Al encontrar unas fotos en papel guardadas en un cajón, echo la mirada atrás y sonrío recordando otros tiempos no tan lejanos.
Mi primer viaje en moto lo hice solo, en una vespa, sin botas (llevaba unas chanclas que guardaba en la guantera de la moto mientras conducía), sin guantes, en camiseta y bañador… eso sí, con un casco integral (y un quitamultas para moverme más cómodo al llegar al sitio). La idea era hacer unos 100km hasta llegar a la playa más próxima y una vez allí acampar unos días. Cosa que no sucedió (esa vez)… me dije, “podría llegar a Faro….” Y llegué. Lo que no esperaba encontrarme eran esos mosquitos enormes sedientos de mi sangre en el camping…así que al día siguiente decidí seguir un poco más el viaje hasta Lisboa. [Sevilla-Huelva-Faro 200km]
salida a Portugal por Huelva
Tuve que tomar la decisión de comer poco para poder darle gasolina a la vespa, y beber mucho para no coger una insolación en el camino, calor, hacía mucho calor (era estudiante y no tenía dinero para lo más imprescindible –compré una pastilla de jabón que me servía para todo, lavar la ropa, lavarme yo, limpiarme los dientes….puaj, pero es lo que había).
Por el camino me crucé con muchos moteros, la mayoría saludaban al cruzarnos o al adelantarme, yo correspondía con una sonrisa que no se veía debajo del casco y levantando la mano… me gustaba y me daba ánimos seguir hacia arriba en el mapa.
gente maja en las gasolineras
Y llegue a Lisboa, atravesar el puente era acojonantemente excitante (miras hacia abajo y se ve a través del suelo mallado, a no sé cuantos tropecientos metros de altura, la superficie del río Tajo) y la ciudad al fondo esperándome, me sentía vivo… nunca había estado allí, tenía ganas de conocer esa ciudad.
entrada en Lisboa
Encontré un albergue con habitación compartida en el centro, bien de precio, solté chismes y recorrí la ciudad callejeando en la moto y parando en todo sitio que me parecía interesante…
plaza del Comercio
Por la noche, después de la visita turística durante el día, salí de copas con algunos compañeros de habitación del albergue (bueno, copas no, cervezas que era para lo que llegaba después de haberme comido un kilo de uvas que estaba en oferta en una frutería y un bollo de pan). Estuve un par de días y tenía que volver, porque no daba para más el resto de dinero que había guardado para la gasolina de vuelta…pero pensé que en León tenía una amiga y podría darle una sorpresa visitándola sin avisar. Ella podría dejarme dinero para la vuelta y yo se lo devolvería al llegar a Sevilla haciéndole un ingreso en su cuenta… decidido, continué la subida hacia Oporto. [Faro-Lisboa 280km]
-A partir de aquí no hay más fotos, ya que la cámara desechable de cartón que llevaba de propaganda no dio más de sí-
Seguí el camino cantando a grito limpio mientras conducía, parando cada 100 km para echar gasolina (desmontando y volviendo a montar todos los chismes que llevaba atados con cuerdas), hasta que llegue a Oporto con los brazos y las piernas ya achicharrados por el sol y el viento. Allí me empezó a dar problemas la moto, que se había comportado hasta entonces como una campeona. No explosionaba bien, le cambié la bujía y listo….. se me partió al poco uno de los cables del cambio de marchas…. fácil, cable nuevo y no me volvió a rechistar la máquina. Vuelta de rigor por Oporto, paseo a pié, conversaciones con desconocidos….. y camping en las afueras para dormir. [Lisboa-Oporto 320km]
Al día siguiente tracé ruta hacia el interior para salir de Portugal por Orense y llegar a León. Unos puertos de montaña, un café por el camino, un incendio forestal… y se me hizo de noche… tenía que llegar a La Bañeza (León) esa noche y aun quedaba bastante camino. Seguía con la ropa de viaje que llevaba al principio. El bañador y la camiseta, las chanclas en la guantera de la moto y el casco… y empezó a hacer frío. Paré en una gasolinera y me puse los pantalones que llevaba en el equipaje (rotos por el camino), dos camisetas y una sudadera… y seguía teniendo frío…volví a parar y me eché en lo alto la toalla de playa que llevaba…. y seguía teniendo frío….volví a parar en una gasolinera y pedí bolsas de plástico para cortar el viento en el pecho ya que no tenían periódicos….. y seguía teniendo frío (joe, si es que iba de fin de semana a la playa a Matalascañas!!!) Por acortar y evitar la autovía por la noche en un vehículo más lento que los coches, me metí por una comarcal que no pasaba nadie y la moto empezó a andar a trompicones. No podía parar si podía seguir, era ya noche cerrada y allí en medio lo único que iluminaba era el faro de la moto…
Entré en La Bañeza a las dos de la mañana, tiritando y sin saber lo que le pasaba a la moto !Por lo menos llegué! Allí nadie me esperaba, claro, no había avisado. Localicé el bar donde solía quedar la cuadrilla de mi amiga y los encontré. Me miraban sin saber quién era, yo con el casco puesto y hecho unas pintas con la toalla de playa reliada por encima… tras quitarme el casco y saludar tiritando de frío pregunte por mi amiga y me dijeron que había tenido que ir a Sevilla….Dios! y ahora que hago sin dinero para volver??!! [Oporto-La Bañeza 340km]
Hablé con ella por teléfono y me dijo que al día siguiente volvería de vuelta, menos mal ¡! pensé aliviado. Bueno, lo primero era calentarse, no podía ni hablar, ni fumarme un cigarrillo con el tembleque… sin comer me zumbé cuatro copas de coñac y entré en calor, pero se me subieron a la cabeza más rápido de lo que bajaron al estomago…. allí pasé unos días de fiesta, coincidió sin yo saberlo, con las carreras clásicas de La Bañeza en agosto. La vespa estaba aparcada en medio de una fila de todo tipo de motos venidas de un montón de sitios, me preguntaban por la matricula si había venido de Sevilla con ella y decía que sí, pero que lo había hecho subiendo por Portugal...jeje, me ponía ancho oyendo el ! venga ya! Me sentía bien en ese ambiente que me había encontrado sin querer… en esos días localicé el problema que me estaba dando la moto al llegar allí, tenía partida la pipa de la bujía…seguramente en Oporto al cambiarle la bujía la forcé demasiado y terminó por romper, así que la sustituí y perfecta otra vez para continuar el viaje de vuelta.
Me despedí saliendo tarde, la noche anterior no dejaron que fuera a dormir cuando tenía que haberlo hecho, con intención de hacer La Bañeza-Sevilla del tirón…. Así que bajé por la antigua Ruta de la Plata (hoy ya casi todo autovía) parando sólo para repostar….100km, desmontar bultos, echar gasolina, montar bultos…. 100km , desmontar bultos…. En Cáceres me da el alto la Guardia Civil, nada más parar pregunto con guasa (la que cabe con la benemerita), agente, no será por exceso de velocidad? Y me dice que llevo la luz fundida (era de día, pero ya era obligatorio para las motos tenerla siempre encendida)… lo compruebo y efectivamente, se me había fundido la corta. Le comento que me había cruzado en el camino con varias parejas de la guardia civil y que ninguno me había dado el alto por eso, que se me habría debido fundir hacía poco. Total, que si llevaba de repuesto, que no llevaba, que me tenía que multar por eso… le digo que pondría la larga, que en la vespa era como llevar otra corta, y para evitar la multa le digo, agente, demasiado que salí de Sevilla, he ido por no sé donde, hasta no sé donde, y vuelvo ya de vuelta… me dice, con esto???! llama al compañero, hablamos los tres del viaje y me dejan seguir sin multa, menos mal. Se comportaron. Por la hora que era ya, y con la luz larga (que repito era como llevar la corta puesta) no me atreví a seguir a oscuras, así que paré en un camping en las afueras de Mérida para pasar la noche. [La Bañeza-Mérida 505km]
Ya tenía ganas de llegar a Sevilla, cuando estas cerca de casa te acuerdas de lo que es tu cama, la ducha, una nevera llena… así que temprano, desmonté la tienda, recogí todo y lo até a la parte de atrás para seguir camino…. Llegué a Sevilla a la hora de comer, y sin importarme lo que pensaran los que tenia al lado en los coches, le di un beso a la vespa en el primer semáforo que paré gritándole ¡de puta madre! [Mérida-Sevilla 200km]
En total fueron unos 1845 km, a velocidad de 90-100km/h, con 40.000 pts en el bolsillo para todo... aún conservo la cara de felicidad cada vez que recuerdo esa escapada y lo hago cada vez que oigo una canción que me gusta mucho de Sabina “cuando era más joven”
http://www.youtube.com/watch?v=hRji...&hl=es&emb=0&aq=f&feature=player_embedded
Mi primer viaje en moto lo hice solo, en una vespa, sin botas (llevaba unas chanclas que guardaba en la guantera de la moto mientras conducía), sin guantes, en camiseta y bañador… eso sí, con un casco integral (y un quitamultas para moverme más cómodo al llegar al sitio). La idea era hacer unos 100km hasta llegar a la playa más próxima y una vez allí acampar unos días. Cosa que no sucedió (esa vez)… me dije, “podría llegar a Faro….” Y llegué. Lo que no esperaba encontrarme eran esos mosquitos enormes sedientos de mi sangre en el camping…así que al día siguiente decidí seguir un poco más el viaje hasta Lisboa. [Sevilla-Huelva-Faro 200km]

Tuve que tomar la decisión de comer poco para poder darle gasolina a la vespa, y beber mucho para no coger una insolación en el camino, calor, hacía mucho calor (era estudiante y no tenía dinero para lo más imprescindible –compré una pastilla de jabón que me servía para todo, lavar la ropa, lavarme yo, limpiarme los dientes….puaj, pero es lo que había).

Por el camino me crucé con muchos moteros, la mayoría saludaban al cruzarnos o al adelantarme, yo correspondía con una sonrisa que no se veía debajo del casco y levantando la mano… me gustaba y me daba ánimos seguir hacia arriba en el mapa.

Y llegue a Lisboa, atravesar el puente era acojonantemente excitante (miras hacia abajo y se ve a través del suelo mallado, a no sé cuantos tropecientos metros de altura, la superficie del río Tajo) y la ciudad al fondo esperándome, me sentía vivo… nunca había estado allí, tenía ganas de conocer esa ciudad.

Encontré un albergue con habitación compartida en el centro, bien de precio, solté chismes y recorrí la ciudad callejeando en la moto y parando en todo sitio que me parecía interesante…

Por la noche, después de la visita turística durante el día, salí de copas con algunos compañeros de habitación del albergue (bueno, copas no, cervezas que era para lo que llegaba después de haberme comido un kilo de uvas que estaba en oferta en una frutería y un bollo de pan). Estuve un par de días y tenía que volver, porque no daba para más el resto de dinero que había guardado para la gasolina de vuelta…pero pensé que en León tenía una amiga y podría darle una sorpresa visitándola sin avisar. Ella podría dejarme dinero para la vuelta y yo se lo devolvería al llegar a Sevilla haciéndole un ingreso en su cuenta… decidido, continué la subida hacia Oporto. [Faro-Lisboa 280km]
-A partir de aquí no hay más fotos, ya que la cámara desechable de cartón que llevaba de propaganda no dio más de sí-
Seguí el camino cantando a grito limpio mientras conducía, parando cada 100 km para echar gasolina (desmontando y volviendo a montar todos los chismes que llevaba atados con cuerdas), hasta que llegue a Oporto con los brazos y las piernas ya achicharrados por el sol y el viento. Allí me empezó a dar problemas la moto, que se había comportado hasta entonces como una campeona. No explosionaba bien, le cambié la bujía y listo….. se me partió al poco uno de los cables del cambio de marchas…. fácil, cable nuevo y no me volvió a rechistar la máquina. Vuelta de rigor por Oporto, paseo a pié, conversaciones con desconocidos….. y camping en las afueras para dormir. [Lisboa-Oporto 320km]
Al día siguiente tracé ruta hacia el interior para salir de Portugal por Orense y llegar a León. Unos puertos de montaña, un café por el camino, un incendio forestal… y se me hizo de noche… tenía que llegar a La Bañeza (León) esa noche y aun quedaba bastante camino. Seguía con la ropa de viaje que llevaba al principio. El bañador y la camiseta, las chanclas en la guantera de la moto y el casco… y empezó a hacer frío. Paré en una gasolinera y me puse los pantalones que llevaba en el equipaje (rotos por el camino), dos camisetas y una sudadera… y seguía teniendo frío…volví a parar y me eché en lo alto la toalla de playa que llevaba…. y seguía teniendo frío….volví a parar en una gasolinera y pedí bolsas de plástico para cortar el viento en el pecho ya que no tenían periódicos….. y seguía teniendo frío (joe, si es que iba de fin de semana a la playa a Matalascañas!!!) Por acortar y evitar la autovía por la noche en un vehículo más lento que los coches, me metí por una comarcal que no pasaba nadie y la moto empezó a andar a trompicones. No podía parar si podía seguir, era ya noche cerrada y allí en medio lo único que iluminaba era el faro de la moto…
Entré en La Bañeza a las dos de la mañana, tiritando y sin saber lo que le pasaba a la moto !Por lo menos llegué! Allí nadie me esperaba, claro, no había avisado. Localicé el bar donde solía quedar la cuadrilla de mi amiga y los encontré. Me miraban sin saber quién era, yo con el casco puesto y hecho unas pintas con la toalla de playa reliada por encima… tras quitarme el casco y saludar tiritando de frío pregunte por mi amiga y me dijeron que había tenido que ir a Sevilla….Dios! y ahora que hago sin dinero para volver??!! [Oporto-La Bañeza 340km]
Hablé con ella por teléfono y me dijo que al día siguiente volvería de vuelta, menos mal ¡! pensé aliviado. Bueno, lo primero era calentarse, no podía ni hablar, ni fumarme un cigarrillo con el tembleque… sin comer me zumbé cuatro copas de coñac y entré en calor, pero se me subieron a la cabeza más rápido de lo que bajaron al estomago…. allí pasé unos días de fiesta, coincidió sin yo saberlo, con las carreras clásicas de La Bañeza en agosto. La vespa estaba aparcada en medio de una fila de todo tipo de motos venidas de un montón de sitios, me preguntaban por la matricula si había venido de Sevilla con ella y decía que sí, pero que lo había hecho subiendo por Portugal...jeje, me ponía ancho oyendo el ! venga ya! Me sentía bien en ese ambiente que me había encontrado sin querer… en esos días localicé el problema que me estaba dando la moto al llegar allí, tenía partida la pipa de la bujía…seguramente en Oporto al cambiarle la bujía la forcé demasiado y terminó por romper, así que la sustituí y perfecta otra vez para continuar el viaje de vuelta.
Me despedí saliendo tarde, la noche anterior no dejaron que fuera a dormir cuando tenía que haberlo hecho, con intención de hacer La Bañeza-Sevilla del tirón…. Así que bajé por la antigua Ruta de la Plata (hoy ya casi todo autovía) parando sólo para repostar….100km, desmontar bultos, echar gasolina, montar bultos…. 100km , desmontar bultos…. En Cáceres me da el alto la Guardia Civil, nada más parar pregunto con guasa (la que cabe con la benemerita), agente, no será por exceso de velocidad? Y me dice que llevo la luz fundida (era de día, pero ya era obligatorio para las motos tenerla siempre encendida)… lo compruebo y efectivamente, se me había fundido la corta. Le comento que me había cruzado en el camino con varias parejas de la guardia civil y que ninguno me había dado el alto por eso, que se me habría debido fundir hacía poco. Total, que si llevaba de repuesto, que no llevaba, que me tenía que multar por eso… le digo que pondría la larga, que en la vespa era como llevar otra corta, y para evitar la multa le digo, agente, demasiado que salí de Sevilla, he ido por no sé donde, hasta no sé donde, y vuelvo ya de vuelta… me dice, con esto???! llama al compañero, hablamos los tres del viaje y me dejan seguir sin multa, menos mal. Se comportaron. Por la hora que era ya, y con la luz larga (que repito era como llevar la corta puesta) no me atreví a seguir a oscuras, así que paré en un camping en las afueras de Mérida para pasar la noche. [La Bañeza-Mérida 505km]
Ya tenía ganas de llegar a Sevilla, cuando estas cerca de casa te acuerdas de lo que es tu cama, la ducha, una nevera llena… así que temprano, desmonté la tienda, recogí todo y lo até a la parte de atrás para seguir camino…. Llegué a Sevilla a la hora de comer, y sin importarme lo que pensaran los que tenia al lado en los coches, le di un beso a la vespa en el primer semáforo que paré gritándole ¡de puta madre! [Mérida-Sevilla 200km]
En total fueron unos 1845 km, a velocidad de 90-100km/h, con 40.000 pts en el bolsillo para todo... aún conservo la cara de felicidad cada vez que recuerdo esa escapada y lo hago cada vez que oigo una canción que me gusta mucho de Sabina “cuando era más joven”
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