flip
Curveando
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Una entrañable anciana de 80 años pide cita para ver al director de la sucursal del Banco Pastor de Portugalete. Pese a que el no lleva directamente las habituales cartillas de ahoros en las que las personas mayores cobran sus pensiones, el hombre, intrigado por el elegante aspecto de la dama la recibe.
- Muy buenas señora que deseaba ...
- Bueno, basicamente hacer negocios con usted.
- ¿Y que clase de negocios son los suyos?
- Apuestas, lo mío son las apuestas.
- Ya, pero esto no es una casa de juego, comprendalo ....
- No, si yo no apuesto en casas de juegos. Me gano la vida apostando con la gente.
- A ver, pógame un ejemplo.
- Bueno, pues, por ejemplo, apuesto un millón de pesetas a que usted tiene los huevos cuadrados.
- ¿No irá en serio?
- Completamente.
- Oiga, pero es que yo sé como tengo los huevos, y no son cuadrados.
- Entonces apueste, hombre, apueste.
- ¿Está usted segura? Mire que apuesto con ventaja.
- No se preocupe, apueste. Lo único que le pido, claro, es poder verlos y tocarlos. Y que un testigo que yo traiga esté presente.
El director, frotándose las manos por el inesperado
"kilo" caido del cielo apuesta y quedan para el día siguiente.
A las 8:30 de la mañana del dia siguiente, se presenta la anciana con un señor en el banco, y piden ver al director. Este los recibe a solas y le pregunta a la anciana:
- ¿Está usted segura?
- Segurísima, ¿Y usted?
- También, es su dinero.
El director se baja los pantalones y los calzoncillo y efectivamente, los huevos son obolongos, como los de todo el mundo.
- Recuerde que he de tocarlos. - Dice la anciana.
- Toque, toque. Replica el director muy ufano pensando en el dinero, mientras el testigo que acompaña a la anciana palidece por momentos. La anciana, depués de haber manoseado a conciencia los atributos del director mete la mano en el bolso, saca un fajo de billetes y se lo entrega, dá media vuelta y se dispone a marcharse cuando el director le dice.
- Oiga, menudo negocio el suyo, perdiendo dinero en apuestas imposibles de ganar. ¿Quien puede creer que tengo los huevos cuadrados?
A lo que la anciana replica señalando al testigo.
- Vé a este señor. Tampoco se creía que le iba a tocar los huevos al director del Banco Pastor de Portugalete y ha apostado conmigo 10 millones.
- Muy buenas señora que deseaba ...
- Bueno, basicamente hacer negocios con usted.
- ¿Y que clase de negocios son los suyos?
- Apuestas, lo mío son las apuestas.
- Ya, pero esto no es una casa de juego, comprendalo ....
- No, si yo no apuesto en casas de juegos. Me gano la vida apostando con la gente.
- A ver, pógame un ejemplo.
- Bueno, pues, por ejemplo, apuesto un millón de pesetas a que usted tiene los huevos cuadrados.
- ¿No irá en serio?
- Completamente.
- Oiga, pero es que yo sé como tengo los huevos, y no son cuadrados.
- Entonces apueste, hombre, apueste.
- ¿Está usted segura? Mire que apuesto con ventaja.
- No se preocupe, apueste. Lo único que le pido, claro, es poder verlos y tocarlos. Y que un testigo que yo traiga esté presente.
El director, frotándose las manos por el inesperado
"kilo" caido del cielo apuesta y quedan para el día siguiente.
A las 8:30 de la mañana del dia siguiente, se presenta la anciana con un señor en el banco, y piden ver al director. Este los recibe a solas y le pregunta a la anciana:
- ¿Está usted segura?
- Segurísima, ¿Y usted?
- También, es su dinero.
El director se baja los pantalones y los calzoncillo y efectivamente, los huevos son obolongos, como los de todo el mundo.
- Recuerde que he de tocarlos. - Dice la anciana.
- Toque, toque. Replica el director muy ufano pensando en el dinero, mientras el testigo que acompaña a la anciana palidece por momentos. La anciana, depués de haber manoseado a conciencia los atributos del director mete la mano en el bolso, saca un fajo de billetes y se lo entrega, dá media vuelta y se dispone a marcharse cuando el director le dice.
- Oiga, menudo negocio el suyo, perdiendo dinero en apuestas imposibles de ganar. ¿Quien puede creer que tengo los huevos cuadrados?
A lo que la anciana replica señalando al testigo.
- Vé a este señor. Tampoco se creía que le iba a tocar los huevos al director del Banco Pastor de Portugalete y ha apostado conmigo 10 millones.
