Hay un fenómeno que debe ser tenido en cuenta en esta carrera hacia el espacio exterior de las maxis.
Es cierto que los precios están en niveles que hace solo cinco años hubiéramos juzgado increíbles. Pero también es cierto que las motos no dejan de sobre-equiparse y sobre-potenciarse: suspensiones electrónicas, modos ultra-configurables, IMUs, radares, cambio automático, potencias y pares estratosféricos... claro, y luego nos escandalizamos de que una moto cueste más de 30.000 lereles.
Hace cinco años no había radar, cambio automático, control de crucero adaptativo, 145 CV, sube-baja, etc... ¡en ninguna GS!
Ahora sin embargo, todo el mundo quiere suspensiones electrónicas (¡qué palo girar un pomo...!

), avisadores de ángulo muerto (indispensables para nuestra seguridad

), control de crucero adaptativo (el novamás para viajar

), etc, etc, etc...
Así que... no sé si son muy coherentes las críticas a esta escalada de precios. Realmente, si pudiéramos comprar una 1300GS con el equipamiento de hace cinco años... a lo mejor nos llevábamos una sorpresa. Pero la triste realidad es que eso no lo quiere nadie. Pues entonces, habrá que pagar, digo yo.