He sido propietario de 3 GS, desde la 80 de carburación, hasta la Adventure que es un PC con ruedas, he realizado más de 100.000 km en estas monturas, y ahora por diferentes motivos me decidí por una K.
No llevo más de 1.000 km… pero ya sabía que las diferencias era muchas… y tenía el deseo de volver a conducir una montura exigente. No s que la GS no lo sea, pero te lo facilita todo, te lo perdona todo, y cualquier piloto con habilidad es capaz de mantener un buen ritmo.
Desde la K todo se ve de otra manera. En las primeras horas, la K se comporta como si al aparador de mi casa le coloco un par de ruedas. No quiere entrar en curvas, la aceleración aunque contundente, no es inmediata, no tolera con facilidad cambios de trazada, y lleva freno trasero independiente. Esto último que parece una obviedad, no lo es tanto. Después de más de 10 años acostumbrado a la frenada repartida te olvidas por completo del uso del freno trasero.
Sin embargo, a pesar de todas las diferencias me gusta conducir la K. Tienes que volver a recordar muchos conceptos. “Contramanillear” ya no es un juego como ocurría con la GS, ahora es una necesidad. La frenada está en la K, es una excelente frenada, pero se esconde tras un esfuerzo considerable en la maneta…. Y además se hunde la horquilla… y no la moto entera. Esto parece otra obviedad, pero aunque en campo con la de enduro la horquilla se hunde, no es lo mismo que cuando se hunde a más de 140 km/h.
Y el motor, eso es lo que más me gusta. Una moto que con suavidad, en 5 marcha (por cierto una 6 no le venía mal) es capaz de ir desde 60 km/h a más de 200 km/h. Sin alterarse, y si lo haces con suavidad, casi sin notarlo.
En general, como todas las BMW, es una moto que requiere muchas más horas de conducción para que aprendamos a conocernos mutuamente, sin embargo, hay algo que llama poderasamente la atención, y es el deseo de hacer kilómetros con la K. Después de hacer más de 500 km casi todos por autovía, no me cansé (demasiado). Me los pasé descubriendo como entrar en curvas, como hacer trazadas, como frenar y cómo acelerar.
Me falta mucha confianza. He heredado los neumáticos del anterior propietario, y en cuanto tenga manejo los sustituiré por otros que me ofrezcan más fiabilidad.
Seguiré disfrutando y leyendo vuestros consejos.
No llevo más de 1.000 km… pero ya sabía que las diferencias era muchas… y tenía el deseo de volver a conducir una montura exigente. No s que la GS no lo sea, pero te lo facilita todo, te lo perdona todo, y cualquier piloto con habilidad es capaz de mantener un buen ritmo.
Desde la K todo se ve de otra manera. En las primeras horas, la K se comporta como si al aparador de mi casa le coloco un par de ruedas. No quiere entrar en curvas, la aceleración aunque contundente, no es inmediata, no tolera con facilidad cambios de trazada, y lleva freno trasero independiente. Esto último que parece una obviedad, no lo es tanto. Después de más de 10 años acostumbrado a la frenada repartida te olvidas por completo del uso del freno trasero.
Sin embargo, a pesar de todas las diferencias me gusta conducir la K. Tienes que volver a recordar muchos conceptos. “Contramanillear” ya no es un juego como ocurría con la GS, ahora es una necesidad. La frenada está en la K, es una excelente frenada, pero se esconde tras un esfuerzo considerable en la maneta…. Y además se hunde la horquilla… y no la moto entera. Esto parece otra obviedad, pero aunque en campo con la de enduro la horquilla se hunde, no es lo mismo que cuando se hunde a más de 140 km/h.
Y el motor, eso es lo que más me gusta. Una moto que con suavidad, en 5 marcha (por cierto una 6 no le venía mal) es capaz de ir desde 60 km/h a más de 200 km/h. Sin alterarse, y si lo haces con suavidad, casi sin notarlo.
En general, como todas las BMW, es una moto que requiere muchas más horas de conducción para que aprendamos a conocernos mutuamente, sin embargo, hay algo que llama poderasamente la atención, y es el deseo de hacer kilómetros con la K. Después de hacer más de 500 km casi todos por autovía, no me cansé (demasiado). Me los pasé descubriendo como entrar en curvas, como hacer trazadas, como frenar y cómo acelerar.
Me falta mucha confianza. He heredado los neumáticos del anterior propietario, y en cuanto tenga manejo los sustituiré por otros que me ofrezcan más fiabilidad.
Seguiré disfrutando y leyendo vuestros consejos.