
- Hombre, hoy está entre nosotros un catalán.
Al fondo de la iglesia se oye tímidamente:
- Oye, ¿le decimos que somos tres?


El cura que no conocía al hombre le pregunta:
- ¿Disculpe,...usted es un pariente del difunto?
- No - responde llorando a gritos
- ¿Y entoces, ...por qué llora?
- Justamente por eso.


- Muy bien... ¿Cómo quiere el dinero?
- ¡Con desesperación!
