Cuando nosotros estuvimos en Roma hace dos o tres años, volamos al aeropuerto de Fiumicino, que te deja a unos 20-25 km de Roma. En el Aeropuerto hay terminal de tren que te lleva a Roma. Creo recordar que hay dos alternativas: una "express" casi sin paradas, algo más cara, y otra que es más como un cercanías, con más paradas, más barata, pero vamos, que ni en tiempo ni en dinero la diferencia era abismal. Creo recordar que a la ida cogimos el "expres" y a la vuelta el "cercanías". Eso sí: la organización es un poco caótica, falta señalización... pero la gente ayuda y no acaba habiendo grandes problemas.
Al llegar a Roma, en la estación de Termini (muy céntrica) ya pasamos a metros y buses. Claro, dependiendo de donde te alojes, pues te organizas. Un comentario acerca de los metros y sobre todo de los buses: lo suyo es comprarse un bono que dura no sé si un par de días o tres. Cuando empiezas a usarlo, te sientes como un poco gilipollas, porque parece que eres el único que ha pagado por el billete: allí todo didos se sube y se baja sin enseñar ni picar el billete. Claro: eso es tentador cuando te toca renovar bono, pero yo no me juagaría el buen discurrir del vieje por unos pocos euros, porque como te pillen (si hacen una "inspección sorpresa) pagas el ahorro multiplicado por cien, doscientos o yo qué sé. No saliendo de Roma, obviamente ni te plantees alquilar un coche. Y menos cuando véas cómo conducen allí los mendas :lipsrsealed:
Vamos a lo importante:
Cuánto tiempo estar: nosotros estuvimos cuatro días y medio, y no salimos de Roma, de tantísimo que tiene que ver. Lo que no quita para que, si se quiere, se salga, claro. Eso ya al gusto del consumidor. A lo que voy es que cuatro días no son demasiados para Roma.
Qué ver: pufff, hay tanto.... El Coliseo (impresionante), el Foro romano y en él la tumba de Julio César (que está ahí, en el suelo, como si tal cosa), el monte Palitino, la Fontana de Trevi, la Plaza de España, La Plaza del Pueblo, los muesos capitolinos, el Circo Máximo, el Panteón, el castillo de San Ángelo, el palacio/monumento a Víctor Manuel II, pasear viendo los puentes del Tíber... etc, etc... Y por supuesto el Vaticano, la Plaza de San Pedro y la Basílica de San Pedro. Muy recomendable, por no decir imprescindible, subir a la visita que hacen por la cubierta de la basílica: se tienen unas vistas realmente espectaculares. Nosotros renunciamos a ver los muesos vaticanos, y en los mismos la Capilla Sixtina, porque o te metías un madrugón del copón, o j*días medio día haciendo cola. Y había tantas otras cosas por ver que pasamos del madrugón y de la cola.
Nosotros nos lo montamos todo por nuestra cuenta, nada de paquetes turísticos ni visitas guiadas. Para bien la libertad que tienes, y para mal que seguro que te pierdes detalles, historias y anécdotas que o te las cuenta alguien que sabe, o no las disfrutas. Eso, al gusto de cada cual.
También te recomiendo que os compréis una especie de pase turístico (no recuedo como se llamaba, soy un desastre, pero era algo así como "Roma Pass") que hay para ver los monumentos que son de pago (por ejemplo, el Coliseo), ya que con dicho pase, además de ahorrarte dinero respecto a comprar entradas sueltas, entras por unas entradas "vip" sin hacer cola.
Hay tanto que ver que pateando por la ciudad a veces te encuentas con ruinas que acaban de descubrir haciendo una obra, que las tienen ahí con vallas de obra y da la sensación de que dicen, "j*der, más estatuas... anda ponle una vallas, y a ver si las catalogamos cuando acabemos con las chorrocientasmil que aún están pendientes de ello".
Nos llamó mucho la atención que allí en los monumentos te dan una libertad bestial a la que no estamos acostumbrados en España. Vamos: que puedes tocar, andar, apoyarte aquí y allá, fotogafiar absolutamente todo... No te digo trepar, pero casi. Es de agradecer, y lo suyo es responder comportándose civilizadamente (hay quien no lo hace, y al final pagamos justos por pecadores).
En cuanto a la comida, pues nosotros nos pusimos hasta las cejas de pizza y pasta (cómo no), e intentábamos ir a los lugares a donde iban los autóctonos, no a los dirigidos a turistas ni a cadenas de restaurantes, sino a baretos y restaurantes "de barrio". Por supuesto también hay restaurantes buenos donde comer buena carne y buen pescado, que no todo son pizzas, calzones y tortellinis... Lo suyo es alternar los unos y los otros.
No me quiero enrollar más. Sólo recomendaros que llevéis calzado lo más cómodo posible (yo creo que en ningún viaje he andado más que en Roma) y tarjetas de sobra para la cámara de fotos. Las agotarás.
Seguro que lo pasáis en grande, ya lo verás.
Vsss