Un bombero llega a su casa de noche. Con cuidado para no despertar a su esposa, se quita lentamente la ropa en la oscuridad pero, al meterse en la cama, la esposa se despierta y le dice:
- Oye, cielo, tengo un dolor de cabeza espantoso, ¿por qué no vas a la farmacia y me traes unas aspirinas?
Así que el bombero se levanta y de nuevo, sin encender la luz, se pone la ropa y sale. Cuando llega a la farmacia, le dice el farmacéutico:
- ¡Pero Manolo, tio, si yo creía que eras bombero! ¿Desde cuándo vas por la calle con un uniforme de policía?
- Oye, cielo, tengo un dolor de cabeza espantoso, ¿por qué no vas a la farmacia y me traes unas aspirinas?
Así que el bombero se levanta y de nuevo, sin encender la luz, se pone la ropa y sale. Cuando llega a la farmacia, le dice el farmacéutico:
- ¡Pero Manolo, tio, si yo creía que eras bombero! ¿Desde cuándo vas por la calle con un uniforme de policía?