Como buscarse la ruina

marcos

Curveando
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De Arturo Pérez Reverte:




Me despierta un ruido y miro el reloj de la mesilla de noche. Ha sonado en la planta de abajo. Así que cojo la linterna y el cuchillo K-Bar de marine americano –recuerdo de Disneylandia– y bajo las escaleras intentando ir tranquilo y echar cuentas. Cuántos son, altos o bajos, nacionales o de importación, armados o no. Si estuviera en un país normal, este agobio sería relativo. Bajaría con una escopeta de caza, y una vez abajo haría pumba, pumba, sin decir buenas noches. Albanokosovares al cielo. O lo que sean. Pero estoy en la sierra de Madrid, España. Tampoco me gusta la caza ni tengo escopeta. Sólo un Kalashnikov –otro recuerdo de Disneylandia– que ya no dispara. Por otra parte, una escopeta no iba a servirme de nada. Estoy en la España líder de Occidente, repito. Aquí el procedimiento varía. Mientras bajo por la escalera –de mi casa, insisto– con el cuchillo en la mano, lo que voy es haciendo cálculos. Pensando, si se lía la pajarraca, si no me ponen mirando a Triana y si tengo suerte de esparramar a algún malo, en lo que voy a contar luego a la Guardia Civil y al juez. Que tiene huevos.

Lo primero, a ver cómo averiguo cuántos son. Porque si encuentro a un caco solo y tengo la fortuna de arrimarme y tirarle un viaje, antes debo establecer los parámetros. Imaginen que descubro a uno robándome las películas de John Wayne, le doy una mojada a oscuras, y resulta que el fulano está solo y no lleva armas, o lleva un destornillador, mientras que yo se la endiño con una hoja de palmo y pico. Ruina total. La violencia debe ser proporcionada, ojo. Y para que lo sea, antes he de asegurarme de lo que lleva el pavo. Y de sus intenciones. No es lo mismo que un bulto oscuro que se cuela en tu casa de madrugada tenga el propósito de robarte Río Bravo que violar a tu mujer, a tu madre, a tus niñas y a la chacha. Todo eso hay que establecerlo antes con el diálogo adecuado. ¿A qué viene usted exactamente, buen hombre? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿De dónde es? ¿A qué dedica el tiempo libre?… Y si el otro no domina el español, recurriendo a un medio alternativo. No añadamos, por Dios, el agravante de xenofobia a la prepotencia.

Pero la cosa no acaba ahí. Incluso si establezco con luz y taquígrafos los móviles exactos y el armamento del malo, un juez –eso depende del que me toque– puede decidir que encontrártelo de noche en casa, incluso armado de igual a igual, no es motivo suficiente para el acto fascista de pegarle una puñalada. Además hay que demostrar que se enfrentó a ti, que ésa es otra. Y no digo ya si en vez de darle un pinchazo, en el calor de la refriega le pegas tres o cuatro. Ahí vas listo. Ensañamiento y alevosía, por lo menos. En cualquier caso, violencia innecesaria; como en el episodio reciente de ese secuestrado con su mujer que, para librarse de sus captores, les quitó el cuchillo y le endiñó seis puñaladas a uno de ellos. Estaría cabreadillo, supongo, o el otro no se dejaba. Pues nada. Diez años de prisión, reducidos a cinco por el Tribunal Supremo. Lo normal. Por chulo.

Imaginemos sin embargo que, en vez de cuchillo, lo que esta noche lleva el malo es una pistola de verdad. Y que en un alarde de perspicacia y de potra increíble lo advierto en la oscuridad, me abalanzo heroico sobre el malvado, desarmándolo, y forcejeamos. Y pum. Le pego un tiro. Ruina absoluta, oigan. Sale más barato dejar que él me lo pegue a mí, porque hasta pueden demandarme los familiares del difunto. Otra cosa sería que el malo estuviese acompañado. En tal caso, nuestra legislación es comprensiva. Sólo tengo que abalanzarme vigorosamente sobre él, arrebatarle el fusco, calcular con astuta visión de conjunto cuántos malos hay en la casa, qué armamento llevan y cuáles son las intenciones de cada uno, y dispararle, no al que lleve barra de hierro, navaja empalmada, bate de béisbol o pistola simulada –ojito con esto último, hay que acercarse y comprobarlo antes–, sino a aquel que cargue de pistolón o subfusil para arriba. Todo eso, asegurándome bien, pese a la oscuridad y el previsible barullo, de que en ese momento el fulano no se está dando ya a la fuga; porque en tal caso la cagaste, Burlancaster. En cuanto al del bate de béisbol, el procedimiento es simple: dejo la pistola, voy en busca de otro bate, bastón o paraguas de similares dimensiones y le hago frente, mientras afeo su conducta y le pregunto si sólo pretende llevarse las joyas de la familia o si sus intenciones incluyen, además, romperme el ojete. Luego hago lo mismo con el de la navaja. Y así sucesivamente.

El caso es que, cuando llego al final de la escalera, comiéndome el tarro y más pendiente de las explicaciones que daré mañana, si salgo de ésta, que de lo que pueda encontrar abajo, compruebo que se ha ido dos o tres veces la luz, y que el ruido era del deuvedé y de la tele al encenderse. Y pienso que por esta vez me he salvado. De ir a la cárcel, quiero decir. Traía más cuenta dejar que me robaran.
 
Voy a opinar, pero solo del autor... Para mí un fenómeno, especialmente por sus analisis de determinadas cosas y su forma de exponerlas.

Del contenido del artículo prefiero no opinar, primero porque está bastante clarito :P y segundo porque presiento como va a terminar este post... ::)
 
Lo leí ya hace unos días y como siempre, el Sr. Pérez Reverte hace que se dibuje una sonrisa en mi rostro..., desde luego una vez mas, dice lo que hay, para bien o para mal... :)


un saludo
 
Me gusta mucho este señor, siempre dice lo que piensa y lo que hay, a quién le guste estupendo y a quién no, pues dos trabajos tiene. Precisamente iba a abrir yo un post en breve sobre decir lo que se piensa o mejor callar, parecido a ese de 'Mamá, soy hipócrita? de Calabruix

Ole la gente que dice lo que piensa y la verdad a pesar de lo que digan los demás. Repito, a quién le guste bien y a quién no, que se aguante.

V'ssssssssssssss
 
es un crack! me encanta...

para el que no lo haya leido...



Dos chicos y una moto

Es de noche y llueve desde hace unos minutos sobre la sinuosa carretera de Madrid al Escorial. Clap, clap, clap, hacen los limpiaparabrisas mientras conduzco con precaución. Es sábado por la noche, el tráfico de subida hacia la sierra es intenso, y las gotas de agua y el asfalto mojado reflejan destellos de faros. Al salir de una curva, los míos iluminan a dos chicos jóvenes montados en una motillo. Van inclinados hacia delante bajo la lluvia, con los cascos puestos y pegados al lado derecho de la carretera, mientras los coches pasan cerca, salpicándolos con turbonadas de agua. Es zona de urbanizaciones, la moto es pequeña, y al dar la luz larga confirmo que los chicos deben de tener diecisiete o dieciocho años y no van equipados para la carretera. Se trata, deduzco, de dos muchachos haciendo un trayecto corto. Seguramente viven en las cercanías y se dirigen a casa de un amigo, o a uno de los multicines o complejos recreativos próximos. El aguacero los sorprendió subiendo el puerto, y avanzan lo mejor que pueden, pegado el que va de paquete a la espalda del compañero, con la resolución insensata y valerosa de su extrema juventud. Jugándose literalmente la vida a las diez de la noche, a oscuras en una carretera, bajo la lluvia, para llegar a tiempo a la cita con los compañeros de clase, la pandilla de amigos –palabra mágica– o el par de chicas con las que están citados en la hamburguesería o el cine. Y mientras, disponiéndome a adelantarlos, pongo el intermitente a la izquierda para advertir de su presencia a los coches que vienen detrás de mí, pienso que no me gustaría ser hoy la madre o el padre que vieron salir a esos chicos de casa, oyeron el tubo de escape de la moto alejándose, y ahora escuchan golpear la lluvia en los cristales.

Sin duda me hago viejo, pienso. Demasiado. Por alguna extraña razón, esos dos muchachos en la motillo, tozudamente inclinados hacia delante bajo la lluvia, me remueven los adentros. Hace demasiado tiempo que dejé atrás líneas de sombra y demás parafernalia moza; pero aún recuerdo lo que puede sentirse a lomos de una moto que avanza trazando curvas en la oscuridad, impulsado, como esa pareja de frágiles jinetes nocturnos, por la amistad, el amor, el deseo de aventura, la irreflexiva osadía de la juventud firme, arriesgada, segura. Y es noche de sábado, nada menos. El tiempo que hay por delante está preñado de promesas. No hay lluvia, ni carretera negra, ni turbonadas de agua pulverizada al paso de coches indiferentes que enfríe el entusiasmo de dos jóvenes de diecipocos años que cabalgan resueltos a zambullirse expectantes, gozosos, en cuanto los aguarda. En la plena vida. Tal vez, mientras la lluvia azota las viseras bajadas de sus cascos y el agua les empapa cazadoras y pantalones, presienten la música que oirán dentro de un rato, oyen la risa leal de los amigos, ven ante sí los ojos de muchachas que esta noche los mirarán a los ojos para confirmarles que el mundo es un lugar maravilloso. Quizá porque van al encuentro de todo eso los dos chicos siguen adelante sin arredrarse, con su pequeña moto. Son jóvenes, sufridos, valientes. Y se creen eternos. Inmortales.

Mientras paso a su lado, adelantándolos entre turbonadas de lluvia, los miro de soslayo y les deseo suerte. Ojalá, pareja de impávidos pardillos, lleguéis sanos y salvos allí a donde os dirijáis, y el calor de los amigos os seque las ropas mojadas, la piel fría y las manos heladas. Que valga la pena lo que estáis pasando. Que la hamburguesa esté en su punto, la cocacola lo bastante fría, las palomitas crujan, la película sea tan buena como os dijeron, la chica sonría como esperáis y se deje besar esta noche por fin, o bien os acometa y bese ella, que tanto monta. Que podáis volver a casa sobre un asfalto seco y con la gasolina suficiente para que la motillo no os deje tirados, y que los padres que ahora miran angustiados el reloj sientan el inmenso alivio de oír abrirse la puerta de la calle o vuestros pasos en el pasillo al regresar. Que todo eso os pertenezca para siempre, y que esta valerosa determinación, dos muchachos solos en la noche subiendo un puerto peligroso, inclinados tenazmente bajo la lluvia, no os abandone nunca en otras carreteras. Amén.

Con tales pensamientos termino de adelantar, pongo el intermitente a la derecha y sigo adelante mientras queda atrás, en el retrovisor, el faro solitario de la pequeña moto. Dos chicos irresponsables, tontos y valientes, me digo perdiéndolos de vista. Ojalá lleguen a donde van. Ojalá lleguen todos.

Arturo Perez Reverte
 
Me gusta como escribe el Reverte. :) La verdad es que estoy de acuerdo con él el 90% de las ocasiones, pero el 10% que no lo estoy me gusta igualmente.

En este caso estoy 100% de acuerdo con lo que dice. Me parece indignante que en este pais uno no pueda defender en condiciones a su familia dentro de su propia casa. :P

;)
 
Más razón que un santo. Da pena pero es así.

Tengo unos amigos que criaban Rotweiler, teniendo 2 grandes en su chalet. Una noche se fueron de cena fuera y al regresar a casa los perros estaban con los hocicos llenos de sangre y rastros de sangre por la entrada y la escalera de acceso a la casa. No le dieron demasiada importancia pensando que se habrían comido a un gato de los muchos que había por la urbanización y se fueron a acostar. Pasadas las horas se presentó la GC con dos individuos llenos de vendajes que denunciaban haber sido atacados por los perros del chalet. Entonces se evidenció que eran unos ladrones que habían saltado la valla con oscuras intenciones. Encontraron sangre por donde consiguieron huir ya que no consiguieron entrar en la casa por el ataque de los perros. Ojo al dato, que como ni entraron en la casa ni robaron, se les complicaba el tema a los propietarios del chalet!!. A uno de los ladrones los perros le habían arrancado masa muscular de una pierna y del culo. El otro iba menos "apañao", pero también se llevó lo suyo. Lo que les salvó a mis amigos fue que tenían en la puerta de la casa un cartel de aviso de cuidado con los perros. Pues la dichosa plaquita es la que les exculpó, porque los ladrones hubieran ganado el juicio de lesiones y habrían tenido que ser indemnizados por los dueños del chalet.

Por cierto, el otro relato de Reverte, el de los chavalines en la motillo, también me ha gustado.
 
Pues...ahí va my opinion.
Que Reverte escribe bien no se cuestiona.
Otra cosa es lo que dice y, otra más importante, lo que quiere decir o transmitir.
Y yo no lo pondría, en este caso, en correlación con la realidad de lo que nos puede pasar a cada uno de nosotros.
Si tú oyes un ruido en tu casa y te levantas y eres gente normal y decente, lo primero es que no tienes armas ni piensas tanto ni friamente. Más bien te cagas vivo. Y si haces o consigues hacer algo grave tendrás todas las eximentes del mundo. Ahora si tienes armas, no es la primera vez, estás preparado, seguro que disparas hasta a la nevera. Yo me cago vivo si llegara a disparar al aire.
Lo que Reverte ha querido decir es que la justicia no está de tu lado en todo caso por el allanamiento de morada y robo, etc., si a cambio te lías a tiros o a puñaladas. Pero lo lee todo el mundo y, la mayoría, lo que dice, incluido los políticos, ya estamos, te regalan cantos de sirena para los oídos.
Salu2
 
Es increible, este señor tiene el don de expresar lo que piensa con elegancia y muuucho ingenio. Envidia sana, se podrá estar de acuerdo o no con sus ideas, pero a mi me gustaria expresarme así.

Por cierto, esa sensación de desamparo ante los "malos", la tenemos muchos, estaría bien que nuestros políticos y legisladores revisaran un poco la ley, o al menos preguntaran a los ciudadanos si se sienten defendidos por ella. O mejor aún, que preguntaran a los cuerpos de seguridad, si tienen la sensación de que se sienten respaldados por la ley.
Conozco casos de guardias que entran en la Guardia Civil con ánimo y ganas, y al cabo de pocos meses están totalmente desencantados porque hacen diariamente detenciones que duran horas.

Una pena, pero es lo que hay... :P
 
Todo es cuestionable, pero en este caso se cuestionaba lo que reza el título del post: Cómo buscarse la ruina. No se debatía la forma de escribir -bueno, creo que no era la intención-, sino el supuesto de que entraran en casa y se nos ocurriera responder con violencia. Evidentemente frente a que entren en tu casa el asesinato es una respuesta desproporcionada. Si les matas dentro, evidentemente no habrían terminado su delito de robo o lo que quisieran hacer, así que seguramente no les juzgarían por lo que no han terminado de hacer, sólo por allanamiento. En cambio tu delito sí sería tangible y ahí es donde la Ley sólo contabilizaría el hecho probado, no el potencial y presumible del robo, la violación, la paliza o lo que pudiera haber llegado a suceder. Igual entró sólo a echar un pis. Por supuesto todos sabemos que podría haberlo hecho en la tapia y que no iba a hacer un pis, pero el caso es que no se puede juzgar o culpar por los delitos no cometidos (salvo la SGAE, claro) y nuestra culpabilidad sería mayor que la del asaltante. Hay que jod**** pero es así. Es como el ojo por ojo, pero no dos ojos por uno. Respuesta proporcionada o eres un abusón por defender tu casa y a los tuyos.

Hace muchos años, bajo de casa de un amigo, uno estaba atracando a una señora en la calle. Otro que paseaba al perro se acercó por detrás y le metió una pedrada al atracador con la mala suerte de que le mató. Acabó en la cárcel por homicidio. Así de absurdo. Matar es peor que robar, de igual forma que morirse será peor que estar en la cárcel. Bueno, según qué cárcel... :-X. Al final ya no sabes si ayudar, si defenderte, si defender a alguien o si volverte de los malos, que por lo visto no pasa ná.
 
FSY dijo:
Pues...ahí va my opinion.
Que Reverte escribe bien no se cuestiona.
Otra cosa es lo que dice y, otra más importante, lo que quiere decir o transmitir.
Y yo no lo pondría, en este caso, en correlación con la realidad de lo que nos puede pasar a cada uno de nosotros.
Si tú oyes un ruido en tu casa y te levantas y [highlight]eres gente normal y decente, lo primero es que no tienes armas[/highlight] ni piensas tanto ni friamente. Más bien te cagas vivo. Y si haces o consigues hacer algo grave tendrás todas las eximentes del mundo. [highlight]Ahora si tienes armas, no es la primera vez, estás preparado, seguro que disparas hasta a la nevera.[/highlight] Yo me cago vivo si llegara a disparar al aire.
Lo que Reverte ha querido decir es que la justicia no está de tu lado en todo caso por el allanamiento de morada y robo, etc., si a cambio te lías a tiros o a puñaladas. Pero lo lee todo el mundo y, la mayoría, lo que dice, incluido los políticos, ya estamos, te regalan cantos de sirena para los oídos.
Salu2




Amigo mio... siento mucho discrepar contigo, yo soy un tipo normal, decente como el que más, honrado trabajador padre de familia.... y tengo armas, y muchas, (15) y de todos los tamaños, calibres, y capacidad de hacer mucha pupa. Yo nunca he cazado, no me gusta, pero tengo armas de caza, yo no he ido a una guerra, pero engo armas de guerra, nunca he matado, pero tengo armas que matan, y sigo siendo honrado, decente y trabajador, pero soy muy aficionado al tiro olimpico, estoy federado, tengo todos los permisos en regla y me gusta hacerle agujeros  a una diana a 25, 50 100 ó 200 metros, y no estoy loco, no soy agresivo, soy honrado y nunca he tenido ningun problema.
Quiero que entiendas que igual que tu dices que los que tenemos armas no somos honrados, decentes, y no nos temblaria la mano a la hora de disparar hasta a la nevera, si me ocurriera que entra alguien a mi casa, si voy a una habitación, cojo una llave, me voy a otra habitación, abro la caja fuerte, me voy a otra habitación, cojo al menos una bala y me voy en busca del "chorizo", le he dado tiempo a este de robarme hasta los calcetines, y de muchas mas cosas que no quiero ni pensar, seria mas rapido coger un cuchillo de la cocina y..... ¿o tu no tienes cuchillos en tu casa?, y supongo que eres honrado, decente y trabajador. Nos nos mires como bichos raros porque nos gusten las armas, igual que no te gusta que te miren como un loco mascachapas que vas haciendo el loco y jugandote la vida porque te gustan las motos. Como en todos los colectivos, siempre hay una oveja negra, pero no nos metas a todos en el mismo saco.
Y sigo siendo honrado, decente, normal y trabajador.
 
Echadle un vistazo a esto:

http://www.capitanalatriste.com/escritor.html?s=patentecorso

Es la recopilación de artículos en su web oficial. Podeis ver la anteriores  ;). Yo, lo tengo en favoritos.

En su tiempo, me sentí muy identificado con este artículo de cuando escribía para el país semanal. De mis preferidos  ;)

Odio a ese niño


ARTURO PÉREZ-REVERTE | El País | 2 de agosto de 1994

Es una cuestión de pura estética, lo sé. Pero odio a ese niño. Se lo tropieza , uno en cualquier cadena de la tele, cada vez que la publicidad campa por sus respetos. Es un enano de aspecto anglosajón, vestido con camisa a cuadros, tejanos, zapatillas deportivas y una de esas absurdas gorras americanas de béisbol que, desde hace tiempo, uno encuentra hasta en la sopa. La lleva, por supuesto, como la debe llevar un niño de ahora, o al menos la imagen de niño de ahora que se empeñan en colocamos los que saben de imágenes y de niños: con la visera ni hacia adelante ni hacia atrás, sino ladeada, como el que no quiere la cosa. Cuidadosamente informal, como buenos vástagos de papás dinámicos y guapos que bailan en el garaje junto al supercoche o viajan felices -permitan que me parta de risa- en la nueva Bussines Class de Iberia. Sabíamos de sobra, a estas alturas, que para ser feliz en la vida hay que tener físico y estilo anglosajón estadounidense de América. Los papás deben parecerse a Kevin Costner -Mario Conde ya no es una buena referencia- y las mamás han de optar entre el modelo rubia elegante y el de morena atractiva.

Y ahora le toca a los niños. Hasta la fecha, los modelos válidos eran dos: nórdico para bebés, rubios y con ojos azules, y travieso-pecoso-anglosajón, para los más creciditos. Todo iba bien, e incluso nos habíamos acostumbrado a eso, hasta el punto de que conozco familias de yuppies que consideran una auténtica desgracia tener hijos con aspecto meridional, porque el fin de semana, junto a la barbacoa, desentonan.

Pero lo de la gorra es excesivo. Sobre todo sí, como sospecho, no se trata sólo de un niño, sino de varios, uno por anuncio, todos y cada cual con su gorra de béisbol atravesada con idéntica desenfadada, informal y picarona gracia. Una gracia sólo comparable a la de la madre y el genio publicitario que los parió.
 
Patente de corso, por Arturo PÉREZ-REVERTE

PIÉNSELO DOS (O TRES) VECES

Permítame un consejo, caballero. Si se tropieza con un fulano que le está dando una felpa a su legítima, o sucedáneo, piénselo dos veces, incluso tres, antes de meterse en jardines. Estoy de acuerdo en que esas cosas no deben tolerarse. Admito, además, que no permiten reflexión previa, pues actúa el piloto automático. Todo depende de la casta y virtud de cada cual. En principio, ante tales situaciones se es un mierdecilla o un tío decente. Ésa es la teoría ética. Pero estamos en España. Si defiende a señoras maltratadas, sepa a qué se expone. Una juez de Vigo nos lo recordó hace unas semanas, calzándole 3 meses de cárcel y 15.550 euros de multa a un joven de allí. Éste había cometido la ingenuidad de impedir que un pavo maltratase a su pareja. Le afeó la conducta y recibió un cabezazo. Entonces se lio la pajarraca, y el defensor de la moza le dio al otro una patada en la cara, rompiéndole la mandíbula.

Lo instructivo no es que el juicio se haya celebrado tres años después, ni que la defendida –como es frecuente– defendiera al que le zumbaba, en plan soy de mi Paco y puede darme hasta con la hebilla, si quiere. La lección cívica del asunto reside en que la juez, aun admitiendo que la defensa fue oportuna y que el primer leñazo lo sacudió el maltratador, empitonó al defensor de doncellas pese a que la sentencia reconocía que su reacción inicial «fue legítima», que el otro le dio el cabezazo «con ánimo de menoscabar su integridad física» y que el joven largó la patada «para repeler la agresión y evitar que continuase». Pese a lo cual, la juez estimó que la patada en el careto fue, sin embargo, «un exceso defensivo que no puede estar ya justificado por una notoria desproporción en el mismo». Dicho en cristiano, que el joven tenía que haberse defendido, pero menos. Con la puntita nada más. Dando unas pocas bofetadas con la mano abierta, o con unos calculados puñetacitos en el hombro. Una pelea civilizada, vamos. Políticamente correcta. De esa manera, el otro, acojonado, habría dejado de darle cabezazos. Seguro.

Me va a perdonar la juez de Vigo. De tribunales sabrá mucho, pero de peleas no tiene ni puta idea. Tampoco es que yo sea un experto. Me apresuro a matizarlo, por si acaso. Siempre fui –lo juro por el cetro de Ottokar– un cruce de osito Mimosín, Bambi y conejillo Tambor. Más o menos. Pero cualquiera que haya visto atizarse de verdad a dos tíos –la calle no es el cine– sabe que cada cual se las arregla como puede, y una vez metido en faena no anda calculando con qué da y dónde lo hace. La defensa con manos desnudas sólo es excesiva o desproporcionada si te ensañas cuando ya tienes al otro en el suelo. Mientras, se pelea para tumbarlo, con la sangre caliente y con la pericia y el coraje disponibles, procurando dejar fuera de combate a un adversario que, mientras colee, se revolverá contra ti. Y eso es lo que hay que evitar: que colee. Hasta ahí es razonable. Cuando se esparrama de tú a tú, con dos jambos dándose estiba, la desproporción viene si uno de ellos echa mano de herramientas que desequilibran la cosa, como un objeto contundente o una navaja empalmada. E incluso en tales casos lo desproporcionado es relativo. No es igual vérselas con uno de tu misma edad y calibre, que ser un tirilla de sesenta kilos delante de un animal de dos metros de largo por uno de ancho, o tener que zafarse de cuatro o cinco que te están breando o te van a brear. Ahí, a veces hay que echar mano a algo: una silla, una botella. En cualquier caso, y con permiso de la juez de Vigo, del Código Civil y del Código Da Vinci, lo aconsejable siempre es madrugar. Ser rápido, brutal y eficaz en la medida de las posibilidades que ofrezca tu forma física y tu propio cuerpo. Tu edad y tu destreza. Quien pelea lo hace para ganar, no para que lo inflen, si puede evitarlo. Si no, lo mejor es no meterse. Así que ya me dirán ustedes, en ese contexto, si va a andar uno calculando dónde pega la patada, si el golpe lo da con el puño o con la palma, si la fuerza que aplicas al leñazo que consigues colocarle al otro para menoscabar su integridad física es proporcionada, o si vulnera el artículo 33, apartado 48 bis, de la ley integral de Hostias Callejeras.

Resumiendo: cuando ayudas a una mujer, asumes una posible pelea. Y, de igual a igual, ésta no hay forma de ganarla si no es rompiéndole la cara al otro. Así que en Vigo han hecho mal tercio a las maltratadas y a los pardillos que aún las defienden. La letra de la Ley es imperfecta, y el sentido común de quienes juzgan debe templar sus errores y lagunas. Puesto que a ningún maltratador se lo disuade con palabras o una simple bofetada, la sentencia de Vigo sitúa el problema en un punto imposible. O te dejas machacar y pierdes la pelea, como el profesor Neira, o te buscas la ruina si la ganas. Hagas lo que hagas te la endiñan, y sólo aplauden si entras en coma. Eso es un disparate. Uno más de esta absurda Justicia nuestra, que siempre privilegia al canalla sobre las personas decentes. Quizás algunos jueces deberían darse una vuelta por la calle. Por la vida.
 
Yo he sido el de la motillo (como muchos) que recuerdos  ;)
Y respecto a buscarse la ruina, pues no se como puedes salir airoso si se mete en tu casa una banda de albano-ksovares y tu llevas un cuchillo, lo normal es que te frían. Si te da tiempo, pues mejor llamar con el movil a la GC.
Por otra parte, yo no quiero dar ideas a nadie, pero si tan inspirado estás que te los pasas a todos a cuchillo, mejor sigues inspirado...  :-X
Y aunque mi padre me dijo ya de niño que entre parejas en bronca no me metiera que me acabarían dando a mí... los dos; lo mismo que si oyes ruido en casa, no te metes y llamas a la Policía, y si te metes, como decía mi profe de yudo, si te metes en una pelea, no preguntes, nokea directamente al más fuerte (en estos casos, indiscutiblemente al hombre)... y ni se te ocurra quedarte allí a esperar a ver que pasa. :P
 
El tema de buscarse la ruina a veces pasa por cosas tan chorras como estar en el momento inapropiado en el lugar inapropiado, aunque sea en tu casa durmiendo. Ojalá todos los robos pasaran con casas vacías, todas las palizas quedaran sin moratones y sólo nos enteráramos por los periódicos, y más ojalá... ni robasen, ni pegaran palizas ni hubiera que salir a defender a nadie, ni siquiera a los tuyos. Pero como no es así, pues habrá que ser coherente con nuestros principios y tomar cartas en el asunto cuando ves lo que no te gusta. O llamas a la policía y esperas a que no llegue a mayores, o directamente que sea lo que Dios quiera. Y si un día me sacan una navaja, igual le doy hasta los calzoncillos si no se me ocurre antes darle un mamporro de buenas a primeras. Ah, que si hiciera lo segundo no me iba a esperar a que llegara la policía, ya te lo digo yo.
 
Efectivamente, las leyes de este país, ¡¡una pena!!.

Si algún día "me busco la ruina" de esta manera........, mi abuelo me dijo cuando tenía 9 años:

"Por encima de cualquier otra obligación, esta tu obligación innata, la de nacimiento, que tiene cualquier hombre, por el hecho de ser hombre: defender a tu familia y tu casa" (me lo contó después de darle unos cuantos mamporros a un chorizo, que no consiguió lo que quería; pero claro, eran otros tiempos).

Vaya consejo abuelo, mi ruina abuelo, mi ruina.

Soy más bien tranquilo, huyo o evito (casi siempre) cualquier conflicto, pero si me viera en una de esas como la que aquí cuenta "Arturo", es igual que estuviese a oscuras o con la mayor de las claridades diurnas, me cegaría igualmente sin pensarlo.

Y creo que no hace falta que nos lo diga nuestro abuelo, es instintivo: defender a nuestra familia y nuestra "guarida".

RIDE SAFE
 
cowboy dijo:
[quote author=FSY link=1242894616/0#9 date=1243060778]Pues...ahí va my opinion.
Que Reverte escribe bien no se cuestiona.
Otra cosa es lo que dice y, otra más importante, lo que quiere decir o transmitir.
Y yo no lo pondría, en este caso, en correlación con la realidad de lo que nos puede pasar a cada uno de nosotros.
Si tú oyes un ruido en tu casa y te levantas y [highlight]eres gente normal y decente, lo primero es que no tienes armas[/highlight] ni piensas tanto ni friamente. Más bien te cagas vivo. Y si haces o consigues hacer algo grave tendrás todas las eximentes del mundo. [highlight]Ahora si tienes armas, no es la primera vez, estás preparado, seguro que disparas hasta a la nevera.[/highlight] Yo me cago vivo si llegara a disparar al aire.
Lo que Reverte ha querido decir es que la justicia no está de tu lado en todo caso por el allanamiento de morada y robo, etc., si a cambio te lías a tiros o a puñaladas. Pero lo lee todo el mundo y, la mayoría, lo que dice, incluido los políticos, ya estamos, te regalan cantos de sirena para los oídos.
Salu2




Amigo mio... siento mucho discrepar contigo, yo soy un tipo normal, decente como el que más, honrado trabajador padre de familia.... y tengo armas, y muchas, (15) y de todos los tamaños, calibres, y capacidad de hacer mucha pupa. Yo nunca he cazado, no me gusta, pero tengo armas de caza, yo no he ido a una guerra, pero engo armas de guerra, nunca he matado, pero tengo armas que matan, y sigo siendo honrado, decente y trabajador, pero soy muy aficionado al tiro olimpico, estoy federado, tengo todos los permisos en regla y me gusta hacerle agujeros a una diana a 25, 50 100 ó 200 metros, y no estoy loco, no soy agresivo, soy honrado y nunca he tenido ningun problema.
Quiero que entiendas que igual que tu dices que los que tenemos armas no somos honrados, decentes, y no nos temblaria la mano a la hora de disparar hasta a la nevera, si me ocurriera que entra alguien a mi casa, si voy a una habitación, cojo una llave, me voy a otra habitación, abro la caja fuerte, me voy a otra habitación, cojo al menos una bala y me voy en busca del "chorizo", le he dado tiempo a este de robarme hasta los calcetines, y de muchas mas cosas que no quiero ni pensar, seria mas rapido coger un cuchillo de la cocina y..... ¿o tu no tienes cuchillos en tu casa?, y supongo que eres honrado, decente y trabajador. Nos nos mires como bichos raros porque nos gusten las armas, igual que no te gusta que te miren como un loco mascachapas que vas haciendo el loco y jugandote la vida porque te gustan las motos. Como en todos los colectivos, siempre hay una oveja negra, pero no nos metas a todos en el mismo saco.
Y sigo siendo honrado, decente, normal y trabajador.


[/quote]
cowboy, estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo tambien soy tirador olimpico y no soy cazador., pero...¡¡Es tan fácil hablar y opinar sin conocimiento.....!!


Hoy me adelantó un tio en una moto, en plena curva, haciendo el imbécil...y no por ello todos son así. Tendría prisa.
 
cowboy dijo:
[quote author=FSY link=1242894616/0#9 date=1243060778]Salu2




Amigo mio... siento mucho discrepar contigo, yo soy un tipo normal, decente como el que más, honrado trabajador padre de familia.... y tengo armas, y muchas, (15) y de todos los tamaños, calibres, y capacidad de hacer mucha pupa. Yo nunca he cazado, no me gusta, pero tengo armas de caza, yo no he ido a una guerra, pero engo armas de guerra, nunca he matado, pero tengo armas que matan, y sigo siendo honrado, decente y trabajador, pero soy muy aficionado al tiro olimpico, estoy federado, tengo todos los permisos en regla y me gusta hacerle agujeros a una diana a 25, 50 100 ó 200 metros, y no estoy loco, no soy agresivo, soy honrado y nunca he tenido ningun problema.
Quiero que entiendas que igual que tu dices que los que tenemos armas no somos honrados, decentes, y no nos temblaria la mano a la hora de disparar hasta a la nevera, si me ocurriera que entra alguien a mi casa, si voy a una habitación, cojo una llave, me voy a otra habitación, abro la caja fuerte, me voy a otra habitación, cojo al menos una bala y me voy en busca del "chorizo", le he dado tiempo a este de robarme hasta los calcetines, y de muchas mas cosas que no quiero ni pensar, seria mas rapido coger un cuchillo de la cocina y..... ¿o tu no tienes cuchillos en tu casa?, y supongo que eres honrado, decente y trabajador. Nos nos mires como bichos raros porque nos gusten las armas, igual que no te gusta que te miren como un loco mascachapas que vas haciendo el loco y jugandote la vida porque te gustan las motos. Como en todos los colectivos, siempre hay una oveja negra, pero no nos metas a todos en el mismo saco.
Y sigo siendo honrado, decente, normal y trabajador.


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Estoy contigo...y yo no tengo ni un arma y no soy cazador,pero tienes toda la razon y a nosotos con las motos nos pasa eso que nos meten en el saco de los locos.... ;)
 
Totalemente de acuerdo con Cowboy y tampoco tengo armas, pero si las tendría si existiese una legislación que me protegiera frente a los H.P. que son amigos de lo ajeno.
Por una Asociación de Amigos del Rifle Española.
 
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