Pingu
Curveando
Esto me lo cuentan de otro sitio y no me lo creo. Es largo, pero es que hay unos antecedentes de 23 años de cagadas municipales que desembocan en la bancarrota de un Ayuntamiento por una expropiación mal llevada.
En el colegio de mi hijo hay un follón de tres pares por una situación insostenible con el Ayuntamiento de Godella. Resulta que en el año 90 salió una ley según la cual todo ciudadano tenía derecho a tantos metros cuadrados de zona verde pública en su minicipio. El municipio de Godella no tenía tantos metros disponibles para jardines dentro del casco urbano pero, mira por dónde, un colegio del municipio, antiguo convento de Salesas, tiene un bosque estupendo que es el parque de recreo de los alumnos. Antes de este momento, el parque ya había recibido una expropiación por parte del municipio colindante, Burjassot, dado que el parque de las monjas era muy grande y aunque estaba en la huerta, ambos pueblos crecieron paulatinamente y acabaron llegando hasta el mismo muro del convento, y la divisoria de los municipios atravesaba el terreno. Burjassot expropió la parte correspondiente a su municipio, dejó una parte como parque y recalificó el resto de terrenos para construir un montón de adosados de los que sacaría buena tajada, como podemos suponer.
Godella no iba a ser menos, y máxime cuando todo el terreno que le quedaba a las monjas ya estaba en su municipio. Dicho y hecho, el Ayuntamiento decide expropiar parte del parque del convento/colegio para cumplir con la ley antes mencionada y luego ya se vería cuánto iba a ser parque y cuánto sería casas. Ofrecieron en su día 30 millones de pesetas, una cifra por lo visto bastante ridícula para una parcela 26.000m2. Las monjas se empiezan a manifestar, acompañadas de alumnos y padres de alumnos (hoy padres y abuelos de alumnos) porque no quieren ser expropiadas, pero el equipo de gobierno del ayuntamiento tira por la vía de en medio y expropia a las monjas los 26.000 metros de parque con arbolado protegido. Lo curioso del tema es que no pagan ni los 30 millones, ni nada. Pasa el tiempo y la congregación, visto que el Ayuntamiento no les paga los terrenos ni se los devuelve, ni accede a razones sobre el precio de expropiación adecuado a su valor real, decide poner el tema en manos de abogados. El ayuntamiento pensó que ganaría y... perdió. El caso es que empieza un cruce de recursos y contrarrecursos que se alarga durante años hasta que el tema llega al Supremo, se saca un justiprecio en 2006 -momento álgido de la burbuja inmobiliaria- y resulta que la cifra anterior era poco menos que un insulto visto que la sentencia valora los terrenos en 11 millones, pero ahora de euros. Entre intereses de demora, costas judiciales y demás cosas, una vez agotada la vía judicial, la sentencia final condena al Ayuntamiento a pagar la friolera de 16 millones de euros a la Congregación. Imagina la alegría de las monjas y el soponcio en el Ayuntamiento. Esta cifra casi duplica el presupuesto anual del Ayuntamiento de Godella, con lo que no pueden afrontar el pago de la condena sin perjudicar gravísimamente los servicios municipales en todos los ámbitos: sanidad, limpieza, seguridad, deportes, cultura, hogar del jubilado, recogida de basuras, fiestas patronales... todo.
Visto el panorama empiezan a aflorar asociaciones de ciudadanos y ciudadanas contra las monjas, espoleados por los partidos socios del gobierno actual -casualmente del mismo color que el que empezó la expropiación hace 23 años- para manifestarse todos los días en la puerta del colegio a la hora de salida de los niños, como medida de presión para que las monjas no exijan el cumplimiento de la condena, es decir, el pago de los 16 millones de euros. En el colegio quedan solo 3 monjas (literal) en una parte del edificio que sigue siendo convento, pero todo el profesorado e incluso la dirección del colegio el laica desde hace años. Ahora es un colegio concertado. Tan es así que ahora la Capilla es el gimnasio, por si quedaba alguna duda. La Congregación ni siquiera tiene su "central" en la Comunidad Valenciana, así que los que no quieren que se pague al colegio -en realidad a la Congregación, ya que el colegio está en su propiedad- van a ir a manifestarse delante de niños entre 3 y 17 años que ni siquiera habían nacido cuando empezó este embrollo.
En el colegio no hay nadie de quien dependa este tema y además resulta que los que han arruinado al Ayuntamiento fueron los de aquél equipo de gobierno que decidió alegremente quitarles un trozo de parque a las monjas y no pagárselo, cosa que siguió enquistada durante legislaturas de varios colores políticos hasta que la cosa acabó como ha acabado: en los tribunales y con el Ayuntamiento condenado a pagar 16 millones de euros.
Y por si fuera poco, ahora viene cuando la matan: ahora se acusa a las monjas de especuladoras, ladronas y que serán las causantes de la bancarrota del municipio, cuando ellas no tienen ahora ni el terreno -vallado desde hace años-, ni el dinero. Yo creo que deberían ir a buscar a aquel alcalde, quizás mentor del actual, y liarle la manifestación a él, o al Ayuntamiento que por errores, dejadez y prepotencia, acabó palmando semejante dineral por una operación mal llevada desde el principio.
Mientras tanto la Asociación de Padres del Colegio estamos a la espera de que la Policía, dependiente de un Ayuntamiento que es parte y origen del conflicto y bajo el mando del equipo del gobierno condenado, vele adecuadamente por la seguridad de una manifestación encabronada y distorsionadora de la realidad que pretende que el condenado -el Ayuntamiento- sea ahora la víctima y la víctima -las monjas-, sean esos monstruos que van a arruinar al pueblo.
Lo dicho, el mundo al revés. Delicada situación tenemos la semana que viene los padres de los alumnos y los propios alumnos, ya que a partir del lunes tendremos manifestaciones todos los días a la hora de salida de los niños, desde primero de infantil hasta Bachiller. En internet el tema se está caldeando mucho y desde el colegio nos piden calma y no interactuar con los manifestantes ni responder a provocaciones, pues parece que se está organizando la manifestación de forma bastante frontal, con octavillas y carteles contra las monjas. En el segundo cartel ponen una monja con escopeta como si fueran ellas las que fueron a robar al Ayuntamiento, cuando fue el Ayuntamiento el que le quitó los terrenos a las monjas de forma unilateral y nunca se los quiso pagar. Ni ahora tampoco. Ya veremos en qué acaba esto.
En el colegio de mi hijo hay un follón de tres pares por una situación insostenible con el Ayuntamiento de Godella. Resulta que en el año 90 salió una ley según la cual todo ciudadano tenía derecho a tantos metros cuadrados de zona verde pública en su minicipio. El municipio de Godella no tenía tantos metros disponibles para jardines dentro del casco urbano pero, mira por dónde, un colegio del municipio, antiguo convento de Salesas, tiene un bosque estupendo que es el parque de recreo de los alumnos. Antes de este momento, el parque ya había recibido una expropiación por parte del municipio colindante, Burjassot, dado que el parque de las monjas era muy grande y aunque estaba en la huerta, ambos pueblos crecieron paulatinamente y acabaron llegando hasta el mismo muro del convento, y la divisoria de los municipios atravesaba el terreno. Burjassot expropió la parte correspondiente a su municipio, dejó una parte como parque y recalificó el resto de terrenos para construir un montón de adosados de los que sacaría buena tajada, como podemos suponer.
Godella no iba a ser menos, y máxime cuando todo el terreno que le quedaba a las monjas ya estaba en su municipio. Dicho y hecho, el Ayuntamiento decide expropiar parte del parque del convento/colegio para cumplir con la ley antes mencionada y luego ya se vería cuánto iba a ser parque y cuánto sería casas. Ofrecieron en su día 30 millones de pesetas, una cifra por lo visto bastante ridícula para una parcela 26.000m2. Las monjas se empiezan a manifestar, acompañadas de alumnos y padres de alumnos (hoy padres y abuelos de alumnos) porque no quieren ser expropiadas, pero el equipo de gobierno del ayuntamiento tira por la vía de en medio y expropia a las monjas los 26.000 metros de parque con arbolado protegido. Lo curioso del tema es que no pagan ni los 30 millones, ni nada. Pasa el tiempo y la congregación, visto que el Ayuntamiento no les paga los terrenos ni se los devuelve, ni accede a razones sobre el precio de expropiación adecuado a su valor real, decide poner el tema en manos de abogados. El ayuntamiento pensó que ganaría y... perdió. El caso es que empieza un cruce de recursos y contrarrecursos que se alarga durante años hasta que el tema llega al Supremo, se saca un justiprecio en 2006 -momento álgido de la burbuja inmobiliaria- y resulta que la cifra anterior era poco menos que un insulto visto que la sentencia valora los terrenos en 11 millones, pero ahora de euros. Entre intereses de demora, costas judiciales y demás cosas, una vez agotada la vía judicial, la sentencia final condena al Ayuntamiento a pagar la friolera de 16 millones de euros a la Congregación. Imagina la alegría de las monjas y el soponcio en el Ayuntamiento. Esta cifra casi duplica el presupuesto anual del Ayuntamiento de Godella, con lo que no pueden afrontar el pago de la condena sin perjudicar gravísimamente los servicios municipales en todos los ámbitos: sanidad, limpieza, seguridad, deportes, cultura, hogar del jubilado, recogida de basuras, fiestas patronales... todo.
Visto el panorama empiezan a aflorar asociaciones de ciudadanos y ciudadanas contra las monjas, espoleados por los partidos socios del gobierno actual -casualmente del mismo color que el que empezó la expropiación hace 23 años- para manifestarse todos los días en la puerta del colegio a la hora de salida de los niños, como medida de presión para que las monjas no exijan el cumplimiento de la condena, es decir, el pago de los 16 millones de euros. En el colegio quedan solo 3 monjas (literal) en una parte del edificio que sigue siendo convento, pero todo el profesorado e incluso la dirección del colegio el laica desde hace años. Ahora es un colegio concertado. Tan es así que ahora la Capilla es el gimnasio, por si quedaba alguna duda. La Congregación ni siquiera tiene su "central" en la Comunidad Valenciana, así que los que no quieren que se pague al colegio -en realidad a la Congregación, ya que el colegio está en su propiedad- van a ir a manifestarse delante de niños entre 3 y 17 años que ni siquiera habían nacido cuando empezó este embrollo.
En el colegio no hay nadie de quien dependa este tema y además resulta que los que han arruinado al Ayuntamiento fueron los de aquél equipo de gobierno que decidió alegremente quitarles un trozo de parque a las monjas y no pagárselo, cosa que siguió enquistada durante legislaturas de varios colores políticos hasta que la cosa acabó como ha acabado: en los tribunales y con el Ayuntamiento condenado a pagar 16 millones de euros.
Y por si fuera poco, ahora viene cuando la matan: ahora se acusa a las monjas de especuladoras, ladronas y que serán las causantes de la bancarrota del municipio, cuando ellas no tienen ahora ni el terreno -vallado desde hace años-, ni el dinero. Yo creo que deberían ir a buscar a aquel alcalde, quizás mentor del actual, y liarle la manifestación a él, o al Ayuntamiento que por errores, dejadez y prepotencia, acabó palmando semejante dineral por una operación mal llevada desde el principio.
Mientras tanto la Asociación de Padres del Colegio estamos a la espera de que la Policía, dependiente de un Ayuntamiento que es parte y origen del conflicto y bajo el mando del equipo del gobierno condenado, vele adecuadamente por la seguridad de una manifestación encabronada y distorsionadora de la realidad que pretende que el condenado -el Ayuntamiento- sea ahora la víctima y la víctima -las monjas-, sean esos monstruos que van a arruinar al pueblo.
Lo dicho, el mundo al revés. Delicada situación tenemos la semana que viene los padres de los alumnos y los propios alumnos, ya que a partir del lunes tendremos manifestaciones todos los días a la hora de salida de los niños, desde primero de infantil hasta Bachiller. En internet el tema se está caldeando mucho y desde el colegio nos piden calma y no interactuar con los manifestantes ni responder a provocaciones, pues parece que se está organizando la manifestación de forma bastante frontal, con octavillas y carteles contra las monjas. En el segundo cartel ponen una monja con escopeta como si fueran ellas las que fueron a robar al Ayuntamiento, cuando fue el Ayuntamiento el que le quitó los terrenos a las monjas de forma unilateral y nunca se los quiso pagar. Ni ahora tampoco. Ya veremos en qué acaba esto.

