Al grano.
Procedo a relatar mi experiencia con Boxertodo, a fin de que saquen Uds. sus propias conclusiones. Seguramente, este escrito servirá como referencia, en el futuro, por si han sentido el deseo de comprar algo.
Estoy seguro de que, entre tanta gente, habrá experiencias de todo tipo. Lamentablemente, solo conozco la mía, y es la que les expongo a continuación.
La segunda semana del mes de julio decidí formalizar un pedido y les hice el ingreso correspondiente en la misma fecha.
A finales de ese mismo mes de julio, al no saber nada al respecto, les envié un correo para interesarme por el estado del pedido. Correo que no me contestaron. A los dos días de enviarles dicho correo, me pongo en contacto con ellos por teléfono y me dicen que no les ha llegado la mercancía pero que “está al caer”.
Vale.
Pasa casi todo el mes de agosto, sin novedad. Cuando me dispongo a enviarles otro “mail” me doy cuenta de que –tal y como anuncian en su web- están de vacaciones la segunda quincena.
Vale.
La segunda semana de este mes de septiembre, les envío otro correo, que tampoco me responden. Así es que, de nuevo descuelgo el teléfono. Me dicen que el pedido “está al caer”, pero aquí…, aquí no cae nada. Les digo que “siempre me dicen lo mismo y no aparece nada en el buzón”. Me contestan que toca seguir esperando –esto no es textual-. Sigo esperando…
Vale.
Ayer, día 26 de septiembre, les llamo por teléfono a eso de las cinco menos veinte de la tarde. Me contestan la llamada con un escueto “ sí, hola! ” y me piden que les llame “en diez minutos, porque están descargando un camión” –sic-. Yo, perplejo por el trato, me vuelvo a armar de paciencia y les llamo, de nuevo, a las cinco menos diez.
Una vez más, les pido que me informen acerca del estado del pedido y me preguntan la hora. Sí, sí… me preguntan la hora. Yo, como no doy crédito, pregunto si están hablando conmigo y me contestan que sí. Que necesita saber qué hora es y que en ese momento le es imposible mirar ese dato en ningún sitio. Les digo que son las cinco menos cinco y me pasa, mi interlocutor, con otra persona. De nuevo, nos encontramos repasando los “antecedentes de hecho”… y me contesta que la mercancía no les ha llegado. Y es más: tampoco saben el por qué.
En cuanto a los dos correos que les envié les pregunto si es que no contestan a ninguno y me dicen que sí, pero que lo hacen “por orden”.
Y yo me pregunto: ¿qué orden empleará esta gente? Quizá cronológico: lo dudo. Mi primer correo es de hace más de un mes y no he tenido respuesta.
Quizá el orden sea alfabético: puede. Dado que me apellido Vázquez, puedo esperar sentado mientras contestan a los López, Pérez y Rodríguez… que, seguro, son unos cuantos… Se comprometen, finalmente, a “llamar allá” –entiendo, a Wunderlich- y decirme algo en 24 horas.
Vale.
Hoy, a la misma hora de ayer, he repetido mi llamada. Me aseguran que la mercancía la tendrán, como muy tarde, antes de finalizar la próxima semana. Y yo, a todo el mundo que le cuento esta historia me contesta lo mismo: “despídete del dinero”.
Estimados compañeros: en mi caso, la atención al cliente no ha existido jamás. Se han limitado a coger el dinero y punto. A día de hoy me quedo con la duda una otra semana.
Eso sí: también dormiré con la certeza de que no les vuelvo a comprar ni una miserable tuerca.
Antes de colgar este post, he consultado –mediante el buscador del foro- si alguien ha tenido alguna experiencia en este sentido con Boxertodo. Me he llevado las manos a la cabeza al ver la cantidad de intervenciones de compañeros en las que se relatan similares situaciones.
Y ahora dejo una pregunta en el aire: ¿es justo mantener una empresa así como “amiga” o “colaboradora” del foro? Después del trato lamentable que hemos sufrido tantos miembros del foro, ¿se merecen todavía su hueco dentro de la sección en la que siguen anunciados…?
En definitiva: si ellos son los primeros es ignorar los correos y las llamadas… ¿hemos de ser nosotros, sus clientes, los que tengamos que promover, encima, su actividad?
Esto último no es más que una invitación a la reflexión y me complacería mucho que se interpretase como tal.
Un abrazo a todos.
Procedo a relatar mi experiencia con Boxertodo, a fin de que saquen Uds. sus propias conclusiones. Seguramente, este escrito servirá como referencia, en el futuro, por si han sentido el deseo de comprar algo.
Estoy seguro de que, entre tanta gente, habrá experiencias de todo tipo. Lamentablemente, solo conozco la mía, y es la que les expongo a continuación.
La segunda semana del mes de julio decidí formalizar un pedido y les hice el ingreso correspondiente en la misma fecha.
A finales de ese mismo mes de julio, al no saber nada al respecto, les envié un correo para interesarme por el estado del pedido. Correo que no me contestaron. A los dos días de enviarles dicho correo, me pongo en contacto con ellos por teléfono y me dicen que no les ha llegado la mercancía pero que “está al caer”.
Vale.
Pasa casi todo el mes de agosto, sin novedad. Cuando me dispongo a enviarles otro “mail” me doy cuenta de que –tal y como anuncian en su web- están de vacaciones la segunda quincena.
Vale.
La segunda semana de este mes de septiembre, les envío otro correo, que tampoco me responden. Así es que, de nuevo descuelgo el teléfono. Me dicen que el pedido “está al caer”, pero aquí…, aquí no cae nada. Les digo que “siempre me dicen lo mismo y no aparece nada en el buzón”. Me contestan que toca seguir esperando –esto no es textual-. Sigo esperando…
Vale.
Ayer, día 26 de septiembre, les llamo por teléfono a eso de las cinco menos veinte de la tarde. Me contestan la llamada con un escueto “ sí, hola! ” y me piden que les llame “en diez minutos, porque están descargando un camión” –sic-. Yo, perplejo por el trato, me vuelvo a armar de paciencia y les llamo, de nuevo, a las cinco menos diez.
Una vez más, les pido que me informen acerca del estado del pedido y me preguntan la hora. Sí, sí… me preguntan la hora. Yo, como no doy crédito, pregunto si están hablando conmigo y me contestan que sí. Que necesita saber qué hora es y que en ese momento le es imposible mirar ese dato en ningún sitio. Les digo que son las cinco menos cinco y me pasa, mi interlocutor, con otra persona. De nuevo, nos encontramos repasando los “antecedentes de hecho”… y me contesta que la mercancía no les ha llegado. Y es más: tampoco saben el por qué.
En cuanto a los dos correos que les envié les pregunto si es que no contestan a ninguno y me dicen que sí, pero que lo hacen “por orden”.
Y yo me pregunto: ¿qué orden empleará esta gente? Quizá cronológico: lo dudo. Mi primer correo es de hace más de un mes y no he tenido respuesta.
Quizá el orden sea alfabético: puede. Dado que me apellido Vázquez, puedo esperar sentado mientras contestan a los López, Pérez y Rodríguez… que, seguro, son unos cuantos… Se comprometen, finalmente, a “llamar allá” –entiendo, a Wunderlich- y decirme algo en 24 horas.
Vale.
Hoy, a la misma hora de ayer, he repetido mi llamada. Me aseguran que la mercancía la tendrán, como muy tarde, antes de finalizar la próxima semana. Y yo, a todo el mundo que le cuento esta historia me contesta lo mismo: “despídete del dinero”.
Estimados compañeros: en mi caso, la atención al cliente no ha existido jamás. Se han limitado a coger el dinero y punto. A día de hoy me quedo con la duda una otra semana.
Eso sí: también dormiré con la certeza de que no les vuelvo a comprar ni una miserable tuerca.
Antes de colgar este post, he consultado –mediante el buscador del foro- si alguien ha tenido alguna experiencia en este sentido con Boxertodo. Me he llevado las manos a la cabeza al ver la cantidad de intervenciones de compañeros en las que se relatan similares situaciones.
Y ahora dejo una pregunta en el aire: ¿es justo mantener una empresa así como “amiga” o “colaboradora” del foro? Después del trato lamentable que hemos sufrido tantos miembros del foro, ¿se merecen todavía su hueco dentro de la sección en la que siguen anunciados…?
En definitiva: si ellos son los primeros es ignorar los correos y las llamadas… ¿hemos de ser nosotros, sus clientes, los que tengamos que promover, encima, su actividad?
Esto último no es más que una invitación a la reflexión y me complacería mucho que se interpretase como tal.
Un abrazo a todos.