Tres cosas:
1.- BMW = magnífico diseño, magníficos motores, ahorro de costes con materiales de baja calidad = averias = todo el trabajo de diseño y reputación de marca al garete. Esta es la triste realidad de BMW hoy en día, tanto en coches como en motos. Yo tengo uno de cada y en ambos casos me ha pasado lo mismo: averías por materiales de baja calidad.
2.- Obsolencencia programada: desde principios de siglo XX los fabricantescon de bombillas se dieron cuenta de que si las bombillas no se fundían nunca, entonces su negocio de fabricación de bombillas no tenía futuro. Llegaría un momento en que ya no venderían más. Existen bombillas de las primeras fabricadas que 70 años después siguen funcionando. Por eso todos los fabricantes se pusieron de acuerdo para que las bombillas no superaran un número determinado de horas de vida útil. Esto sigue en vigor hoy en día, y no sólo con las bombillas sino con multitud de productos, y donde más se nota en en los productos electrónicos. ¿Cuánto tiempo dura un ordenador? ¿Y un teléfono móvil? y ahora pensad en cuántos chips llevan vuestras motos. Pues no dudéis que esos chips, y la centralita, y otras partes de la moto tienen tiempo de vida programada, y llegará un día en que se estroperarán ellas solitas. ¿Quién es primer interesado en que nuestras motos pasen de vez en cuando por el taller? No muy a menudo, pero sí una avería cada tres o cuatro años. ¿Acaso creeis que cuando BMW diseña una RT y le pone un tornillo de calamina para sujetar el caballete no sabe que acabará partíendose? No son tontos, lo saben de sobra, para eso existen los test de resistencia de materiales.
3.- El consumidor es una víctima (un poco idiota pero una víctima), y además es fácilmente manipulable. Para eso existe el márketing, la imagen de marca, los sponsors, las revistas especializadas; para que sigamos comprando BMW a pesar de saber que se rompen al cabo de tres o cuatro años.
Y todo lo anterior no se aplica solo a BMW, todas las marcas hacen lo mismo, pero a unos se les nota más y a otros menos