Es un tema muy personal.
Yo tengo supuestamente una custom, pero lo que me atrajo de ella no fue su aspecto custom, sino su apariencia de moto de carretera clásica, estilo Norton o Triumph, y de hecho es el modelo menos custom de la marca. La verdad es que me encanta su tacto de moto clásica y se puede ir ligero con ella sin demasiados problemas; claro, sin llegar a extremos R, pero sí sport-turismo.
Realmente, el tipo de custom que pones a mí no me atrae. Desde mi punto de vista, le ocurre lo mismo que a una Monster: le falta polivalencia. No te sirve para ciudad, no te sirve para un desahogo por carretera revirada. Sirve para circular tranquilamente por nacional, autovía y autopista, notar sus bajos y su motor, y dejar que el viento y el sonido del V-Twin te acaricien. Tampoco es un mal plan, pero no es el mio.
En cuanto al custom japonés, es distinto al americano. El nipón es bastante más avanzado tecnológicamente, fiable como todo lo japonés, bonito, y muy bien de precio. El custom americano es robusto (puro hierro), con una buena fiabilidad si cuidas la moto, de mecánica clásica y mantenimiento sencillo, y con sonido inconfundible. Eso sí, es carísimo en Europa, y no ir al mercado de segunda mano es tirar el dinero.
En fin, depende de las prioridades de cada uno en cada momento. Desde luego yo, dentro de unos años si estoy vivo, me veo más sobre una T100, una R100, o sobre la mismísima CB1100 de segunda mano. Creo que no querré renunciar a ese pequeño cosquilleo en cada curva, ni en tener algo lo suficientemente ágil como para que me lleve entre los coches.