no hace demasiado tiempo (siete u ocho meses a lo sumo), iba andando calle arriba cuando sin querer me di de bruces con un muchacho de unos veinitinco años. despues de disculparnos mutuamente, entre a tomar un cafe en el establecimiento que habia junto al lugar del pequeño incidente.
tras unos pocos minutos, sali de nuevo a la calle y el muchacho acompañado de dos policias uniformados me llamo la atencion a gritos y señalandome con el dedo
-¡¡ese, ese ha sido, devuelveme la cartera!!
tras unos breves instantes de confusion inicial, me percate de que me estaba acusando de robar una cartera. se inicio un desagradable careo entre ambos en presencia de la policia y un pequeño, pero considerable corrillo de gente. las caras de todos los presentes denotaban desaprobacion y acusacion hacia mi persona. mi estado de animo cambiaba rapidamente hacia una ira cada vez mas dificil de contener. ya me veia en comisaria esposado, declarando. y en la habitacion del lado al muchacho con la nariz rota y un fuerte dolor en la entrepierna.
sin mediacion alguna, un chaval de doce o trece años puso fin al "color rojo" que me invadia la vision con estas palabras:
oye, esta cartera es tuya? -pregunto al muchacho-
la lividez de su cara me indico que esa era la cartera que me estaba reclamando. me miro, miro a los policias, al chaval, y de nuevo a la cartera.
la indignacion fue abriendose paso tras mi angustia inicial, y cuando ya preparaba una bronca fenomenal, el muchacho empezo a disculparse con voz sincera, serena y en un tono suficientemente elevado para que todo el mundo lo oyera.
con lagrimas en sus ojos me pidio perdon una infinidad de veces, su mirada demostraba arrepentimiento sincero, y cuando ya estaba dispuesto a aceptar sus disculpas, la policia me pregunto si queria realizar denuncia contra el muchacho. sin dar tiempo a mi respuesta (que os aseguro iba a ser negativa) el muchacho (que por cierto se llamaba Javier), saco un talonario del bolsillo de su chaqueta, escribio en uno de los talones, firmo y me lo entrego en la mano con afan de que lo aceptara. asi lo hice, aunque solo por curiosidad

tras unos pocos minutos, sali de nuevo a la calle y el muchacho acompañado de dos policias uniformados me llamo la atencion a gritos y señalandome con el dedo
-¡¡ese, ese ha sido, devuelveme la cartera!!
tras unos breves instantes de confusion inicial, me percate de que me estaba acusando de robar una cartera. se inicio un desagradable careo entre ambos en presencia de la policia y un pequeño, pero considerable corrillo de gente. las caras de todos los presentes denotaban desaprobacion y acusacion hacia mi persona. mi estado de animo cambiaba rapidamente hacia una ira cada vez mas dificil de contener. ya me veia en comisaria esposado, declarando. y en la habitacion del lado al muchacho con la nariz rota y un fuerte dolor en la entrepierna.
sin mediacion alguna, un chaval de doce o trece años puso fin al "color rojo" que me invadia la vision con estas palabras:
oye, esta cartera es tuya? -pregunto al muchacho-
la lividez de su cara me indico que esa era la cartera que me estaba reclamando. me miro, miro a los policias, al chaval, y de nuevo a la cartera.
la indignacion fue abriendose paso tras mi angustia inicial, y cuando ya preparaba una bronca fenomenal, el muchacho empezo a disculparse con voz sincera, serena y en un tono suficientemente elevado para que todo el mundo lo oyera.
con lagrimas en sus ojos me pidio perdon una infinidad de veces, su mirada demostraba arrepentimiento sincero, y cuando ya estaba dispuesto a aceptar sus disculpas, la policia me pregunto si queria realizar denuncia contra el muchacho. sin dar tiempo a mi respuesta (que os aseguro iba a ser negativa) el muchacho (que por cierto se llamaba Javier), saco un talonario del bolsillo de su chaqueta, escribio en uno de los talones, firmo y me lo entrego en la mano con afan de que lo aceptara. asi lo hice, aunque solo por curiosidad
