
El médico, muy amable y con deseos de solucionar el caso, le hace el amor a la muchacha, de una manera formidable.
La muchacha se puso irreconocible, contenta y feliz.
El médico, acomodándose la ropa, se vuelve hacia el muchacho, quien estaba mirando todo el espectáculo, y le explica:
- "Esto es lo que su mujer necesita, cuando menos, tres veces a la semana. -"Bueno, doctor, ¿y se la traigo lunes, miércoles y viernes, o martes, jueves y sábado?
