, especializada, crítica y competente es una tarea muy complicada, y en algunos ámbitos como la prensa de las dos ruedas es prácticamente imposible. En esto creo que siempre hemos tenido un consenso amplio en este foro. Somos muchos los que ya no compramos revistas de motos, o las compramos muy esporádicamente solo para ver fotos de algún modelo al que no podemos acceder en vivo.
Lo que yo no sabía, es que este tema en Francia lo tienen resuelto. El forero @frenchie nos ha mostrado "la solución francesa" a este problema estructural contra el que parece imposible luchar desde el asfalto. Los franceses en 1980 crearon un movimiento al que llamaron FFMC (Federación Francesa de Motoristas en Cólera) a raíz de las medidas gubernamentales en contra de los derechos de los moteros, en una época en la que se hablaba en Francia de prohibir las motos de gran cilindrada. Ante las amenazas, ellos se organizaron y fundaron una asociación que hoy día tiene 10.000 miembros directos y 400.000 indirectos a partir de convenios con otras entidades. Esta federación ha multiplicado sus iniciativas y sus actividades siempre teniendo claros sus orígenes y su función: no reciben subvenciones de nadie, se financia por los asociados y su bandera es la independencia y la defensa de los intereses del "motard".
Sobre esta base tan potente, la FFMC creó en 1983 una publicación interna ("Le Pavé dans la Mare", soy incapaz de traducir esto), que en los 90 se convirtió en la revista Moto Magazine y se empezó a distribuir en los kioskos. Ahora es la revista de motos más difundida en Francia, y la FFMC y sus asociados garantizan su línea editorial y su financiación. La calidad de la publicación, sus contenidos y su objetividad está bastante por encima de lo que tenemos aquí.
Lo que quiero decir es que los motoristas franceses han solucionado el problema de la falta de información veraz e imparcial sobre el mundo de la moto creando su propio medio de comunicación. Han demostrado que hay solución a esto que en España nos parece inevitable y a lo que nos resignamos. Y es un problema grave porque aquí no existe un canal de comunicación que represente a una de las patas más importantes del mercado de la moto: nosotros, los consumidores. Los fabricantes tienen sus asociaciones, sus eventos, sus empresas de formación y sus "órganos de propaganda". Nosotros no tenemos nada.
La cuestión es si nuestra situación es la que nos merecemos.
La razón de todo esto es un cambio del modelo de negocio de estas revistas, un cambio opaco y soterrado que para el lector ha pasado desapercibido, pero que ha cambiado por completo su naturaleza. Y es que estas publicaciones ya no se financian con la venta de ejemplares. Por lo menos no principalmente. Ahora la principal fuente de ingresos es la publicidad y las aportaciones en especie de las fábricas. Esto no solo ha pasado con las revistas de motos, si miramos la financiación de los principales diarios nacionales, la mayoría pertenecen ya a bancos y grandes empresas que los han salvado de la bancarrota a cambio de convertirlos en una herramienta de comunicación/propaganda muy valiosa.
La cuestión es que en esta época, obtener información veraz, imparcial, especializada, crítica y competente es una tarea muy complicada, y en algunos ámbitos como la prensa de las dos ruedas es prácticamente imposible. En esto creo que siempre hemos tenido un consenso amplio en este foro. Somos muchos los que ya no compramos revistas de motos, o las compramos muy esporádicamente solo para ver fotos de algún modelo al que no podemos acceder en vivo.
Lo que yo no sabía, es que este tema en Francia lo tienen resuelto. El forero @frenchie nos ha mostrado "la solución francesa" a este problema estructural contra el que parece imposible luchar desde el asfalto. Los franceses en 1980 crearon un movimiento al que llamaron FFMC (Federación Francesa de Motoristas en Cólera) a raíz de las medidas gubernamentales en contra de los derechos de los moteros, en una época en la que se hablaba en Francia de prohibir las motos de gran cilindrada. Ante las amenazas, ellos se organizaron y fundaron una asociación que hoy día tiene 10.000 miembros directos y 400.000 indirectos a partir de convenios con otras entidades. Esta federación ha multiplicado sus iniciativas y sus actividades siempre teniendo claros sus orígenes y su función: no reciben subvenciones de nadie, se financia por los asociados y su bandera es la independencia y la defensa de los intereses del "motard".
Sobre esta base tan potente, la FFMC creó en 1983 una publicación interna ("Le Pavé dans la Mare", soy incapaz de traducir esto), que en los 90 se convirtió en la revista Moto Magazine y se empezó a distribuir en los kioskos. Ahora es la revista de motos más difundida en Francia, y la FFMC y sus asociados garantizan su línea editorial y su financiación. La calidad de la publicación, sus contenidos y su objetividad está bastante por encima de lo que tenemos aquí.
Lo que quiero decir es que los motoristas franceses han solucionado el problema de la falta de información veraz e imparcial sobre el mundo de la moto creando su propio medio de comunicación. Han demostrado que hay solución a esto que en España nos parece inevitable y a lo que nos resignamos. Y es un problema grave porque aquí no existe un canal de comunicación que represente a una de las patas más importantes del mercado de la moto: nosotros, los consumidores. Los fabricantes tienen sus asociaciones, sus eventos, sus empresas de formación y sus "órganos de propaganda". Nosotros no tenemos nada.
La cuestión es si nuestra situación es la que nos merecemos.