Pues... joder, con los nombrecitos. Porque vamos, en base a las descripciones el cliente "normal" desde mi punto de vista es una híbrido entre mercenario y desertor. Vamos, que hecho en falta algo así (siguiendo con el criterio de hablar al ofertante del producto):
Cliente normal: no te tiene en un pedestal ni te alaba aunque le sodomices, pero por el otro extremo tampoco te tiene una manía irracional ni te critica sin razones objetivas. Ha comprado tu producto porque para sus gustos y/o necesidades (totalmente personales... y cambiantes según las circunstancias de cada cual), ha pensado que en ese memento tu producto era, de entre la más o menos amplia oferta, el que más o mejor cubría sus requerimientos. Si tu producto es lo que esperaba o mejor, lo dirá sin reparos. Pero si por el contrario tu producto no da la talla, y lo que es peor, tú la das menos aún para arreglar los hipotéticos/posibles problemas que dicho producto le ocasionen, tampoco tendrá ningún problema en decirlo a quien proceda. Además es consciente de que tú no le tienes que regalar nada que no te haya pagado, pero él tampoco te debe una fidelidad que tú no te ganes. Así, igual que tú tienes más clientes, y concretamente él no es imprescindible para ti, también sabe que hay más ofertantes de un producto equivalente al tuyo, por lo que tú tampoco eres imprescincible para él. Conclusión: No es preciso que os lamáis el culo mutuamente, basta con que cada cual cumpla su parte del trato: él paga el importe convenido, y tú le suministras el bien acordado. Sus euros tendrán todos 100 céntimos, y no serán del Monopoly, y tu producto cumplirá con todas y cada una de sus especificaciones, y en definitiva, funcionará como se supone que debe hacerlo.
Vsss