Nuestros cascos reposaban en un sitio aparte y perfectamente alineados:
Peewee se sentía gallardamente satisfecho por haber ¿colaborado? en traernos a este magnífico y desconocido lugar:
Y nos piramos prometiendo visitar de nuevo este impresionante y remoto lugar con ese descubrimiento gastronómico que esta buena gente nos había ofrecido.
Y nos fuimos por el mismo sitio que habíamos venido, que ya estaba bien de descubrimientos.
Evidentemente, Busman ya tenía mucha información del trazado por haber venido por aquí unos tres cuartos de hora antes, por lo que la carretera se la sabía como si la hubiera diseñado él mismo y hubiera pasado cientos de veces anteriormente, lo cual era imposible porque era absolutamente desconocida para todos.
Y Peewee detrás, claro.
Llegamos a un pueblo llamado Navalmoral, y no teníamos ni idea de qué hacer.
Si girábamos a la derecha volvíamos a Burgohondo, de frente llegaríamos al embalse, y a la izquierda, ¿a dónde llegaríamos si tomábamos la desviación a la izquierda...?.
En esas estábamos cuando aparecen el ministro de Fomento, un montón de operarios y un sinfín de periodistas, y nos confirman que acaban que inaugurar oficialmente el magnífico puerto de igual nombre que Navalmoral.
¡¡¡Sentimos todos un estremecimiento general en forma de ¿déjà vu?!!!.
Jajajajajajajajaajajajajajajajajajajajajaja
Pues ni dudarlo ni un instante.
Al principio, el puerto comienza con una subida y con un trazado bastante recto, pero enseguida se retuerce y empiezan a sucederse curvas de todo radio y con un garrote incluido.
Os lo cuento porque es la primera vez que pasábamos por allí, claro.
Busman lo negociaba con un apetito feroz seguido de Peewee, Kamotillo y un servidor.
Parecía que hubiera pasado por allí miles de veces, pero era del todo imposible ya que aún no tenía su flamante navegador instalado en la Mantis
A continuación venía Tino que se lo tomó con más calma porque no tenía buenas sensaciones por el tema de la cantidad de sal que había en la calzada, y porque aún no había descubierto lo del 1, 2, 3 y 4.
Llegamos a la cumbre del puerto y Busman y Peewee se felicitaban con los pulgares hacia arriba.
Aquí hay tema, pero vamos.....
¿Sabrá Warren el rollito que se traen...?
Realmente el puerto era magnífico y, efectivamente, de igual nombre, por lo que no tuvimos más remedio que parar a inmortalizarnos en él.
Tino ya estaba preparando munición y Busman iba a ayudarle a la carrera:

Qué serio se puso Descubridorman.
Jajajajajajajajajaajajajajajajajajajajaj.
Y allá que acudieron todos:

Y las bolas de nieve empezaron a silbar:
Después de bolearnos a gusto, nos marchamos a por nuestras motos como en la salida de las 24 horas Le Mans:
Nos íbamos tremendamente felices y casi con ganas de llegar a casa para contar a todo el mundo nuestros descubirmientos.
Este sitio era tan fantástico que no se lo iban a creer, pero aquí estaba, fotografiado para la posteridad.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajjajaa.
Bajamos vertiginosamente el puerto y llegamos a una población de buen tamaño y rodeada por unas impresionantes murallas.
Sí, habíamos descubierto, nosotros solitos y el navegador de Busman, Ávila.
Nos perdimos varias veces intentado encontrar la gasolinera para abastecer nuestras monturas, por lo que, mareados ya, preguntamos a los nativos del lugar y nos indicaron dónde estaba.
Una vez repostados nos dirigimos hacia las Navas del Marqués, pero Busman y su infatigable navegador, nos metió a la derecha hacia unos lugares impresionantes con una carretera estrecha de mal firme, pero la Mantis volaba sobre ella como si fuera el camino de casa al trabajo.
Atención, Peewee no iba detrás, gran acontecimiento galáctico, choque violento de planetas, corrimientos tectónicos de continentes enteros, el que iba detrás, y como un fiera, era Tino, que ya se había dado cuenta que para seguir a los Cotorrad hay que meter 1ª, 2ª, 3ª y 4ª cuando proceda, si es que no quieres que se te vayan 100 metros y eso es más difícil de recuperar que llegar a final de mes sin dificultades económicas.
Jajajajajaajajajajajajajajajajajaja.
Pasamos un puerto llamado El Boquerón, y en punto determinado Busman y su navegador se metieron en una carretera que parecía ir al fin del mundo, por lo que el YayoXR Team se asustó, que para eso somos yayos, y nos paramos en seco.
Busman no tuvo más remedio que dar la vuelta con las puntitas de sus botas y cogió otra vez el mando.
Y de repente apareció como una exhalación Peewee para seguir su estela con los Yayos detrás.
Subimos a Arrebatacapas y llegamos otra vez a Cebreros que ya estaban terminado los Carnavales.
Más carantoñas y arrumacos entre los líderes mientras nos reagrupábamos.
El pobre Warren se lo estaba perdiendo, y me temo, que cuando vuelva ya no va a ser lo mismo entre ellos.
Jajajajajajajajajaajajajajajaja.
Hicimos el tramo hasta Robledo de Chavela a ritmo de La Conga de Jalisco, curva viene curva va, y enseguida iniciamos la subida hacia la Cruz Verde, la cual no tuvo mucho interés por la gran cantidad de tráfico que había.
Aquí ya había muchos moteros, por lo que se conoce que ya lo habían descubierto.
Bajamos por una pequeña carretera entre pinos con un asfalto irregular y muy estrechita, y llegábamos al bonito pueblo serrano de Zarzalejo.
En el bar del pueblo nos obsequiaron con un plato típico de esta zona, pero lo veremos después, incluso mañana.
Cupo máximo de archivos.
Continuará...
V'ssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.
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