Hay otro hilo en esta misma sección titulado, ¿Cuánto aguantan las K actuales?
El tema lo encuentro muy interesante, pero cada vez que leo en él irremediablemente siento que el tema está incompleto sino se habla también de todo lo que de bueno nos ofrecen estas monturas: nuestras K´s
Por eso, he titulado éste así:
¿Cuánta diversión nos dan las K's?
¿Cuánto se puede llegar a disfrutar con una K actual?
Y digo esto porque para mí al menos, creo que de todas las motos que he tenido (y son unas cuantas...), la Beeme --como a mí me gusta llamarla-- es la que más problemillas me ha dado, pero es y ha sido con diferencia la moto con la que por más tiempo me he divertido y sigo divirtiendo, la que más facetas de mi vida motera llena.
He dicho problemillas, porque hasta ahora no he tenido ningún problema serio. Todo han sido pequeñas cosas --desencantos-- que se han solucionado fácilmente. Y ya son 55 mil km en tres años y medio que la tengo...(que no los considero muchos, porque la alterno con otras motos).
Ya la compré a sabiendas de dónde me metía: mi hermano tenía la primera, la de 2006, y le hizo 92.000 km sin más problemas que los de un uso intensivo y sin miramientos de ninguna especie.
Sus cualidades para mí son inigualables, al menos desde la perspectiva de todas las áreas en las que cumple más que satisfactoriamente:
Como deportiva
A pesar de su aspecto y peso, puede ser llevada como una deportiva sin apenas concesiones. De hecho, bien llevada y con ganas, muchas motos con más erres, quedan inevitablemente detrás.
Tan solo las ERRES de mil --para mí, palabras mayores, hablando de deportivas y en buenas manos--, te dejan atrás....pero es que hablamos de velocidades y ritmos más propios de un circuito.
Como Trail
Cuando la legión de GS y Gesitas (por la 800), se ponen a andar por cualquiera de nuestras carreteras de montaña, muchas motos no pueden seguir el ritmo, perdiéndose por más que su piloto se empeñe. La GT, hasta ahora, nunca --por más revirada y de mal asfalto que la carretera haya sido-- ha perdido de vista más allá de unos metros a la rápida trail que la precedía. Y si el piloto en cabeza bajaba el ritmo, la gran GT podía permitirse el lujo, sin vergüenza alguna, de erigirse en cabeza de grupo.
Y luego........, en cuanto la carretera se abría un poco, sólo tenías que abrir con ganas el acelerador, para dejar irremisiblemente atrás a las rápidas GS.
Como Turismo
No llega a la comodidad de las verdaderas turismo, de magníficos carenados y asientos supercómodos, como puedan ser la RT, la Trophy o la Paneuro, tan solo por hablar de motos que he tenido el gusto de llevar. Pero su comodidad es mucha y te permite, con sólo mínimos cambios y adaptación, ir cómodamente en compañía de tu pareja, recorrer grandes distancias, sin importante apenas el tiempo que haga (sólo el estío extremo la asusta un poco y te pide un poco de reposo, en espera de tiempos mejores --más frescos--).
Al igual que las buenas motos de turismo, ella sólo espera cualquier destino que le propongas. Todos le van bien....¡y cualquier ritmo!...despacio, normal, rápido, sport....todo le viene bien.
Como Urbanita
De la manera que están las ciudades, la moto se ha vuelto casi imprescindible. Pero hay motos que son un suplicio llevarlas en ella.
Mi GT ha ido casi todos los días del año al trabajo, ida y vuelta, sin rechistar lo más mínimo. Es cierto que a veces el ralentí se le disparaba, y otras, que se quejaba de llevar todos los artilugios eléctricos conectados, calando el motor en cualquier semáforo. Pero han sido hechos puntuales. Y a pesar de aguardarme siempre en la calle a la salida del trabajo, con frío o calor extremos, jamás en estos casi cuatro años, ha dejado de llevarme y traerme, hayan caído gotas o aguaceros...Y siempre ha estado lista para enfilar cualquier ruta del domingo con los amigos.
A menudo sin las maletas, se ha convertido en un auténtico escualo entre los coches, desenvolviéndose con gran soltura, agilidad y ligereza. Todavía me sorprende cómo, a pesar de los muchos kilos (los suyos, pero también los míos), toma las rotondas de mi ciudad, siempre con igual certeza y con una facilidad pasmosa.
Es verdad que el cambio no es muy fino, y que los cataclonks al meter primera, pueden hacerte perder la dentadura, si no estás atento apretando con firmeza la mandíbula......; que gruñe casi siempre al salir de los semáforos.....; y que si la llevas con un poco de rabia y desdén, justo como harías con una chica hermosa pero difícil --si tuvieras la suerte de que depositara en ti sus atenciones--, todo en ella entonces se vuelve dulzura y contenida potencia.
Notas entonces como te sonríe con el mejor de sus rugidos, como sus frenos potentes están prestos para actuar con la mejor de las firmezas, y que el ABS y el control de tracción mantienen todo en orden, por más que entonces tú te empeñes en hacer muestra de que eres quien manda, quien la maneja con mano férrea y decidida. Ella nunca te hace un feo, nunca un extraño...
Ahora, es verdad que desde hace unos añitos le ha salido una prima hermana, despampanante y hermosa, de la que según dicen es también esbelta y deliciosa. La llaman K1600....y aunque me quita el sueño, la verdad, me duele desprenderme de mi moto. Así que de momento.....veremos..
El tema lo encuentro muy interesante, pero cada vez que leo en él irremediablemente siento que el tema está incompleto sino se habla también de todo lo que de bueno nos ofrecen estas monturas: nuestras K´s
Por eso, he titulado éste así:
¿Cuánta diversión nos dan las K's?
¿Cuánto se puede llegar a disfrutar con una K actual?
Y digo esto porque para mí al menos, creo que de todas las motos que he tenido (y son unas cuantas...), la Beeme --como a mí me gusta llamarla-- es la que más problemillas me ha dado, pero es y ha sido con diferencia la moto con la que por más tiempo me he divertido y sigo divirtiendo, la que más facetas de mi vida motera llena.
He dicho problemillas, porque hasta ahora no he tenido ningún problema serio. Todo han sido pequeñas cosas --desencantos-- que se han solucionado fácilmente. Y ya son 55 mil km en tres años y medio que la tengo...(que no los considero muchos, porque la alterno con otras motos).
Ya la compré a sabiendas de dónde me metía: mi hermano tenía la primera, la de 2006, y le hizo 92.000 km sin más problemas que los de un uso intensivo y sin miramientos de ninguna especie.
Sus cualidades para mí son inigualables, al menos desde la perspectiva de todas las áreas en las que cumple más que satisfactoriamente:
Como deportiva
A pesar de su aspecto y peso, puede ser llevada como una deportiva sin apenas concesiones. De hecho, bien llevada y con ganas, muchas motos con más erres, quedan inevitablemente detrás.
Tan solo las ERRES de mil --para mí, palabras mayores, hablando de deportivas y en buenas manos--, te dejan atrás....pero es que hablamos de velocidades y ritmos más propios de un circuito.
Como Trail
Cuando la legión de GS y Gesitas (por la 800), se ponen a andar por cualquiera de nuestras carreteras de montaña, muchas motos no pueden seguir el ritmo, perdiéndose por más que su piloto se empeñe. La GT, hasta ahora, nunca --por más revirada y de mal asfalto que la carretera haya sido-- ha perdido de vista más allá de unos metros a la rápida trail que la precedía. Y si el piloto en cabeza bajaba el ritmo, la gran GT podía permitirse el lujo, sin vergüenza alguna, de erigirse en cabeza de grupo.
Y luego........, en cuanto la carretera se abría un poco, sólo tenías que abrir con ganas el acelerador, para dejar irremisiblemente atrás a las rápidas GS.
Como Turismo
No llega a la comodidad de las verdaderas turismo, de magníficos carenados y asientos supercómodos, como puedan ser la RT, la Trophy o la Paneuro, tan solo por hablar de motos que he tenido el gusto de llevar. Pero su comodidad es mucha y te permite, con sólo mínimos cambios y adaptación, ir cómodamente en compañía de tu pareja, recorrer grandes distancias, sin importante apenas el tiempo que haga (sólo el estío extremo la asusta un poco y te pide un poco de reposo, en espera de tiempos mejores --más frescos--).
Al igual que las buenas motos de turismo, ella sólo espera cualquier destino que le propongas. Todos le van bien....¡y cualquier ritmo!...despacio, normal, rápido, sport....todo le viene bien.
Como Urbanita
De la manera que están las ciudades, la moto se ha vuelto casi imprescindible. Pero hay motos que son un suplicio llevarlas en ella.
Mi GT ha ido casi todos los días del año al trabajo, ida y vuelta, sin rechistar lo más mínimo. Es cierto que a veces el ralentí se le disparaba, y otras, que se quejaba de llevar todos los artilugios eléctricos conectados, calando el motor en cualquier semáforo. Pero han sido hechos puntuales. Y a pesar de aguardarme siempre en la calle a la salida del trabajo, con frío o calor extremos, jamás en estos casi cuatro años, ha dejado de llevarme y traerme, hayan caído gotas o aguaceros...Y siempre ha estado lista para enfilar cualquier ruta del domingo con los amigos.
A menudo sin las maletas, se ha convertido en un auténtico escualo entre los coches, desenvolviéndose con gran soltura, agilidad y ligereza. Todavía me sorprende cómo, a pesar de los muchos kilos (los suyos, pero también los míos), toma las rotondas de mi ciudad, siempre con igual certeza y con una facilidad pasmosa.
Es verdad que el cambio no es muy fino, y que los cataclonks al meter primera, pueden hacerte perder la dentadura, si no estás atento apretando con firmeza la mandíbula......; que gruñe casi siempre al salir de los semáforos.....; y que si la llevas con un poco de rabia y desdén, justo como harías con una chica hermosa pero difícil --si tuvieras la suerte de que depositara en ti sus atenciones--, todo en ella entonces se vuelve dulzura y contenida potencia.
Notas entonces como te sonríe con el mejor de sus rugidos, como sus frenos potentes están prestos para actuar con la mejor de las firmezas, y que el ABS y el control de tracción mantienen todo en orden, por más que entonces tú te empeñes en hacer muestra de que eres quien manda, quien la maneja con mano férrea y decidida. Ella nunca te hace un feo, nunca un extraño...
Ahora, es verdad que desde hace unos añitos le ha salido una prima hermana, despampanante y hermosa, de la que según dicen es también esbelta y deliciosa. La llaman K1600....y aunque me quita el sueño, la verdad, me duele desprenderme de mi moto. Así que de momento.....veremos..