McBauman
Curveando
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Mi primera moto con maletas de aluminio fue una 1200 ADV de 2006. Al poco de comprarla fui a Marruecos, un viaje estupendo para estrenar moto. Pero allí comprendí que las maletas de aluminio están incompletas, así que cuando volví a casa, lo primero que hice fue comprar las bolsas interiores de las maletas. Me pareció que era un elemento imprescindible para viajar con este tipo de maletas.
Compré las originales de BMW, tan buenas como simples, y varios cientos de miles de kilómetros después ya han pedido el cambio.
Ahora, mis nuevas compañeras de viaje son las Kriega KS40 Travel Bag. Como pasar de la noche al día (y eso que estaba contento con las anteriores).

(Con los fuelles recogidos, en la maleta pequeña de BMW)
Estas Kriega tienen tres posibilidades para ajustar su capacidad a 30, 35 ó 40 litros mediante una cremallera en cada uno de los laterales que permiten expandirla o contraerla. Estupendo para mis maletas e imagino que para las de la mayoría de marcas (confirmo, compatibles con maletas de aluminio de, al menos, BMW, Touratech, Hepco Becker y Givi).
El acceso al interior ya no se hace desde arriba sino desde el lateral, siendo mucho más fácil la colocación y el acceso a cada prenda (que van sujetas con dos cinchas al estilo de las maletas de viaje que no son específicas de moto.). Eso sí, ahora si se quiere acceder al interior hay que sacar la bolsa (con las otras no era necesario).
Además, cuenta 3 bolsillos (esto lo echaba muchísimo de menos). En uno entra un ordenador portátil y otros dos cuentan con malla plastificada para ver fácilmente qué hay en cada uno de ellos e impedir que ensucien el resto del equipaje.

En el exterior tiene dos cinchas de compresión con clip rápido, ideales para que la bolsa no vaya “fofa” cuando no esté llena.
Además cuenta con refuerzos de Hypalon, una especie de “goma” de tacto agradable y apariencia de gran robustez. Esto, el tiempo lo dirá.

Imprescindible la cinta bandolera, ancha y cómoda, con buena goma para que, una vez puesta en el hombro, no se deslice.
Y para colmo, sirve como bolsa de cabina si se viaja en avión.
Prácticamente el único punto negativo es que no sea impermeable, pero vaya, a una bolsa Kriega yo le perdono casi todo. Para mí, con mucha diferencia, las mejores en lo suyo.

(En Interlaken, este último invierno)