EL MUNDO:
TRIUNFO POLÉMICO DEL ITALIANO
Rossi saca de la pista a Sete en un final de traca
ÁNGEL GONZÁLEZ
Valentino Rossi festeja su triunfo. (Foto:EFE)
Más información
Sete y Rossi, una atracción fatal
La polémica maniobra de Rossi
Pedrosa levanta al público
Consulte todas las clasificaciones
Las mejores fotos de la carrera
Todos los datos del Mundial
NOTICIAS RELACIONADAS
MADRID.- A sable y a última sangre, como los duelistas. Pero no al amanecer sino a las 3 en punto y con testigos: 127.000 almas y la curva Peluqui, que es al motociclismo lo que es 'La Bombonera' al fútbol, que no se lo creía. Los gladiadores se repartieron cuatro sablazos terroríficos en una última vuelta a sangre y fuego que ya es historia grande del motociclismo. El feroz combate terminó con Sete sacado de mala manera de la pista por un Rossi temerario que apura el riesgo un punto más que el enemigo. Ya pasó en Assen el año pasado, sólo que esta vez Rossi dejaba a Sete con cara de funeral delante de su público.
Tanto Rossi como Gibernau rivalizaron en temeridad y ganó el primero, como de costumbre cuando se trata de demostrar que ser primero es religión al margen o por encima de cualquier límite. En el último giro, sopapo tras sopapo, la trazada limpia era para Sete, que llegó a la comprometida última curva de Jerez por el sitio bueno. ¿Lado bueno? Al Rossi sin piedad eso le importa un pimiento, antes me pegó un batacazo bíblico que quedo segundo. Así, el 'fenómeno' no se 'cortó un pelo', "a saco" en terminología motera: por dentro, con el pie a rastras, colado y con la testosterona surtiendo su cerebro metió su Yamaha con más malas que buenas maneras. Y sacó a Gibernau al exterior hasta hacerlo comer grava. Quizás el español, se abrió un pelín más de la cuenta al entrar en la curva Ducados, pero... En una imagen televisiva se ve el puño de la Yamaha 'Nº 46' en la espalda de Sete. Una cosa es ganar la trazada y otra distinta es invadirla por lo civil o lo criminal.
El español se tuvo que ir a la arena para controlar, haciendo equilibrismo en la Honda. Desde ahí, a ver el banderazo como amargo segundo. El intocable Rossi, quien esta vez sí, debiera sufrir alguna penalización, saldrá de rositas. Si esto se lo hace en Italia un 'wild card' japonés al jefe del circo de MotoGP ya estamos condenándolo: 'kamikaze', con mayúsculas, y de por vida. Sí, con cartelito de 'peligro'. Pero es Rossi, es el mejor, el show dentro y fuera del asfalto... y aquí paz y después gloria. El lado opuesto corresponde a Sete, que traga quinina porque no quiere ser un Poulidor del motociclismo, lanza miradas esquivas, aguanta, y pide explicaciones a un Rossi que entra haciendo el caballito y le devuelve una sonrisa: "Bambino, así es este circo".
La sesión de MotoGP fue un calco de lo acontecido la pasada temporada y tras unos inicios de tropa numerosa acabó siendo un nuevo duelo entre los dos "gallos" de la categoría, el campeón y el subcampeón mundial. Eso sí, la iniciativa por cuenta y riesgo del segundo, que para algo 'jugaba en casa'. Rossi, a lomos de la pole, pero antes del primer giro ya le cazó Sete Gibernau, seguido de Nicky Hayden (Honda RC 211 V) y con Rossi de tercero. Tras ese trío formado a golpe de vuelta rápida, se instaló Marco Melandri (Honda RC 211 V), que poco después terminó sacando la bandera blanca.
A partir de la novena vuelta la diferencia se hizo ya insalvable para Melandri; Gibernau, Rossi y Hayden en pos del triunfo, pero el ritmo era fortísimo y el precio que pagó Hayden fue la caída. En cabeza, mamma mia, Gibernau y Rossi, y a dos vueltas, después de liderar toda la prueba, el campeón superó al español. Sete se encabritó y en la última esperó como un lobo el fallo. Había que devolver la dentellada. Nadie cedió un milímetro.
Carlos Checa, por momentos, llegó a estar entre los diez primeros, pero al final se tuvo que conformar con esa posición y ser el mejor unas Ducati con problemas. Loris Capirossi acabó más atrás. Quien si tuvo buen en bautismo en la categoría fue el manresano Toni Elías, que acabó colocando su Yamaha YZR M 1 el 12º. Mejor que muchos que llevan más tiempo. Ahora toca seguir creciendo.
