Julio CésaRR
Acelerando
Un amigo mío, ya en los 50, gerente de una empresa de 400 empleados en Zaragoza, y que nunca ha ido en moto, me dijo aquello de:
- Oye, estoy pensando en comprarme una moto, tú que eres motero me puedes dar algún consejo.
Y entonces le hice este decálogo:
1) si te incomoda el frío, el viento, la lluvia... entonces no te compres una moto.
2) si no estás dispuesto a pasar incomodidades, sudores, tiritonas, apreturas, el viento contra la cara... entonces no te compres una moto.
3) si vas a desear estar todo el tiempo conectado, toqueteando mandos de audio, atendiendo llamadas, enredando con el GPS calculando kilómetros y tiempos, ... entonces no te compres una moto.
4) si no sabes estar solo, disfrutar de tu diálogo interno, pasar ratos de reflexión... entonces no te compres una moto.
5) si no sabes disfrutar de las pequeñas cosas del camino, de los paisajes, de la calidad de la luz de ciertos momentos del día, del olor del campo… entonces no te compres una moto.
6) si ves la moto como un medio para conseguir algo (para suplir alguna carencia, para fardar, para demostrar status) y no como un fin en sí mismo... entonces no te compres una moto.
7) si no vas a llevar la alegría puesta cada kilómetro del camino, ser amable, saludar a los compañeros en la ruta, ayudar siempre que puedas… entonces no te compres una moto.
8) si no sabes hacer pequeñas cosas en tu moto, aunque sean sencillas tareas de mantenimiento, y no disfrutas con la relación con la máquina… entonces no te compres una moto.
9) si vas a estar calculando lo que te cuesta la moto en amortización, impuestos, seguros, gasofa, taller… entonces no te compres una moto.
10) y para finalizar, si no AMAS tu máquina, si no la sientes como una bestezuela viva y con alma, un engendro mecánico que devora gasolina y escupe fuego, si no te sientes orgulloso de tenerla… entonces no te compres una moto.
- Oye, estoy pensando en comprarme una moto, tú que eres motero me puedes dar algún consejo.
Y entonces le hice este decálogo:
1) si te incomoda el frío, el viento, la lluvia... entonces no te compres una moto.
2) si no estás dispuesto a pasar incomodidades, sudores, tiritonas, apreturas, el viento contra la cara... entonces no te compres una moto.
3) si vas a desear estar todo el tiempo conectado, toqueteando mandos de audio, atendiendo llamadas, enredando con el GPS calculando kilómetros y tiempos, ... entonces no te compres una moto.
4) si no sabes estar solo, disfrutar de tu diálogo interno, pasar ratos de reflexión... entonces no te compres una moto.
5) si no sabes disfrutar de las pequeñas cosas del camino, de los paisajes, de la calidad de la luz de ciertos momentos del día, del olor del campo… entonces no te compres una moto.
6) si ves la moto como un medio para conseguir algo (para suplir alguna carencia, para fardar, para demostrar status) y no como un fin en sí mismo... entonces no te compres una moto.
7) si no vas a llevar la alegría puesta cada kilómetro del camino, ser amable, saludar a los compañeros en la ruta, ayudar siempre que puedas… entonces no te compres una moto.
8) si no sabes hacer pequeñas cosas en tu moto, aunque sean sencillas tareas de mantenimiento, y no disfrutas con la relación con la máquina… entonces no te compres una moto.
9) si vas a estar calculando lo que te cuesta la moto en amortización, impuestos, seguros, gasofa, taller… entonces no te compres una moto.
10) y para finalizar, si no AMAS tu máquina, si no la sientes como una bestezuela viva y con alma, un engendro mecánico que devora gasolina y escupe fuego, si no te sientes orgulloso de tenerla… entonces no te compres una moto.